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Acontecer

Un día de junio por Atocha Alvarado

Dicen los que saben que la vida de pueblo es muy tranquila. ¡Bueno!, eso dicen; pero en lo personal no lo creo. En el rancho siempre hay cosas que hacer; a veces parece que el trabajo es interminable. Con todo y esto, nuestra vida es agradable.

¿Hace cuánto que no despiertan escuchando a los pájaros cantar? Yo les puedo decir que hoy desperté con ese sonido de fondo y no es por presumir, pero creo que hasta amanecí de mejor humor. ¡Claro! si a eso le sumamos uno que otro día oliendo a humedad —ese olor que nunca se olvida—… de verdad a veces pienso que el tiempo transcurre diferente en este pedazo de tierra.

Mejor vayamos a los que nos incumbe este día. Hoy van a tener la fabulosa suerte de que les cuente como es un día en un rancho. Un día de verano, que aunque son los días más largos y calientes, también son los más ocupados en cuestión de agricultura. Describiré el  día por hora, ¿les parece?

6:00 A.M.

Un agricultor despierta. A veces antes, depende mucho de las costumbres de cada uno. Por ejemplo, yo me levanto a esta hora y como el relato se trata de mí, nos apegaremos a este horario. ¿Alguna objeción?… eso pensé: ninguna.

Desperté ese día, un 13 de junio. El año, la verdad no lo recuerdo. Olía a humedad —lo recuerdo porque en esta tierra seca, el olor a humedad no se olvida—. Me levanté directo a la cocina, puse agua en la tetera y encendí la estufa. Regresé a mi recámara, me cambié de ropa; me lavé la cara. Después de esto, llegó al momento en el que me pongo la parte del atuendo vaquero que más me agrada: las botas.

¿Saben?, mis botas son especiales; de color café, con tubo de bordados rosa, punta cuadrada, amoldadas a mi pie. Resisten la humedad, la tierra; pero sobre todo se resisten al tiempo. Ellas —ese par— son muy divertidas. Tienen una mancha nueva cada día, nada que el agua del cielo no quite.  Es como milagrosa, sobre todo si acaba de caer (no se recomienda lavar las botas vaqueras en un charco mayor de tres días).

Cuando terminé de admirar la última mancha de mis botas, un sonido conocido llegó a mis oídos. Era el que avisa que el agua para café ya estaba lo suficientemente caliente para preparar uno de esos que sirven para revivir muertos. Preparé uno y salí al porche de mi casa con la taza de porcelana en mano. Me detuve en el borde del escalón mirando hacia el amanecer. Él estaba ahí, sin más esfuerzo, haciendo su espectacular aparición. Primero fue de tonos rojizos, luego naranjas. Después de ese espectáculo digno de dioses no se imaginan lo que siguió. Lo que había ahí era un  enorme campo verde; pero verde tierno que te llena de ganas de fotografiar y no lo haces porque de antemano sabes que ninguna cámara, sin importar los pixeles, nunca, jamás, hará real justicia a ese campo, a esa hora, ese día, con el sol en ese ángulo o con la misma humedad. Todo eso no lo captura una cámara fotográfica; no importa que tan costosa sea.

Mientras algunos  de ustedes se encontraban dormidos, yo estaba disfrutando ese sol de junio. Me encomendé a Dios para que ése si fuera un buen año, un buen día, una buena vida. Los agricultores siempre creemos que cada año será mejor que el anterior. A veces lo es, pero eso sólo depende de Dios, y en ese momento del año, aun no estaba definido si sería un año bueno o malo.

Terminé mi café. La primera hora del día había terminado y se estaba haciendo tarde. Mi hermano también se encargó de hacérmelo saber con un estilo muy digno de él (con un chiflidillo). Él es como el hombre que cualquier mujer querría…

Me dirigí a la bodega del rancho y ahí tome el bote del diésel. Ya sabía qué era lo que seguía en el orden del día.

7:00 A.M.

Dejé el bote y el embudo junto a la garrafa del diésel. Luego me subí al tractor —un tractor John Deere, modelo 2755, color verde con amarillo—. Lo acerqué a donde se encontraba la garrafa del combustible; luego me subí a la llanta delantera derecha del artefacto. Mi hermano me pasó el embudo y lo coloqué en el orificio del tanque del diésel, me pasó el bote de 20 litros. Repetimos la operación para obtener 45 litros de diésel, aproximadamente, que serían suficientes para todo el día. Sí. Leyeron bien: todo el día; y ya eran las 7:23am.

