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UAM, Tec de Monterrey y UNAM, las tres mejores universidades de México

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La edición 2020 del ranking de universidades de Times Higher Education (THE) colocó a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), al Instituto Tecnológico de Monterrey y a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) como las tres mejores instituciones de educación superior del país.

A pesar de que el ranking, publicado este miércoles, no brinda una posición exacta a partir de la posición 200, la UAM es la primera universidad mexicana en aparecer en el listado; luego le siguen el Tec de Monterrey y unos escalones abajo la UNAM.

El listado de la mejores universidades de THE, el cual se da a conocer anualmente, evalúa a casi mil 400 instituciones de educación superior de todo el mundo, en rubros que van desde el nivel de la enseñanza hasta el desarrollo de investigación en los planteles.

Las tres universidades mexicanas se encuentran dentro del grupo de posiciones del 601 al 800.

Abajo de la UNAM, y ya dentro del grupo de posiciones de 1001+, se ubican la Universidad Autónoma de Baja California, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, la Universidad Autónoma de Nuevo León, la Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad Autónoma de Querétaro, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

También se marca a la Universidad Autónoma de Sinoloa, Universidad Autónoma del Estado de México, Universidad Autónoma de Yucatán, Universidad de Guadalajara, Universidad de Guanajuato, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Instituto Politécnico Nacional y Universidad de Sonora.

Por otro lado, las tres mejores universidades a nivel internacional en el listado fueron la Universidad de Oxford (Reino Unido), Instituto de Tecnología de California (Estados Unidos) y la Universidad de Cambridge (Reino Unido).

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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