– Hay otra. Cuándo las cosas están mal muchas veces podemos buscar consuelo en otros brazos, puede que el romance sea pasajero, pero cuando esa persona nos llena se convierte en un motivo para decir adiós.
– No nos sentimos valorados. No por ser hombre quiere decir que no necesitamos mimos, eso nos gusta y también nos gusta sentirnos útiles, y si esto no pasa, no nos sentimos importantes, a la larga decidiremos decir adiós.
– Discusiones. Lo que antes era amor se puede convertir en un terreno de batalla, en donde pasan más tiempo peleando que disfrutando de su amor. Cuando se llega a este punto, hay momentos en los que decimos ¡basta!
– La falta de sexo. A nosotros nos gusta el sexo, nos gusta tener momentos en donde se disfrute la intimidad libremente, y nos encanta que nuestra pareja tenga deseos de hacer el amor. Si nuestra pareja pone mil “peros” para tener sexo, eso se convierte en un problema.
– Querer cosas distintas. Si vemos que nuestra pareja no está en el mismo canal, las cosas no funcionan. Lo mejor es que ambos quieran lo mismo en su relación, pues cuando hay cosas distintas el final estará cerca.
– Pocos cuidados corporales. Chicas, nos gusta que se vean bien, que luzcan radiantes, sin embargo, al no procurarse y al no tener esa chispa de quererse ver bien para nosotros, buscamos por otro lado.
– Agobio. Nos gusta nuestro espacio, tener esos momentos de tranquilidad, saber que tenemos un lugar que nos pertenece, no nos gusta que nos atosiguen ni nos gusta tener una “mamá” por pareja.
– Impuntualidad. Lo peor que puede existir y algo que nos molesta en gran medida es la impuntualidad, nos gusta que las cosas estén a tiempo, y una mujer impuntual llega a fastidiarnos, al grado de mejor buscar en otro lado.
– No estamos preparados. Hay ocasiones en las cuales simplemente no estamos preparados para el compromiso, y si hay una gran presión podemos desistir. Hay veces que queremos que las cosas sean con calma.
– No ser su prioridad. Sí chicas, a nosotros también nos gusta sentirnos queridos y, por qué no, en ocasiones ser parte de sus prioridades, pero cuando nos enteramos o sentimos que no entramos dentro de esa categoría, mejor decidimos hacernos a un lado.
– Somos como agua y aceite. Para que las cosas funcionen siempre hay que tener algunas cosas en común, pero si en la relación ustedes son polos completamente opuestos, en donde a ti te gusta el rock y a ella la música clásica, pues las cosas terminarán por explotar.
Vía De10.mx
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