Revisé el agua del radiador. Cuando ya estuve segura que el diésel y el agua estaban completos, seguí a revisar el aparatejo que traía pegado el tractor: una sembradora lineal Jonh Deere en los mismos tonos verde con amarillo. La llené de semilla de sorgo forrajero —alrededor de 400 kilos—. En ese momento me vi ahí frente al tractor y sembradora listos, con el sol en mi espalda aún muy tenue.

Regresé al interior de mi casa y cuando me detuve en la puerta ¡no saben!, fue como algo celestial. Ese olor se vuelve inconfundible cuando desde la niñez estás familiarizado con él: ni más ni menos que tortillas de harina. Pero no cualquier clase de tortillas. ¡No! Eran tortillas hechas  por mi madre. Ella es la mujer más hermosa que he visto en mi vida. Su humor no es muy bueno por las mañanas pero eso queda totalmente subsanado cuando sonríe.

Había de desayuno huevitos con machaca, frijoles refritos con queso. De beber, licuado de plátano con chocolate incluido. Empezamos a desayunar mi hermano, mi mamá y el primer hombre del cual me enamoré: mi papá.

8:15 A.M.

Van a decir que es algo trillado decir que mi papá es el mejor del mundo, pero ¡qué quieren que haga!, para mí lo es. Tal vez haya mejores, pero para mí, no.

Sí. Para su desilusión, queridos lectores, soy mujer —si yo hubiera sabido que era mujer la que escribía este articulo tampoco hubiera comenzado a leer  porque «qué va a saber una mujer de tractores, maquinaria pesada, diésel y agricultura»—.

Ya arriba del tractor en dirección al terreno que había de ser sembrado ese día, como a las 8:45 hrs, delante de mí, iba mi papá en otro tractor con otro artefacto llamado rastra, una máquina que se encargaría de preparar la tierra para que fuera sembrada. Eso quiere decir que mi papa tenía que llevar ventaja, ya que de él  dependía que yo avanzara.

 9:30 A.M.

Ya estaba todo listo para que comenzar la siembra. Acomodé el tractor de reversa para que el artefacto comenzara exactamente en la esquina del terreno. Luego bajé del tractor, tomé un puño de tierra y estaba húmeda —solo un poco—. Era un buen día. Observé el cielo. No había nubes. Acomodé mis gafas de aviador. Con todo y ellas me persigné, subí de nuevo al tractor, pise el clutch o embrague, metí quinta; bajé la sembradora, saqué el clutch y ahí estaba comenzando la primera de 20 hectáreas pendientes. Terminé la primera vuelta. Bajé de nuevo. Observé como había quedado el comienzo y dije «’ora sí: de aquí hasta la comida».

3:12 P.M.

Después de haber dado como unas 8 mil vueltas (sí, estoy exagerando; la neta es que no las conté pero aproximadamente era más de la mitad del terreno). Me detuve. Lo hice porque llegó mi hermano, que a esa hora —ya lo extrañaba, no porque lo quiera mucho, sino porque él llevaría la comida—, me lleva mi botellita de agua con hielo —de esas que en los días de verano saben a gloria—. Luego de darle un largo trago, me dio una bolsa de plástico con algo pesado dentro, envuelto en papel aluminio. ¡Sí, señores! Ni más, ni menos, que burritos de mole. Dirán que soy una tragona, pero no soy tanto. Sólo me gusta disfrutar mucho lo que como. Mejor dicho; disfruto todo lo que esta vida me da —antes no lo hacía pero cuando cumplí los 26 y me salió la primera cana descubrí que la vida es corta—.

Al terminar de comer ese suculento manjar y tomarme mi respectiva Coca—cola® —y no es promocional— bien fría —no sé cómo le hace mi hermano para conseguir siempre cosas tan frías, para mí, en esos días de verano; es mi héroe—, me incorporé al trabajo.

4:00 P.M.

