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Resto del mundo

Xi Jinping nombró a un hombre clave del régimen y del Partido Comunista para la producción de superchips

Xi Jinping realiza por estas horas una maniobra a todo o nada para dar impulso a la autosuficiencia tecnológica al recurrir a un alto funcionario del régimen y del Partido Comunista Chino (PCC) para dirigir una iniciativa clave destinada a ayudar a los fabricantes de chips nacionales a superar las sanciones de Estados Unidos.

Liu He -zar económico de Xi y cuya cartera en expansión abarca desde el comercio hasta las finanzas y la tecnología- ha sido elegido por el jefe del régimen para encabezar el y capacidades de chips de tercera generación y está liderando la formulación de una serie de apoyos financieros y políticos para la tecnología, según fuentes con conocimiento del tema informaron a la agencia de noticias Bloomberg.

El sector es clave para las aspiraciones futuras de China y su dominio de las tecnologías y la información sensible. Esta tercera generación de microprocesadores es un área que se basa en materiales y equipos más nuevos -más allá del silicio tradicional- y actualmente es un campo en el que aún no domina ninguna empresa o nación. Beijing está preocupado y trabajando a destajo para contrarrestar las acciones que Estados Unidos y sus aliados emprendieron para impedir que sus redes de 5G pudieran dominar los datos de miles de millones de usuarios en todo el mundo.

Las sanciones -que surgieron durante la presidencia de Donald Trump y que continúan bajo la administración de Joe Biden– ya han sofocado el negocio de teléfonos inteligentes de Huawei y obstaculizarán los esfuerzos a largo plazo de los fabricantes de chips, desde HiSilicon hasta Semiconductor Manufacturing International Corp., para migrar hacia tecnologías de fabricación de obleas más avanzadas, lo que amenaza las ambiciones tecnológicas de China.

China es el mayor usuario de chips del mundo, por lo que la seguridad de la cadena de suministro es de alta prioridad”, dijo Gu Wenjun, analista jefe de la firma de investigación ICwise. “No es posible que ningún país controle toda la cadena de suministro, pero el esfuerzo de un país es definitivamente más fuerte que el de una sola empresa”. Es por eso que las grandes democracias de occidente desconfían de Huawei ZTE -entre otras compañías- y las consideran parte de un armado paraestatal del régimen.

Liu He es uno de los hombres más fuertes dentro del Partido Comunista Chino y una pieza clave en la estructura económica del régimen (PCC)Liu He es uno de los hombres más fuertes dentro del Partido Comunista Chino y una pieza clave en la estructura económica del régimen (PCC)

La participación en el proceso de uno de los lugartenientes más confiables de Xi destaca la importancia que Beijing otorga a la iniciativa, que está ganando urgencia a medida que rivales de la talla de Estados UnidosJapónCorea del Sur Taiwán luchan por apuntalar sus propias industrias. El jefe del régimen chino ha pedido durante mucho tiempo a su asesor -educado en la Universidad de Harvard– que aborde asuntos de máxima prioridad nacional.

En mayo, Liu encabezó una reunión del grupo de trabajo tecnológico que discutió formas de desarrollar tecnologías de semiconductores de próxima generación, según un comunicado del gobierno. El viceprimer ministro de 69 años -que ha dirigido el grupo de trabajo de reforma tecnológica del país desde 2018- también supervisa proyectos que podrían conducir a avances en la fabricación de chips tradicional, incluido el desarrollo del software de diseño de chips propio de China y máquinas de litografía ultravioleta extrema.

Durante las negociaciones comerciales con la administración Trump, Liu emergió como uno de los defensores más visibles de la agenda de Beijing. Conoce a Xi desde la infancia; ambos son hijos de líderes veteranos del Partido Comunista y formaban parte de las masas de jóvenes enviados a trabajar en zonas rurales empobrecidas durante la Revolución Cultural. Ahora, Liu lidera la carga para reformar el sector de la tecnología, que se identificó en el último plan económico quinquenal de China como un área estratégica clave en la que se debe utilizar el “sistema nacional completo” para movilizar los recursos necesarios.

Alrededor de un billón de dólares de fondos gubernamentales se han reservado bajo la iniciativa tecnológica, parte de la cual será utilizada por los gobiernos central y local para invertir conjuntamente en una serie de proyectos de chips de tercera generación, según indicó BloombergLos principales fabricantes de chips e institutos de investigación han presentado propuestas al Ministerio de Ciencia y Tecnología de la información, todos compitiendo por un lugar en el programa nacional y una parte del financiamiento. Ese ministerio está programado para inyectar 400 millones de yuanes (62 millones de dólares) en algunos “materiales electrónicos estratégicos” clave, incluidos chips de tercera generación, según un documento del régimen.

