Bernard Pollard es uno de los abanderados de los duros golpes cuando éstos parecen ser una especie en extinción

NEW ORLEANS — En la versión moderna de la NFL, los fuertes golpes que solían ser el principal arma de venta de la liga, son un arte perdida.
Pollard se mantiene fiel a su filosofía de duro golpeo
Al menos para la mayoría de los jugadores.

De hecho se puede decir que los Bernard Pollard de este mundo son una especie en extinción.

En el pasado, los receptores abiertos lo pensaban dos veces a la hora de ir por el centro del campo cuando enfrentaban a un profundo como Pollard.

Hoy parece casi imposible que un golpe duro no venga de la mano con una bandera amarilla. Sin embargo, Pollard no se preocupa por eso.

«La liga quiere que pienses en una posible multa antes de golpear a alguien», declaró Pollard. «Yo no pienso en el campo, yo golpeo. Juego según mi instinto».

No es porque sea fanático del morbo ni mucho menos, pero al igual que la mayoría disfruto de un buen golpe siempre y cuando no sea yo el que lo está recibiendo.

Por eso este tipo de declaraciones de Bernard Pollard son una brisa de aire fresco. Entiendo el razonamiento de la NFL en sus cambios de reglas y son respetables y quizás hasta correctos, pero siempre los cambios se topan con una negativa inicial.

Son animales de tradición, de hábito.

Pollard no va a cambiar, y eso es perfecto para los Ravens, porque la mayoría de los receptores abiertos tienen manos de cocodrilo cuando ven al número 31 cerca de ellos, y sino pregúntenle a los Patriots.

Sin intención de hacerlo, Pollard lastimó a varios Patriots –Tom Brady, Wes Welker, Stevan Ridley y Rob Gronkowski– con durísimos golpes, y por eso se ganó el apodo «The Patriot Killer».

«Esas lesiones fueron puras coincidencias», dijo entre sonrisas Pollard. «Pero si me quieren apodar, no los puedo frenar. Asumo que es una señal de respeto».

Pollard pasó por Kansas City y Houston antes de arribar a Baltimore. Cuando llegó, Terell Suggs le dijo que «había nacido para ser un Raven».

«Asumo que es por mi estilo de juego», expresó Pollard. «Baltimore me ha tratado de maravilla y estoy feliz aquí».

No es para menos considerando que están a un triunfo del tan preciado anillo.

Para ganarlo, tendrán que encontrar la fórmula para detener al joven mariscal sensación Colin Kaepernick.

«Es importante que todos tengamos disciplina y cumplamos nuestras tareas individuales», explicó Pollard. «Pero más que nada tenemos que golpearlo».

«A los mariscales los protegen mucho cuando van a pasar el ovoide, continuó Pollard. «Pero cuando ellos están en la optativa o quieren correr, hay vía libre. Aunque le pase el ovoide al corredor, hay que golpearlo igual, y van a ver como pronto como no va a querer correr más».

Hoy en día la optativa y los mariscales atléticos están de moda, pero Pollard cree que será un estilo que no durará mucho.

«Hay muchos atletas increíbles en la NFL, como por ejemplo Robert Griffin III», soslayó Pollard. «Pero no están construidos para soportar tantos golpes. Uno quiere pensar que sus carreras van a durar jugando así, pero no es la realidad».

Los Ravens han estado en los primeros planos de la AFC en los últimos 13 años, y Pollard tiene una explicación simple.

«Ozzie Newsome hace un gran trabajo en el draft», opinó. «No elige a los mejores jugadores, elige a los que encajan en nuestro sistema. Los Ravens te vamos a golpear en la boca».

Yo no lo llevaría tan lejos como Pollard cuando dijo que «el deporte va a desaparecer en 30 años porque ya ni se puede tocar a los rivales».

De hecho yo creo que el deporte vivirá más que todos nosotros juntos.

Pero ciertamente es bueno ver que todavía existan jugadores con este estilo. Pollard no es sucio ni busca lastimar, pero sí busca imponer rigor, y esa es la naturaleza del deporte.

Pollard es uno de los últimos mohicanos.

Uno que lleva la bandera de la tradición consigo, que representa al fútbol americano en su esencia cuando ya los golpes parecen ser un arte perdida.

«Yo te voy a golpear», concluyó Pollard. «Eso es lo que mejor hago».

fuente:espn