Prendí  un cigarro marca Clavos de Ataúd o Enfisema Pulmonar —pónganle la marca que más les guste—. Me coloqué mis audífonos. Subí todo el volumen para disminuir un poco el sonido del tractor, el cual es sistematizado y cansa. Recuerdo haber elegido una canción, la cual me recuerda a un amigo que siempre decía que era de sus favoritas, y que dice: «Te vas, amor. Si así lo quieres, qué le voy a hacer; tu vanidad no te deja entender que en la pobreza se sabe querer». Para mejores referencias, la canción se llama Tu cárcel, y yo la estaba escuchando con la inigualable Lila Downs (¿naca yo?, ¡ranchera, na’más!).

Me acabé mi cigarro, cantado la canción a todo pulmón —no canto bien, pero canto mucho— la cual sólo me sirve para hacer memoria del Sr. Mario Domínguez. Fue muerto una buena noche. Como decía mi abuelo: «Cualquier noche es buena si se trata de conocer mujeres y morir por ellas». Esa fue una buena noche para él. (descanse en paz) —en otra ocasión les contaré sobre la época en donde la inseguridad de Chihuahua no me hacía sentir lo duro, sino lo tupido; pero ya será otra ocasión—.

7:00 P.M.

El sol comenzaba a bajar rápidamente por el horizonte y en esta historia no trabajamos de noche —por lo menos en la siembra (¡oh, Que la…!)— así que el sol, como buen patrón, me susurraba al oído que era la hora de ir «a la reja con to’y chivas»; es decir, a la casa a descansar, después de manejar el tractor 30 minutos, más o menos, para llegar a la casa.

Por fin había «terminado» el día. Me bajé del tractor. Y ahí estaba, frente a una casa blanca con un gran porche, dos ventanitas con cortinas, también blancas, que combinaban perfectamente.  Olía a comida —siempre huele bien, no importa quién haga de comer—. Recuerdo ir de la puerta principal directamente al refrigerador por un vaso enorme de agua…

9:30 P.M.

Después de un día «corto» de trabajo de campo; después de encomendar mi trabajo al altísimo; después de haber cantado a todo pulmón, haber comido cosas deliciosamente preparadas por las manos santas de mi madre, el día había sido entregado. Era tiempo de dormir en mi cama —la cual olía a suavizante de telas—. En ese momento, cuando casi me estaba quedando dormida, una duda me alertó: ¿Esto vale la pena, realmente?

Cada año es más seco que el anterior. La gente en lugar de salir a trabajar sale a robar; los burócratas, cuando hablan con  algún campesino, creen que son pendejos y que como ellos fueron a la escuela, son más chingones —¡ilusos!—.

Cada día todo cuesta más, pero lo que un campesino cosecha no vale mucho. A la hora que hay alguna manifestación en la ciudad de Chihuahua, de campesinos, el citadino nos da sus rayadas de madre. Además, la gente cree que los campesinos somos pobres por pendejos. Luego llega alguno —bien listo—, a entrarle a lo del rancho, y en menos que canta un gallo sale corriendo que «porque no es costeable», como si los campesinos no supiéramos eso —otros ilusos—.

Esto de ser campesino es cuestión de herencia. Cariño a la tierra, ganas de producir, de un país mejor. Ganas de que México progrese. ¡Ganas!, señores, ¡ganas!

La siguiente cuestión es la que  nos levanta todos los días: la lástima. Sí, como lo leen: LÁSTIMA.

Nos da lástima toda la gente de la cuidad que no tendría qué comer —frijol, maíz, trigo, verduras, frutas, leche, carne, huevo, etc.— si nosotros no quisiéramos dedicarnos a esto. Lástima que los políticos no entiendan la importancia del campo; que un país, o un estado y municipio, que no tengan para darle de comer a su gente está destinado al fracaso. Lástima de que tengamos que ser los jodidos, los roñosos, los ignorantes; los que tengamos que hacerle frente, sin ayuda de los políticos de primer nivel, a esta sequía, al hambre, a la falta de tecnificación de riegos, a la sobreexplotación de los acuíferos, a la contaminación  de los ríos de la sierra tarahumara. Lástima que sea sin ayuda. ¡Qué lástima que tengamos que hacer una manifestación para que las personas del gobierno tomen conciencia de lo que pasa en sus narices o en su administración —que pa’ el caso es lo mismo—. Y así salimos de nuestras casas a manifestarnos, soñando con que el gobierno despierte de ese letargo que vive detrás de un escritorio.

