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Opinión: El otro Texcoco, por Diana Avitia

Como si fuera poca cosa la pandemia que tenemos encima, la cual terminará por colapsar nuestro sistema de salud y la ya estancada economía del país, este fin de semana se llevó a cabo en Mexicali otra consulta popular, ¡así es señores! otra vez este retorcido y manipulado concepto de la democracia participativa se trae a la mesa y nuevamente le dio una estocada descomunal a nuestro país.

Todos sabemos que el distanciamiento social hoy en día ante la contingencia que vivimos es primordial para su contención, estar aislados nos ayudara a enfrentar de mejor manera la crisis, se nos ha dicho hasta el cansancio y de todas las formas posibles, pues a pesar de esta recomendación clara de la Organización Mundial de la Salud, se llevó a cabo la consulta este fin de semana, solamente el 3.5 por ciento de la población acudió a urnas, suponemos que protegidos por la fuerza moral, todas las estampitas, amuletos y detentes que nuestro presidente asegura nos protegerán de la pandemia. Todo con el fin de saber la opinión de la ciudadanía acerca de la instalación de una planta de Constellation Brands, cervecera de clase mundial, la obra llevaba un avance del 65 por ciento y según el Consejo Coordinador Empresarial cuenta con todos los permisos, los cálculos arrojaban números sumamente alentadores; generaría 4 mil empleos directos durante su construcción y 750 plazas de trabajo una vez iniciada producción.

Este lunes después de saber los resultados, la subsecretaria de desarrollo democrático, participación social y asuntos religiosos Diana Álvarez declaro que; “ya no se darán los permisos correspondientes para la operación de la planta”, dijo también que “el gobierno se pondría en contacto con la empresa para subsanar los daños”. Otro duro golpe a la economía y como si Texcoco no les hubiera parecido suficiente, ahora le tocó el turno a la cervecera, en medio de pugnas, urnas embarazadas y acarreos, sí todo eso que ya no iba a pasar, hoy por bárbaro, descabellado y absurdo que parezca nuestro país pierde una inversión de 1 400 millones de dólares, por caprichos, por egos, por populismo.

Primero es importante recalcar que esta consulta no fue realizada por un autónomo, todo lo que huele a INE le causa escozor a la cuarta, la llevo a cabo la secretaría de gobernación, sin argumento alguno mas que el mandato presidencial, en fin, una vez puntualizado lo anterior con números todo es claro; de un padrón electoral de casi 800 mil mexicalenses, la votación llego a un ridículo 3.5 por ciento , fueron exactamente 36 781 personas las que emitieron su sufragio, de las cuales 27 973 votaron por el no a Constellation Brands y 8 547 votaron por el sí.
El dirigente de la confederación patronal de Mexicali Ernesto Elorduy declaró indignado y cuestionando la razón del porque esta irrisoria encuesta seria vinculante, si “no llego la afluencia ni al 5% de todo el electorado, por lo que está claro que el resultado, sea a favor o en contra, de ninguna forma puede ser confiable ni representativo del sentir ciudadano”, afirmó.

Los empresarios han sido golpeados incisivamente por esta administración, el argumento populista de las encuestas está desgastado, estos ejercicios son claramente selectivo; ¿por qué realizarse para Texcoco y para Constellation, pero no hacerlo para dos bocas y el tren maya?, ¿por qué la gran preocupación al medio ambiente en unas obras y en otras olvidar ese punto?, esto es un grave precedente que sacude la certidumbre de inversiones futuras, mismas que se podrían detener ante la falta de confianza en la protección que ofrece el sistema mexicano. En estos tiempos de incertidumbre y temor, seguimos teniendo un líder que antepone el ego al bienestar, muchos dicen que fue una jugada para jalar a Tabasco esta inversión, esperemos que; por bajo que sea este movimiento esa derrama económica siga en México, hoy un país temeroso, sin rumbo, con un gabinete ausente y un líder que cae.

