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Ciencia y Tecnología

Calentamiento de océanos podría disminuir la población de peces

El equipo de científicos dirigido por Christopher Free, académico de la Universidad de California en Santa Bárbara, dio a conocer los resultados del estudio en la revista “Science”. Al comparar estos datos con los registros de la temperatura del océano, encontraron que el ocho por ciento de las poblaciones se vieron afectadas negativamente por el calentamiento, mientras que el cuatro por ciento vio impactos positivos. “Nos sorprendió la fuerza con la que las poblaciones de peces en todo el mundo ya se han visto afectadas por el calentamiento. Y que, entre las poblaciones que estudiamos, los ´perdedores´ del clima superan a los ´ganadores´ del clima”, expresó Free.

De acuerdo con un comunicado de la institución, el pescado es una fuente vital de proteínas para más de la mita de la población mundial, con más de 56 millones de personas empleadas o que subsisten en la pesca. La región tuvo la mayor influencia sobre cómo respondieron los peces al aumento de la temperatura, incluso los peces en las mismas familias mostraron similitudes en sus respuestas, reveló el estudio. Las especies relacionadas tendrían rasgos y ciclos de vida similares, dándoles fortalezas y vulnerabilidades similares, explicaron los investigadores.

En el análisis sobre cómo ha cambiado la disponibilidad de pescado para alimentos desde 1930 hasta 2010, observaron las mayores pérdidas de productividad en las ecorregiones del Mar de Japón, el Mar del Norte y la Costa Ibérica. Por otro lado, las mayores ganancias se produjeron en la región de Labrador-Terranova, el Mar Báltico, el Océano Índico y el noreste de los Estados Unidos. En el este de Asia también se ha visto algunos de los mayores descensos provocados por el calentamiento, con reducciones del 15 al 35 por ciento en la productividad de la pesca.

“Esto significa de 15 a 35 por ciento menos de peces disponibles para alimentos y empleo en una región con algunas de las poblaciones humanas de más rápido crecimiento en el mundo”, advirtió el investigador Free. Estos hallazgos resaltan la importancia de tener en cuenta los efectos del cambio climático en la gestión de la pesca, por lo que es necesario obtener nuevas herramientas para evaluar el tamaño de las poblaciones de peces y nuevas estrategias para establecer límites de captura. La sobrepesca, señaló, hace que las poblaciones de peces sean más vulnerables al calentamiento, mientras que el calentamiento dificulta la recuperación de las poblaciones sobreexplotadas. Además, la acidificación del océano, la caída de los niveles de oxígeno y la pérdida de hábitat también afectarán la vida marina, concluyó.

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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