Pero no se preocupen, las manifestaciones cesarán. ¿Saben cuándo? Cuando ya ni la lástima por ustedes nos levante.

Orgullosa de ser campesina, me despido. No sin antes pedirles un favor personal: la próxima vez que vean a un campesino, sonríanle —nada les cuesta—. Díganle «buenas tardes» o «días». Con eso me doy por bien servida.

Espero que no hayan provocado estas líneas algún paro cardíaco —lo que sí espero, es que por lo menos haya ganado algún admirador, aparte de los cientos ya existentes—. Esto es sólo un poquito de lo mucho que les quiero contar. La próxima semana veré con qué les quito el tiempo.

A todos, agradezco el tiempo que le dedicaron a este terroso, jodido pero humilde artículo.

@Atocha_Alvarado

 

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Acontecer

El gran baile. Por Raúl Saucedo

La democracia en juego

El 2024 será un súper año electoral en el mundo. Por primera vez, cerca de 100 países celebrarán elecciones de todo tipo. 50 de ellas serán presidenciales, según los últimos datos del Banco Mundial, estos territorios concentran la mitad de la población global, aproximadamente 4.000 millones de personas. Seis países de América Latina elegirán presidente y, además, habrá comicios presidenciales en los Estados Unidos.

Paradójicamente, los resultados de esas elecciones podrían ser una demostración de la salud de la democracia en todas sus latitudes, El contexto global actual está marcado por la desconfianza en las instituciones y la desinformación que influye en el discurso público, sumado a la llegada de nuevas tecnologías como la IA regenerativa, que empeora los riesgos existentes y reduce las barreras para contribuir al ecosistema de la información. También hay crecientes tensiones internacionales, incluida los conflictos belicosrecientes y una mayor disposición de los políticos a enfrentar a sus ciudadanos contra otras naciones para obtener beneficios políticos.

Estas elecciones mundiales de este año mostrarán si la gente continúa dando la espalda a las normas democráticas y buscando alternativas, o si van a corregir el rumbo al ver los peligros del camino por el que vamos. Hay muchos riesgos; el más crítico es que estamos experimentando una tendencia global de fuerte declive de la democracia como estructura de gobierno ideal en la cabeza de la gente, sumada a la aceptación de líderes que están imponiendo sus propias agendas en lugar de servir a los intereses colectivos.

En el marco de este gran baile democrático es importante resaltar algunas elecciones que será de suma importancia por si impacto, político, económico y social, tales como:

USA

La revancha de Trump en Estados Unidos hacia el mes de noviembre. Donald Trump, favorito en la contienda republicana, buscará representar a su partido, mientras enfrenta múltiples batallas legales, incluidas dos acusaciones federales. Del lado demócrata, Joe Bien es el actual presidente y ya anunció que buscará su reelección, se convierte así en el candidato en ejercicio.

MÉXICO

México elegirá en junio de 2024 a su primera presidenta, después de que Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez se ubicasen como las favoritas de la contienda electoral. Aunque no son las primeras mujeres que aspiran a la presidencia de México (otras seis ya lo hicieron) sí son las primeras que logran consensuar el apoyo de los principales partidos políticos en el país.

Claudia Sheinbaum competirá por el oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus partidos aliados, del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM). Del lado de la oposición, Xóchitl Gálvez será la candidata del Frente Amplio por México, una coalición que agrupa a los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD).

Se trata de una elección con final abierto en la que el tráfico de drogas, el crimen organizado y la migración hacia EE.UU. dominarán la agenda política.

EL SALVADOR

Nayib Bukele irá por su reelección, pese a los cuestionamientos de la oposición, que asegura que al menos cinco artículos de la Constitución prohíben al candidato ir por un segundo mandato.

La Corte Suprema, de mayoría oficialista, estipuló que para evitar que un presidente que opte a la reelección no prevalezca en el cargo debe dejarlo seis meses antes de que inicie el nuevo periodo. Debido a eso, Bukele pidió una licencia desde el 30 de noviembre para dedicarse a la campaña electoral.

