rasgos puramente indígenas y mirada firme, quien, apoyada en la agricultura, la industria y la cultura -simbolizadas en las imágenes del escudo y la bandera nacionales, un libro y diversos productos de la tierra y la industria-, representaba el pasado, presente y futuro de la Nación Mexicana.
La mujer sostiene en la mano izquierda el asta de la bandera nacional y con mirada altiva parece mostrar el futuro promisorio del país.
A un lado, las figuras colosales del águila y la serpiente hablan del origen mítico de la nación. Con la mano derecha porta un libro abierto, que es el emblema de la educación.
Detrás de ella se ven varios elementos que hablan de las riquezas productivas y culturales del país, como frutos de las regiones agrícolas del país (plátanos, elotes, trigo, cacao, duraznos, mandarinas, etcétera); la arquitectura griega y mexica representan el legado histórico y cultural, el templo y las espadas coloniales hablan del pasado colonial.
La joven que posó como modelo para esta pintura fue Victoria Dorenlas, entonces de 19 años, quien también personificó otras obras de González Camarena. Ella era originaria de Tlaxco, Tlaxcala.
En el año 2006, la entonces titular de la Unidad de Difusión, Relaciones Públicas y Patrimonio Histórico de la CONALITEG, Bertha Hernández González, afirmó en una entrevista:
“En todos lados la reconocen, mucha gente se expresa de esta portada con cariño, en las ferias del libro llevamos algunas ediciones como exhibición, porque la sociedad siempre quiere verlas. […] son queridas más allá de nuestras fronteras, pues en los núcleos de población migrante de Estados Unidos también se emocionan mucho cuando la ven”.
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