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El correo electrónico que vincula a Felipe Calderón con Odebrecht y el caso Lozoya

El tema de la repartición de sobornos y corrupción en México por parte de la empresa brasileña Odebrecht, no sólo habría involucrado al ex director de Pemex Emilio Lozoya Austin y otros funcionarios del gobierno de Enrique Peña Nieto, sino que incluso, podría haber empezado un sexenio antes, durante el mandato del ex presidente Felipe Calderón.

El pasado fin de semana, el semanario Proceso tuvo acceso a la primera declaración firmada en España por Emilio Lozoya, en donde el ex director de la empresa productiva del Estado señala que Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), Enrique Peña Nieto (2012-2018) y Luis Videgaray Caso, habrían llevado a cabo negociaciones y autorizaron contratos con la compañía brasileña.

En 2017, ese medio y una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) realizada por los periodistas Raúl Olmos y Daniel Lizárraga, revelaron datos importantes sobre el involucramiento del ex presidente emanado del Partido Acción Nacional (PAN) con Odebrecht.

En ese año, la reportera Jesusa Cervantes escribió sobre los 11 contratos que Pemex firmó entre 2009 y 2012 con la transnacional brasileña durante la administración de Calderón por 10.5 millones de dólares, los cuales generaron pérdidas millonarias al país.

“El único contrato de 2010 dado a conocer por Pemex fue el que firmó Pemex Gas y Petroquímica Básica con Braskem (filial de Odebrecht) y Grupo Idesa para el suministro de gas etano. Ese contrato es considerado la verdadera joya de Marcelo Odebrecht. Es el relativo a la venta a la empresa Etileno XXI de 66,000 barriles de gas etano por día. Para llevarlo a cabo, la firma brasileña se comprometió a construir Etileno XXI con una inversión inicial de 2,000 millones de dólares; al final, el costo de la obra sobrepasó los 5,000 millones”, explicó Cervantes.

Por su parte, MCCI reveló que una de las evidencias que involucra al gobierno de Calderón con Odebrecht es un correo electrónico entre dos ejecutivos de ese consorcio, llamados Roberto Prisco Ramos y Alexandro Alencar, en el cual gestionaron una reunión entre Calderón y el entonces presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva como parte de su estrategia de negocios en Pemex.

Una parte del expediente al que MCCI tuvo acceso señala que este mail en particular fue considerado como una prueba relevante por el juez brasileño, Sergio Moro, en una línea de investigación contra el ex presidente Lula por presuntamente haberse prestado a los intereses de Odebrecht usando su investidura como presidente de Brasil.

El mensaje en el cual apareció el nombre de Felipe Calderón está fechado el 8 de diciembre del año 2009, justo cuando cumplía tres años de haber llegado a la presidencia de México y cuando Braskem estaba por cerrar un negocio que le dejaría ventas estimadas en 2,000 millones de dólares anuales.

Pemex le cedió a Braskem y a la compañía mexicana IDESA la construcción de la planta Etileno XXI. A cambio de esta inversión, México dejaría de importar polietileno y habría empleos, según las estimaciones oficiales.

Fuente: Infobae

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Trump y Musk rompen públicamente: amenazas, acusaciones y un choque con consecuencias políticas y económicas

WASHINGTON (CNN) — Lo que alguna vez fue una de las alianzas más poderosas e influyentes en la política estadounidense ha estallado de manera espectacular. El presidente Donald Trump y el magnate tecnológico Elon Musk protagonizaron este jueves un enfrentamiento público cargado de acusaciones, amenazas de represalias económicas y hasta insinuaciones sobre el escándalo Epstein.

Todo comenzó cuando Trump expresó su “profunda decepción” con Musk tras las críticas del empresario al proyecto estrella del presidente: un gigantesco paquete legislativo republicano sobre impuestos, gasto, energía y migración. “Teníamos una gran relación. No sé si la tendremos más”, dijo Trump desde la Oficina Oval.

Musk respondió con artillería pesada desde su red social X, afirmando que Trump no habría ganado la elección de 2024 sin su ayuda y calificando su actitud de “ingratitud”. La guerra digital entre ambos se intensificó rápidamente, reflejando una ruptura total entre el presidente y uno de sus mayores donantes y aliados tecnológicos.
Del «súper asesor» a enemigo político

Musk, quien hasta hace poco ocupaba un rol especial como empleado del gobierno a cargo de la “eficiencia gubernamental”, fue clave en el diseño de la visión trumpista de achicar el aparato federal. Pero ahora, fuera del cargo, ha arremetido contra el pilar legislativo del presidente, llamando al proyecto una “abominación asquerosa” por su impacto en el déficit.

Trump, enfurecido, contraatacó amenazando con cancelar los subsidios y contratos gubernamentales de Musk, una medida que podría afectar severamente a empresas como SpaceX, Tesla y Starlink, y que incluso tendría repercusiones en la Estación Espacial Internacional.

Musk respondió con una acusación explosiva y sin pruebas: aseguró que Trump “está en los archivos de Epstein” y sugirió que ese sería el motivo por el cual ciertos documentos del caso no han salido a la luz. CNN no ha podido verificar esa afirmación ni ha recibido comentarios oficiales de la Casa Blanca.
Crisis interna para los republicanos

El magnate también se burló de la política arancelaria de Trump —diciendo que llevaría a una recesión este mismo año— y hasta se mostró abierto a respaldar un juicio político para destituir al presidente y colocar al vicepresidente JD Vance en su lugar.

La relación entre ambos ha tenido consecuencias inmediatas. Las acciones de Tesla cayeron en Wall Street tras la pelea pública, y los analistas ya especulan sobre cómo esta ruptura podría influir en futuras elecciones, dado que Musk fue el mayor donante individual conocido en las elecciones de 2024.

Algunos funcionarios de la Casa Blanca dijeron que Trump estaba “más sorprendido que enojado”, y que el distanciamiento con Musk le ha afectado emocionalmente. Sin embargo, la actitud del presidente ha comenzado a endurecerse, especialmente después de que Musk dijera: “Sin mí, Trump habría perdido”.
Una pelea con implicaciones más allá del ego

Más allá de la disputa personal, la pelea plantea dilemas políticos y económicos importantes: ¿seguirá Musk respaldando candidatos republicanos? ¿Se cortarán efectivamente sus contratos con el gobierno federal? ¿Podría esto fracturar la ya polarizada base conservadora?

En un tono melancólico, Trump evocó los días en que Musk lo apoyaba y hasta hacía campaña por él: “Elon me respaldó con fuerza. Incluso subió al escenario a hablar por mí”, dijo, visiblemente afectado. Sin embargo, también lo acusó de sufrir una especie de “síndrome de desorden anti-Trump” común entre exfuncionarios.

Por ahora, mientras los insultos y acusaciones vuelan de una plataforma a otra, una imagen de su antigua cercanía persiste: el Tesla rojo que Trump compró en un evento para impulsar el negocio de Musk aún permanecía estacionado en el camino de entrada de la Casa Blanca la noche del jueves. Un símbolo de una alianza que, al menos por ahora, parece haber llegado a su fin.

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