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Opinión

La búsqueda de la felicidad por Kamel Athie

El objetivo fundamental de toda sociedad y país, debe ser alcanzar la felicidad familiar y colectiva, para lo cual se requiere avanzar y cumplir 10 requisitos básicos en favor de las familias:

1) Que reciban ingresos decorosos, 2) Que tengan acceso a los servicios de salud pública, 3) Que todos los niños y jóvenes tengan acceso a los diversos niveles educativos, 4) Que la cultura y la recreación esté al alcance de las mayorías, 5) Que el deporte se convierta en factor de salud y antídoto contra las adicciones, 6) Que haya conciencia del cuidado y ecología del medio ambiente, 7) Que se viva en democracia progresiva y se respeten los derechos humanos, 8) Que se evite todo tipo de discriminación y se amplié la participación de las mujeres, 9) Se incorporen a los roles sociales las personas con discapacidad y 10) Que se practiquen esquemas de convivenvia familiar y colectiva promoviendo valores y elementos de identidad y pertenencia.

El desempleo y la falta de ingresos son la causa directa de la pobreza, de la angustia y depresión, por eso dentro de la jerarquía se anota en primer lugar. Cabe aclarar que este requisito no demanda de altos ingresos distintivos de una economía consumista, porque se consiguen efectos contrarios como el derroche, dispendio y el endeudamiento. Estados Unidos cayó en eso.
KAMEL ATHIENo se puede llegar a la felicidad, donde la mayoría de la población padezca de los males de moda como son los cánceres, enfermedades del corazón y la diabetes mellitus, donde a pesar de los avances científicos y tecnológicos que han permitido aumentar la esperanza de vida, por falta de ingresos no tengan acceso a los servicios médicos y en ocasiones pierdan la vida y sus ahorros. Se requiere de una sociedad integrada por individuos sanos y puestos para destacar en las escuelas, el deporte y centros de trabajo.

En esa escalada rumbo a la felicidad es necesario formar individuos ética y socialmente responsables, aptos y preparados para enfrentar y resolver problemas, capaces de destacar en los ámbitos de la ciencia, el arte, la economía y hacer de su trabajo un espacio de superación constante. Para todo esto se requiere una sociedad donde no existan rechazados en los planteles educativos de ningún nivel, donde los maestros y alumnos concurran con emoción a dar y recibir conocimientos.

La educación es la piedra angular para la superación de los países, pero también es el cimiento principal de la cultura. Para lograr la felicidad es necesario que las personas desplieguen sus dones, atributos y habilidades en la pintura, la escultura, la música, el teatro, el cine….en fin todo lo que represente la distracción relajante, inlcuidos los viajes a lugares turísticos y culturales. Igualmente deben crearse entornos para practicar las diversas disciplinas deportivas, en todas las edades, hombres y mujeres.

No se puede avanzar en la felicidad cuando los humanos perciben que son parte de un deterioro progresivo del suelo, agua y aire y la destrucción creciente de la fauna y la flora de los lugares donde habitan. Estas circunstancias son causa de estrés y de confrontación entre la gente, por eso debe propenderse a darle a este tema primerísima prioridad en los programas de gobierno.

En algunos países se ha demostrado que la democracia y la participación ciudadana son factores claves para la convivencia armónica de la sociedad, no basta con tener altas tasas de crecimiento económico cuando se tiene una sociedad reprimida como algunos países del sureste asiático o la propia China. Tampoco se puede avanzar hacia la felicidad colectiva cuando se violan los derechos humanos.

El mundo actual exige compartir el trabajo entre hombres y mujeres, para aprovechar ese inexplorado potencial que significa avanzar en la equidad de género, donde los esfuerzos conjuntos deben derivar en mayores logros como sociedad y país. Igualmente la discriminación étnica, de género, de estatus social, incluso de preferencia sexual constituyen un freno para la armonía colectiva.

La felicidad es antípoda de la angustia y la depresión…es un estadío al que sólo se asciende en ocasiones y momentos… y la clave está en durar en ella el mayor tiempo posible, pero depende mucho de los entornos favorables creados deliberadamente, por los gobiernos y los esfuerzos que hagan las familias. kamelathie@gmail.com

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Opinión

León XIV: Entre Herencia y Esperanza. Por Caleb Ordoñez Talavera

El pasado 8 de mayo de 2025, la Plaza de San Pedro volvió a rugir con fuerza: un nuevo Papa, un nuevo nombre, y un nuevo horizonte para la Iglesia Católica. Robert Francis Prevost, estadounidense con alma latinoamericana, elegido como León XIV, asumió el timón de una institución milenaria que vive uno de sus momentos más complejos y decisivos.