Tras cuatro años en el cargo, Bukele va por su reelección con altos niveles de popularidad, construida principalmente en torno a sus políticas en materia de seguridad, según algunas encuestas como la de Cid Gallup. Sin embargo, defensores de los derechos humanos en el país y en el extranjero cuestionan sus métodos porque consideran que los mismos violan los derechos humanos.

VENEZUELA

Venezuela también votará en 2024, Del lado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), recientemente fue el mismo Nicolás Maduro —en el poder hace 10 años, desde la muerte de Hugo Chávez— quién puso su candidatura en cuestión, al decir en una entrevista que era «prematura» una definición de ese tipo.

La Comisión Nacional de Primaria de Venezuela (CNP) proclamó a María Corina Machado como la ganadora de las primarias opositoras hacia las elecciones.

Sin embargo, Machado está inhabilitada por una medida impuesta por la Contraloría General de Venezuela por supuestamente no incluir en su declaración jurada de patrimonio el pago de bonos de alimentación. La dirigente opositora insiste en que la inhabilitación es ilegal.

PARLAMENTO EUROPEO

Después de cinco años, el Parlamento Europeo irá a las urnas entre el 6 y el 9 de junio de 2024, para una nueva reconfiguración que podría cambiar el destino del bloque. Los nueve países que votarán por sus eurodiputados este año deberán esperar, según los expertos, que continúen las tendencias a la fragmentación política y las dificultades para construir mayorías.

También el desencanto con los partidos tradicionales y con la política en términos generales generará, como lo viene haciendo hasta ahora, el surgimiento o reforzamiento de partidos marginales, muchos de ellos de línea dura, como es el caso de Vox en España. También es posible que, paradójicamente, avancen las posiciones euroescépticas en el próximo Parlamento del bloque europeo.

Puntualmente, estas elecciones serán una oportunidad para el ascenso de partidos populistas, que están en contra de la inmigración y los de extrema derecha en Francia, Alemania y Bélgica, entre otros países.

RUSIA Y UCRANIA

El conflicto de Rusia en Ucrania cumplió dos años este 24 de febrero, y las elecciones en ambos países funcionarán como un termómetro de ambos lados que podría definir el rumbo del conflicto de aquí en adelante.

En el caso de Rusia, Putin no posee rivales serios, debido a que su oponente más destacado, Pero la votación de esta primavera será un importante ritual público para el líder del Kremlin, que se asegurará el poder hasta el final de la década.

Aunque 2024 era el año previsto para las elecciones presidenciales en Ucrania, todavía hay dudas sobre la pertinencia de su celebración en medio de un conflicto que está a punto de ingresar en su tercer año.

En cualquier caso, el presidente Volodymyr Zelensky se enfrentará a una escasez de municiones y equipos, mientras intenta navegar sobre las dificultades de un mundo que ha sumado un nuevo conflicto —el de Israel y Hamas, en Medio Oriente— y sobre las divisiones en los países de sus aliados occidentales, fundamentalmente en EE.UU. y Europa.

INDIA

La India celebrará las elecciones más importantes del mundo —en términos demográficos— durante abril y mayo.

Se espera que el actual primer ministro, Narendra Modi, junto con su partido nacionalista hindú Bharatiya Janata (BJP), consigan un tercer mandato con una política popular pero religiosamente divisiva. A pesar de los problemas relacionados con la inflación y el poder adquisitivo, Modi goza de un amplio apoyo entre la mayoría hindú de la India basado en el patriotismo y una política exterior segura. Los críticos responden que el espíritu fundacional de la India, alguna vez secular y democrático, está pasando a un segundo plano y que las minorías se sienten inseguras.

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Como puede ver apreciable lector, esta columna es la mas extensa en mis letras, como así de extensa es la democracia a nivel mundial, como se aprecia hay mucho en juego en este gran baile, pero soy un fiel devoto de que la democracia real se hace en los barrios y colonias de todo el mundo, en la toma de decisiones simples donde el ciudadano se empodera realmente, donde hace efectiva su necesidad y donde los factores externos dejan el protagonismo para darle lugar a la necesidad primaria, a finales del año realizaremos una retrospectiva sobre los resultados de estos comicios y las miras al 2030.

@Raul_saucedo

rsaucedo@uach.mx

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