Los restos de Jenni Rivera reposan en una funeraria de Long Beach, la ciudad californiana donde nació “La Diva de la Banda”, a la espera de un funeral y un homenaje póstumo que probablemente tengan lugar la próxima semana.
Los hermanos de la cantante fueron los encargados de velar el cuerpo en el desplazamiento desde México, realizado en un vuelo privado que aterrizó en el aeropuerto municipal de Long Beach la pasada noche, donde esperaban numerosos admiradores de la diva.
A continuación las autoridades locales escoltaron el coche fúnebre hasta el cementerio All Souls, situado a escasos kilómetros de la residencia de la madre de la artista, donde en torno a la madrugada tuvo lugar un velatorio íntimo con el resto de la familia, incluidos los hijos de Jenni Rivera.
La próxima semana probablemente se organizará un funeral y un homenaje póstumo donde el público podrá celebrar la vida de Rivera, según indicaron familiares de la artista, que por el momento no han concretado públicamente esos planes.
“Pronto tendremos una ceremonia en la que los fanáticos puedan despedirse de mi hermana”, dijo Juan Rivera a los medios locales, quienes avanzan que ese acto público podría tener lugar el próximo martes.
Por su parte, Pedro Rivera Jr. explicó que su hermana Jenni dejó escrito que no quería que sus restos fueran incinerados y que deseaba ser enterrada en un ataúd.
Los estudios de ADN confirmaron que los restos encontrados junto al avión accidentado el pasado domingo en el norte de México pertenecen a Jenni Rivera y fueron entregados a sus familiares, informó este jueves la fiscalía del norteño estado de Nuevo León.
La procuraduría señaló que dicho procedimiento “está sustentado con evidencia científica y el reconocimiento físico de los familiares”.
Las autoridades estatales anunciaron que también fueron realizados los exámenes de ADN a los otros seis pasajeros que perdieron la vida el pasado domingo en un accidente aéreo en el poblado de Iturbide, en el sur de ese estado.
Entre los fallecidos se encuentran Arturo Rivera, publicista de la artista, así como su abogado, Mario Macías, y su maquillador, Jacob Llenares.
Los restos de la cantante Jenni Rivera fueron llevados por sus familiares a la funeraria Guadalupe Premier, ubicada en el centro del municipio de San Nicolás, que pertenece al área metropolitana de Monterrey.
De ahí fueron trasladados al Aeropuerto del Norte, desde donde sus familiares volaron hasta Long Beach.
Expertos en aeronáutica de México y Estados Unidos comenzaron una investigación sobre las causas del accidente, cuyos resultados estarán listos en unos diez días.
El Learjet 25 accidentado, fabricado en 1969, traía velocidad de crucero en el momento de estrellarse y pudo haber alcanzado “más de seiscientos kilómetros por hora” al estrellarse, dijo el ministro de Comunicaciones y Transportes de México, Gerardo Ruiz Esparza.
Por otra parte, el titular de la Dirección general de Aeronáutica Civi (DGAC), Alejandro Argudín, explicó que la aeronave “llegó a los 28.700 pies (unos 9.000 metros) y desde allí se da un desplome abrupto hasta 9.000 pies (unos 2.700 metros), que es donde se impacta”.
Rivera falleció a los 43 años, en pleno esplendor de su carrera, consagrada como una artista muy popular que alternó los grandes escenarios con otros menos importantes donde era aclamada por millones de incondicionales.
La artista méxico-estadounidense, que vendió más de 15 millones de discos, cultivó la música de banda, la ranchera, la balada, la música pop y el corrido, lo que le abrió el corazón de infinidad de seguidores en Estados Unidos y México.
Rivera tenía pendiente su debut en el cine con la película “Filly Brown”, cuyo estreno está previsto para abril del próximo año.
EFE
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