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Ciencia y Tecnología

Groenlandia se derrite más rápido que en 2003, alertan científicos

El hielo de Groenlandia se está derritiendo más rápido de lo que los científicos pensaban y, de hecho, el ritmo de pérdida de hielo se ha cuadruplicado desde 2003, lo que podría acelerar la subida del nivel del mar, según una investigación publicada hoy.

El estudio, que arroja nueva luz sobre los efectos del cambio climático, fue publicado hoy por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, conocida por sus siglas PNAS y que divulga semanalmente la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Hasta ahora, los científicos habían mostrado preocupación por la desaparición de hielo en el sureste y noreste de Groenlandia, donde se ubican grandes glaciales de los que se desprenden trozos de hielo del tamaño de un iceberg y, luego, se sumergen en el Océano Atlántico para derretirse.

Ahora, sin embargo, los investigadores han descubierto que, entre 2003 y 2013, la mayor parte del hielo de Groenlandia se perdió no en el sureste y noreste de la isla, sino en el suroeste, donde prácticamente no hay glaciares.

Este hallazgo demuestra, según el estudio, que el hielo de la superficie de Groenlandia se está fundiendo a medida que las temperaturas globales aumentan, lo que provoca que ríos de agua derretida fluyan hasta el océano y, como consecuencia, crezca el nivel del mar.

De esa forma, el suroeste de Groenlandia probablemente se convertirá en el futuro en un factor importante en el aumento del nivel de las aguas, avisan los científicos.

La investigación muestra los peligros que podrían enfrentar ciudades como Miami y Nueva York, en la costa este de Estados Unidos, así como Bangladés y la urbe costera de Shanghái (China) y las islas del Pacífico, amenazadas por el aumento del nivel del mar como consecuencia del deshielo.

Uno de los autores del estudio, Michael Bevis, cree que la reducción de la capa de hielo está alcanzando un «punto de inflexión» y que es demasiado tarde para solucionar el problema.

Lo único que podemos hacer es adaptar y mitigar un mayor calentamiento global: es demasiado tarde para que no tenga efecto», lamentó Bevis, profesor de geodinámica en la Universidad estatal de Ohio.

La investigación se realizó con datos de unos satélites de la NASA que se dedican a medir la pérdida de hielo en Groenlandia.

Esos satélites calculan que, entre 2002 y 2016, la isla perdió suficiente hielo para aumentar el nivel del mar a un ritmo de 0,7 milímetros al año.

Además, según esas cifras, si se derritiera todo el hielo de Groenlandia, que tiene hasta 3 kilómetros de grosor en algunos lugares, entonces el nivel del mar crecería unos siete metros, lo serviría para sumergir bajo el agua a la mayor parte de las ciudades costeras del mundo.

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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