Caleb Ordoñez T.

Caleb Ordoñez T.

Con 69 años y una historia de servicio en Perú y otros países del continente, León XIV hereda tanto la fuerza reformadora de su antecesor como las tensiones no resueltas que convulsionan los cimientos del Vaticano. Los desafíos son múltiples y profundos, pero también ofrecen la oportunidad de renovar la confianza y el sentido de pertenencia en millones de fieles en el mundo. Apuntémoslos, uno por uno.

Una Iglesia católica dividida.

El pontificado de Francisco dejó importantes avances, pero también sembró tensiones internas entre sectores progresistas y conservadores. La polarización no es nueva, pero ha ganado intensidad, especialmente en temas como el celibato, la diversidad sexual, y el papel de las mujeres. León XIV deberá actuar como un gran equilibrista: firme en convicciones, pero abierto al diálogo; pastor cercano, pero líder con autoridad.

Mantener la unidad sin sofocar el debate interno será clave. La religión católica no puede permitirse un cisma silencioso. León XIV debe tender puentes entre tradiciones y modernidad, entre las voces que claman por apertura y las que defienden la ortodoxia. Su perfil pastoral y su cercanía con América Latina podrían ser su mejor carta para lograrlo.

Crisis económica: Finanzas al Límite.

Uno de los retos más urgentes es la crisis económica que atraviesa el Vaticano. La caída estrepitosa de donativos, el déficit presupuestal que ronda los 30 millones de euros anuales y la pesada carga de sueldos y pensiones para miles de empleados son señales de alarma. León XIV no solo necesita recortar gastos con sensatez, sino también encontrar nuevas formas de financiamiento ético, sin comprometer la esencia espiritual del Vaticano.

La transparencia financiera y la gestión eficiente no son asuntos secundarios: son condiciones necesarias para recuperar la credibilidad y garantizar la sostenibilidad de las obras sociales, misiones y proyectos educativos que sostienen millones de vidas.

El Papel de la Mujer

Aunque se han dado pasos hacia una mayor participación de la mujer en la Iglesia, la brecha sigue siendo enorme. Las mujeres sostienen gran parte del trabajo pastoral, educativo y social del catolicismo, pero siguen excluidas de la toma de decisiones de mayor nivel.

León XIV tiene la oportunidad —y la obligación moral— de abrir un diálogo sincero y concreto sobre el acceso de las mujeres a ministerios más amplios, incluidos aquellos roles que hoy están reservados solo para varones. No se trata solo de equidad, sino de reconocer con justicia el rostro femenino de la fe.

Abusos Sexuales: Justicia Sin Excusas.

La herida de los abusos sexuales sigue abierta. Aunque se han adoptado protocolos y se han hecho avances, aún hay diócesis que actúan con opacidad o lentitud. León XIV deberá liderar con determinación un proceso de limpieza profunda: no más encubrimientos, no más silencios.

El mundo espera una Iglesia sin miedo a la verdad, que escuche a las víctimas, que repare con justicia y que garantice que nunca más el poder religioso sirva como escudo para la impunidad.

Una Voz de Paz en un Mundo en Guerra.

El nuevo Papa también enfrenta un mundo convulso: conflictos armados, crisis migratorias, cambio climático y una creciente indiferencia espiritual. León XIV ha empezado su pontificado con un llamado a la paz y al encuentro entre pueblos. No es casual: su experiencia misionera, su contacto con comunidades marginadas y su carácter conciliador le dan autoridad moral para convertirse en una voz de paz con peso geopolítico.

Frente al avance del individualismo, el cinismo y el fanatismo, León XIV puede volver a hacer de la Iglesia una plataforma de escucha, mediación y servicio.

Un Papa con el Reto de Conectar

En un mundo que ya no cree fácilmente en las instituciones, León XIV tendrá que hacer lo que Francisco inició: bajar del trono, caminar entre la gente, hablar su idioma, y ofrecer respuestas reales. La Iglesia no puede ser solo una voz moral; debe ser un testimonio de esperanza concreta.

Su pontificado apenas comienza, pero los pasos que dé en estos primeros meses marcarán el tono de su legado.  (Y una caída cada vez más aguda de católicos) ¿Será León XIV el Papa que reconstruya los puentes rotos entre la fe católica y el mundo? Hay razones para creer que sí. Pero también muchas heridas que sanar, y estructuras que transformar.

La historia lo espera. Y millones de creyentes católicos también.

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