Opinión

Fotografías. Por Raúl Saucedo

Las Políticas por hacer

El quehacer político moderno, a menudo toma en cuenta a los sectores de la sociedad que ostentan poder o influencia visible dentro de la comunidad:  Los adultos votan, las empresas influyen y los medios de comunicación amplifican sus voces. Sin embargo, en el complicado juego de poder, la niñez, un grupo vital pero silencioso, suelen quedarse en el margen.

La Niñez representa el futuro; es el cimiento sobre el que se construirán las próximas generaciones. Su bienestar, educación y salud son indicadores clave no solo de su calidad de vida individual, sino también del progreso y la salud de una sociedad en su conjunto. A pesar de esto, los gobiernos frecuentemente pasan por alto  la creación de políticas públicas enfocadas en este sector, principalmente porque esta parte de la sociedad no votan ni tienen voz directa en los procesos políticos.

Este “descuido” puede atribuirse a varios factores. Primero, la falta de representación política directa. La niñez depende completamente de los adultos para que sus intereses sean representados en el gobierno. Sin embargo, las agendas políticas suelen estar más influenciadas por las preocupaciones inmediatas de los votantes adultos —empleo, economía, seguridad— relegando a un segundo plano temas como la educación de calidad o la protección contra el abuso y la negligencia.

Además, la falta de datos específicos sobre los problemas que afectan a la niñez impide formular políticas bien informadas. A menudo, las estadísticas y estudios disponibles no desglosan la información por edad de manera que refleje las realidades específicas de este grupo. Esto conduce a un entendimiento incompleto de sus verdaderas necesidades y desafíos.

Es más, los problemas que afectan a la niñez suelen ser transversales y requieren una política integrada. Por ejemplo, la pobreza infantil no solo afecta la nutrición; impacta también en el acceso a la educación, la salud y las oportunidades de desarrollo social y emocional. Sin un enfoque especifico que contemple la complejidad de estos asuntos, las políticas resultantes pueden ser ineficaces o incluso contraproducentes.

La Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada en 1989 por las Naciones Unidas (ONU), establece en teoría un marco internacional para la protección de los derechos de la niñez, incluyendo el derecho a la educación, la salud y la protección contra la explotación infantil. Sin embargo, la aplicación de estos derechos en políticas concretas sigue siendo un desafío global.

Por lo tanto, es fundamental que los gobiernos reconozcan la importancia de la niñez en el desarrollo social y económico de un país. Invertir en este sector no es solo una cuestión de cumplir con obligaciones morales o internacionales, sino una estrategia prudente para fomentar sociedades más educadas, saludables y equitativas. Los niños y niñas de hoy son los adultos del mañana; sus problemas y necesidades deben ser una prioridad, no una reflexión tardía.

Para abordar esta cuestión sistémica, es necesario promover una mayor participación de los expertos en infancia en los procesos de toma de decisiones y asegurar que las políticas públicas sean evaluadas también en función de su impacto en la población infantil. Las voces de los infantes, aunque no se expresen en las urnas, deben resonar en los corredores del poder a través de quienes aboguen por su bienestar y futuro.

Ignorar las necesidades de este sector en la formulación de políticas públicas no solo es un fracaso en proteger a los más vulnerables, sino también una miopía estratégica que compromete el desarrollo sostenible y la justicia social a largo plazo. Es hora de que los gobiernos ajusten sus lentes y enfoquen claramente en el bienestar y los derechos de los niños, garantizando así un futuro mejor para todos.

Este planteamiento personal y profesional surge en reflexión del pasado 30 de abril, donde la mayoría de mis amigos publicaron historias sobre festivales infantiles en compañía de sus hijos, mientras yo daba un clavado al baúl de los recuerdos encontrando fotografías olvidadas de una etapa fundamental de mi vida, todo esto con aquella canción de fondo del Maestro Sabina donde protestamos contra el misterio del mes de abril.

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

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