La tarea de coordinar ese extenso programa ahora recae en Liu quien deberá realizar un seguimiento de los recursos relevantes e impulsar la estrategia nacional para ayudar a China a lograr la independencia de los chips. “Para nuestro país, la tecnología y la innovación no es solo una cuestión de crecimiento”, dijo Liu en un auditorio de tres pisos repleto de los mejores científicos de China en una reunión separada en mayo. “También es una cuestión de supervivencia”.

(Con información de Bloomberg).-

Deportes

Wimbledon sin jueces de línea: el fin de una era que muchos ya extrañan

Por primera vez en sus 148 años de historia, Wimbledon ha eliminado por completo a los jueces de línea humanos, reemplazándolos con un sistema electrónico automatizado. Esta decisión marca un punto de inflexión en uno de los torneos de tenis más tradicionales del mundo, generando una mezcla de aceptación tecnológica y nostalgia por la humanidad que esta figura representaba en la cancha.

Pauline Eyre, quien fue jueza de línea en 16 ediciones del torneo, recuerda con orgullo su primera vez pisando el césped sagrado del All England Club a los 21 años. “Era un sentimiento extraordinario”, comenta. Lejos de haber soñado con ganar un trofeo como jugadora —ella misma se describe como una mala competidora juvenil—, su máximo orgullo fue formar parte del equipo de oficiales, un grupo que consideraba “visiblemente diferente y especial”.

Esa esencia humana es justo lo que, para Eyre y otros puristas, se pierde con esta transformación. Aunque el sistema electrónico —el mismo adoptado por el Abierto de Australia y el US Open— promete precisión absoluta, Eyre sostiene que el cambio elimina una parte esencial del deporte: la imperfección humana. “El tenis es sobre personas. Si le quitas la humanidad, estás quitando una parte fundamental del juego”, afirma.

La medida, anunciada por el All England Lawn Tennis Club en octubre pasado, responde a la intención de garantizar la máxima precisión en el arbitraje y ofrecer condiciones homogéneas para los jugadores, en línea con la mayoría de los torneos del circuito ATP y WTA. Sally Bolton, directora ejecutiva del club, explicó que la transición busca estandarizar el entorno competitivo. Sin embargo, incluso antiguos funcionarios como Andrew Jarrett, ex árbitro principal de Wimbledon entre 2006 y 2019, admiten que el cambio, aunque lógico desde el punto de vista tecnológico, tiene un “costo humano”.

Jarrett subraya que durante su gestión nunca se contempló seriamente eliminar a los jueces de línea, aunque reconocía que la introducción del sistema Hawk-Eye en 2007 marcaba el inicio de una posible transición. Para Eyre, ese momento fue revelador: “Hawk-Eye nos demostró que casi siempre teníamos razón”, dice, con cierta melancolía.

La eliminación de estos oficiales también impacta el futuro del arbitraje en el tenis. “¿Por qué un joven de 15 años querría ahora pasar sus fines de semana arbitrando partidos infantiles si ya no puede soñar con llegar a Wimbledon?”, cuestiona Eyre.

Entre los jugadores, la reacción es dividida. Aryna Sabalenka, número uno del mundo, considera que el sistema electrónico elimina controversias y aporta claridad, aunque reconoce estar «50/50». Por otro lado, Barbora Krej?íková y Frances Tiafoe expresaron su preferencia por el estilo tradicional, destacando el «fanfarroneo» y la interacción humana que ofrecían los desafíos a jueces de línea.

El sistema automático no está exento de fallas. Durante un partido de segunda ronda, el sistema emitió un llamado de «fuera» entre puntos, generando confusión y risas entre el público. Otros jugadores también señalaron que las señales automatizadas son a veces demasiado tenues para escucharse, especialmente en canchas con mayor ruido ambiental.

De los aproximadamente 300 jueces de línea que solían participar en Wimbledon, solo 80 permanecen este año como asistentes de cancha en caso de fallos técnicos del sistema.

Lo que antes era una aspiración para muchos —ser parte del torneo más prestigioso del mundo, aunque fuera desde los márgenes del terreno de juego— ahora queda relegado a la historia. Eyre, ahora comediante de stand-up, recuerda cuando fue abucheada por sancionar al favorito local Greg Rusedski o cuando John McEnroe la fulminó con la mirada por marcarle un error.

Con humor y algo de resignación, reconoce que los jueces de línea eran vistos como “jugadores fracasados y personas demasiado autoritarias”. Pero, en el fondo, lo hacían por amor al tenis. “Solo queríamos ser parte de algo que amamos”, concluye.

Y quizás, como muchas cosas en la vida, no sabíamos cuánto los íbamos a extrañar… hasta que desaparecieron.

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