Como no se han detectado señales pulsátiles desde hace casi una semana, las autoridades australianas señalaron este lunes que dejarán de buscar señales provenientes del fondo del Océano Índico y que ahora enviarán un vehículo submarino.
Entretanto, nuevas pistas surgieron cuando los investigadores reportan haber encontrado una mancha de combustible en la zona de búsqueda y un funcionario estadounidense reveló que una torre de señal celular de Malasia detectó el móvil del copiloto al momento de la desaparición.
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Un oficial con conocimiento directo de la investigación le dijo a Pamela Brown de CNN el lunes que una torre celular de Penang, Malasia, —a 400 kilómetros de donde desapareció el vuelo— detectó el móvil del copiloto buscando señal cerca del momento en que se perdió todo contacto con el avión.
La revelación se produce después de los reportes del fin de semana en un periódico malasio de que el copiloto Fariq Abdul Hamid intentó hacer una llamada mientras el avión estaba volando.
No obstante, el funcionario estadounidense —quien citó información compartida por investigadores malasios— dijo que no hay evidencia de que el copiloto intentara hacer la llamada.
Los detalles parecen reafirmar las hipótesis basadas en información satelital y de radares de que el avión giró y probablemente volaba lo suficientemente bajo para obtener señal de una torre celular, dijo el funcionario.
Sin señales pulsátiles, la búsqueda inicia en el fondo del mar
«No hemos hecho una sola detección en seis días», dijo Angus Houston, coordinador de la búsqueda. «Es hora de sumergirnos».
Se esperaba que el vehículo Bluefin 21 se desplegara en la madrugada, según la Armada estadounidense, propietaria del aparato.
Se trata de una sonda equipada con un sonar de barrido lateral, que una tecnología acústica que genera imágenes con los reflejos del sonido.
Aunque el descubrimiento de cuatro señales que se cree que provienen de las cajas negras del avión —la grabadora de datos del vuelo y la grabadora de voces de la cabina— ayudó a los investigadores a reducir la zona de búsqueda, la tarea a la que se enfrentan sigue siendo titánica.
Houston advirtió que no hay que alimentar las esperanzas de que el vehículo submarino encuentre los restos.
«Tal vez no ocurra», dijo. «Este será un proceso lento y arduo».
Cada despliegue durará 24 horas.
El Buefin 21 requerirá dos horas para llegar al fondo de la zona de búsqueda. Luego peinará el lecho marino durante 16 horas y tardará dos horas más en salir a la superficie. Llevará cuatro horas más descargar y analizar los datos recopilados, dijo Houston. Tardará entre seis semanas y dos meses en peinar toda la zona de búsqueda.
En la primera misión se cubrirá una superficie de cinco por ocho kilómetros. El fondo de la zona de búsqueda no está demasiado accidentada: es más plana y extensa, dijo Houston. Sin embargo, dijo que es probable que el fondo de la zona tenga muchos sedimentos, lo que puede «complicar» la búsqueda.
Se encontró una mancha de aceite
Aunque las señales se han extinguido, las autoridades podrían tener una nueva pista que indica que buscan en el lugar correcto.
El barco australiano Ocean Shield detectó una mancha de aceite el domingo por la tarde, pero no se sabe de dónde proviene.
Se tomó una muestra de dos litros para analizarla, pero los resultados tardarán unos cuantos días.
«Subrayo que aún hay que determinar la fuente del aceite, pero la mancha se encuentra a aproximadamente 5.500 metros hacia donde sopla el viento… cerca de donde el Ocean Shield detectó las señales del TPL», dijo Houston, refiriéndose a las señales que detectó el localizador de señales remolcado.
La noticia surgió luego de un fin de semana de acontecimientos notables en la búsqueda del vuelo 370 que desapareció el 8 de marzo con 239 personas a bordo. Este lunes se cumplen 38 días de búsqueda.
Es probable que las baterías se hayan agotado
Las baterías de los radiofaros localizadores de las cajas negras probablemente se hayan agotado, dijo a CNN un alto ejecutivo de la empresa que las fabrica. Tienen una duración certificada de 30 días, plazo que ya se venció.
Eso significa que los buscadores tal vez no puedan detectar más señales que los guíen hacia los restos del avión perdido.
«Es más que probable que estén a punto de agotarse o que se hayan agotado. Si (un radiofaro) sigue funcionando, en este punto la señal es muy, muy débil», dijo Jeff Densmore en la emisión dominical del programa State of the Union with Candy Crowley de CNN.
Es el momento justo para adoptar otras técnicas de búsqueda.
«Se han hecho los mejores esfuerzos, pero ahora parece que las baterías están fallando y es hora de empezar a podar el césped —como solemos decir—, hora de empezar a peinar el lecho marino», dijo Rob McCollum, analista y especialista en búsquedas oceánicas de CNN.
La zona de búsqueda se expande y se reduce
Tras varios días de seccionar la zona de búsqueda en el Océano Índico, las autoridades expandieron la zona de búsqueda en un 40% entre el sábado y el domingo.
Aunque eso podría parecer un retroceso en la investigación, tal vez no lo sea, dijo Mary Schiavo, ex inspectora general del Departamento de Transporte de Estados Unidos.
«Creo que están haciendo el último esfuerzo, el último intento —por decirlo así— de ver si de casualidad hay restos que encontrar, porque incluso las piezas más pequeñas ayudarían a reducir la zona de búsqueda. Creo que es un último gran intento. Tal vez sea solo un intento de tratar de encontrar cualquier cosa que pueda ayudarles a determinar a dónde ir en el lecho marino».
El lunes, la zona de búsqueda se redujo en un 17%. En la búsqueda sobre un área de 47,600 kilómetros cuadrados participaban 12 aeronaves y 15 barcos.
«Los aviones y barcos terminarán en los próximos dos o tres días de buscar material flotante en la zona en la que es más probable que el avión haya entrado al agua», dijo Houston.
Catherine Tamoh Lion, madre del sobrecargo en jefe del avión desaparecido, Andrew Nari, dijo que la noticia de que no se habían detectado más señales es perturbadora.
«Ahora solo se ha prolongado nuestra tristeza», dijo a CNN.
«Siento como si estuvieran en alguna parte», dijo, refiriéndose a los pasajeros. «No sé en dónde. Solo le rezo a Dios. Los milagros pueden ocurrir».
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