La vida tiene cambios radicales, un instante estamos tranquilos, posteriormente la vorágine del día a día cambia de la cotidianeidad al caos. Eso justamente, a gran escala claro está, justo lo que pasa con los gobiernos, en un momento pueden estar en la cima, gozando niveles de popularidad altos, el líder en la cumbre plasmado en la revista Times, y bajo su imagen la leyenda “Saving Mexico”, ¿se acuerdan?, yo sí. Luego, del desarrollo de sucesos posteriores y concatenados el ambiente cambia radicalmente y la historia toma un curso diferente, sumándole a esto lo mediático, la oposición responsable y la rapaz, el resultado es catastrófico. Es innegable que el momento más negro del sexenio pasado fue la noche del 26 de septiembre de 2014, misma en que los 43 normalistas fueron privados de su libertad, el gobierno del presidente Peña nunca se pudo levantar de este golpe.
Como si no nos fueran suficientes todos los problemas por los que pasa nuestro país, crisis económica, incertidumbre, ingobernabilidad, inseguridad, ayer el fiscal general de la república apareció nuevamente después de casi 6 meses de no gozar del foco público, se nota que lo extrañó bastante porque regreso con una bomba, sus declaraciones fueron en relación al caso de los 43 normalistas desaparecidos para asegurar que la tan sonada “verdad histórica” del exfiscal Murillo Karam era una mentira, y que iniciaría desde cero.
Es importante recordar a que nos referimos cuando hacemos referencia a “La verdad histórica”. No es más que la versión oficial de la administración del ex presidente Peña en voz del entonces Fiscal, en ese entonces se afirmó que los estudiantes de la normal fueron privados de su libertad, incinerados y arrojados al río San Juan, en Guerrero, a manos del grupo delincuencial Guerreros Unidos, porque fueron señalados de pertenecer a Los Rojos, grupo contrario.
La reaparición del Fiscal General De La Republica, Alejandro Gertz Manero vino con la noticia de que la FGR había solicitado órdenes de aprehensión contra 46 implicados, servidores públicos de diversos municipios de Guerrero, por los delitos de desaparición forzada y delincuencia organizada, mismas ordenes que se sumarían a la ya obtenida contra Tomás Zerón de Lucio, quien fue el titular de la Agencia de Investigación Criminal y a quien se señaló por alterar evidencias, mismo que huyó del país para no ser detenido, aseguro el Fiscal.
Esperemos todo esto vaya por buen cause, pero es inevitable ver al elefante rosa en la habitación, la realidad más sólida aquí es que el presidente Obrador como una de sus promesas de campaña y bandera de la misma, utilizó el caso Ayotzinapa, y aseguro así a las familias de las victimas que una vez fuera el ungido todas las dudas del caso se disiparían. En diciembre del 2018 el presidente urgió a formar la Comisión de Verdad por el caso Ayotzinapa, misma que ha servido para dos extraordinarias cosas; para nada y para nada.
Es complicado entender como a penas se está pronunciando la actual administración al respecto, ahora que cumple dos años de haber obtenido el triunfo en urnas, al igual que el caso de Emilio Lozoya surgen cuestionamientos, ¿Por qué hasta ahora?, ¿Humo distractor?, ¿Tabla de salvación para la día a día más desacreditada cuarta transformación?, solo el tiempo lo dirá. Gertz Manero regresó con fuerza, señalando al por mayor errores pasados y presentes, ya que también se pronunció acerca de la detención y liberación de los familiares del “Marro” en Guanajuato y lamento las decisiones y pésimo manejo del caso por parte del gobierno estatal.
Nos da gusto ver con fuerza al fiscal, esperemos no olvide cuales son los casos en los que los delitos por su naturaleza son competencia y responsabilidad directa de la federación, nos da esperanza todo ese ánimo desaborado, ojalá le alcance para resolver el pasado, pero sobre todo el presente, el hoyo de inseguridad en el que vivimos lo llama a la acción, será complicado sumergirse en la investigación, controlar lo oficial, lo extraoficial, lo mediático y lo politiquero, será inevitable resurja la tan incómoda foto del presidente Obrador con el entonces alcalde de Iguala, también involucrado en el caso y quien presumía de haber sido un candidato impuesto por AMLO, el nombre de Jose Luis Abarca volverá y será un personaje nada cómodo.