Los hay de colores y formas muy variadas, se les llama frijoles, habichuelas o porotos, y hay quienes creen que son de origen andino, pero un grupo de investigadores ha determinado que esas legumbres se originaron en México, publicó este lunes Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Conocidos también como alubias, fabes, caraotas, chícharos, fabas, frejoles, frisoles, frijones, granos, judías, pochas, de color pálido, rojo, negro o pinto, todos los Phaselolus vulgaris, domesticados independientemente en las regiones andinas de los actuales Perú y Ecuador, o en el centro de México y el norte de América Central tienen un ancestro común en Mesoamérica.
El equipo internacional de investigadores estuvo encabezado por Elena Bitocchi, de la Universidad Politécnica delle Marche, en Italia, y participaron en el estudio científicos de Dinamarca y la Universidad estatal de Dakota del Norte, en Estados Unidos.
«El conocimiento acerca de los orígenes y la evolución de las especies de cultivos para alimentos representa un requisito importante para la conservación y el uso eficiente del material de plantas existentes», indicaron los autores.
Tal como persiste el debate sobre el origen del tango y de la guayabera, durante décadas ha habido una discusión sobre el del frijol común, y los científicos destacaron que este estudio se diseñó para resolver la discusión.
Para ello, los investigadores analizaron la diversidad de los nucleótidos en cinco posiciones de un gen en un cromosoma. Hay diferentes formas de gen que pueden encontrarse en la misma posición en cromosomas homólogos.
Los científicos usaron una amplia colección de frijoles que representa la distribución geográfica entera de las formas silvestres de esa especie.
El frijol, con sus múltiples alias, está en el centro de la dieta de cientos de millones de personas en todo el mundo a quienes les provee proteínas, vitaminas, minerales y fibras. Es un ingrediente principal especialmente para las poblaciones más pobres de África y América Latina.
Los principales productores mundiales de frijoles secos son Brasil, India, Birmania, China, Estados Unidos, México, Tanzania, Kenia, Argentina y Uganda.
La distribución actual de las formas silvestres del frijol comprende un área geográfica que va desde el norte de México al noroeste de Argentina y «en general se reconocen dos grupos genéticos ecogeográficos: el de Mesoamérica y el de los Andes».
«Hasta ahora la hipótesis de más crédito en relación con el origen del frijol común ha indicado que, a partir de un área en las laderas occidentales de Los Andes en el norte de Perú y Ecuador, la legumbre se dispersó hacia el norte, a Colombia, América Central y México, y hacia el sur, al resto de Perú, Bolivia y Argentina», informa el artículo.
Sin embargo, el análisis de este grupo de investigadores llega a la conclusión que respalda el origen del frijol en Mesoamérica.
«Nuestro estudio presenta pruebas claras de un origen mesoamericano del P. vulgaris que, muy probablemente, se ubicó en México», afirma el artículo.
Los autores sugieren que el P. vulgaris que parece originario de Perú y Ecuador es «una población reliquia que solamente representa una fracción de la diversidad genética en la población ancestral que migró desde el centro de México en tiempos antiguos».
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