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Afectados GM y VW por suspensión del ACE 55

Volkswagen y General Motors serían las empresas más afectadas por la suspensión del Acuerdo de Complementación Económica (ACE) 55 con México, que regula el comercio de vehículos entre ambos países ACE55, debido a que son las marcas que más unidades envían al país sudamericano.

De acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), Volkswagen exportó 9,228 vehículos a Argentina en los primeros cinco meses del año, cifra 22.5% menor que la reportada en el mismo periodo de 2011 (11,909 unidades).

Por su parte, GM envío 7,657 vehículos al país sudamericano, lo que significó un incrementode 20.2% en comparación con los primeros cinco meses del año pasado (6,371 vehículos).

Ford, el tercer exportador de vehículos a Argentina, envió un total de 5,197 unidades al país sudamericano, cifra 4.4% menor a la registrada en el periodo de enero a mayo de 2011 (5,439 autos).

En tanto, Chrysler se ubicó como el cuarto exportador de vehículos a Argentina en los primeros cinco meses del año con 4,230 unidades, cifra no comprable con el mismo periodo de 2011, debido a que aún no comercializaba autos en el país sudamericano.

Honda fue quinto lugar con 1,682 vehículos exportados a Argentina, lo que representó un retroceso de 5.5% en comparación con el periodo de enero a mayo de 2011 (1,779 unidades).

Finalmente, Nissan envió un total de 1,482 vehículos al país sudamericano en los primeros cinco meses del año, cifra 76.1% menor a la reportada en el mismo periodo de 2011 (6,202 autos).

Cabe mencionar que las firmas automotrices exportan vehículos a Argentina, por lo que tendrán que pagar un arancel de 35%, luego de que el gobierno de ese país suspendiera por tres años la aplicación del ACE55.

La suspensión obedeció a que el gobierno que encabeza Cristina Fernández de Kirchner considera que la firma del Cuarto Protocolo Adicional al Apéndice II entre México y Brasil, que limita el comercio entre ambos países, favorece el desvío de flujo comercial hacia otros países del área de libre comercio, entre los que aparece Argentina como mercado más grande.

Asimismo, señala que dicha negociación fomenta la producción entre México y Brasil, lo que constituye una amenaza de daño grave, inminente e irreparable a los fabricantes de automóviles argentinos, afectando al desarrollo de las inversiones presentes o futuras del sector.

El gobierno argentino piensa que la definición de una mayor exigencia de contenido regional aplicable al flujo bilateral entre México y Brasil, sin otras previsiones, sesga el flujo inversor hacia estos dos países, profundizando el desequilibrio actual de los saldos bilaterales.

En lo que respecta a las inversiones, cree que la amenaza de daño se ve reflejada en los anuncios de inversión realizados por las empresas del sector, con posterioridad a la firma del Cuarto Protocolo Adicional al Apéndice II.

Afirma que el Derecho Internacional prevé la posibilidad de suspender la aplicación de un tratado, de forma total o parcial, por una de las partes que se considere especialmente perjudicada por una violación grave del mismo por parte de otra u otras de las Partes en el tratado.

México exporta a Argentina los modelos: Chevrolet Aveo G3, Dodge Journey, Dodge Ram, Fiat 500, Ford Fiesta Kinetic Design, Honda CR-V, Nissan NP300, Nissan March, Nissan Sentra, Nissan Tiida, Nissan Versa, Volkswagen Beetle, Volkswagen Bora, Volkswagen Vento.

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Deportes

Wimbledon sin jueces de línea: el fin de una era que muchos ya extrañan

Por primera vez en sus 148 años de historia, Wimbledon ha eliminado por completo a los jueces de línea humanos, reemplazándolos con un sistema electrónico automatizado. Esta decisión marca un punto de inflexión en uno de los torneos de tenis más tradicionales del mundo, generando una mezcla de aceptación tecnológica y nostalgia por la humanidad que esta figura representaba en la cancha.

Pauline Eyre, quien fue jueza de línea en 16 ediciones del torneo, recuerda con orgullo su primera vez pisando el césped sagrado del All England Club a los 21 años. “Era un sentimiento extraordinario”, comenta. Lejos de haber soñado con ganar un trofeo como jugadora —ella misma se describe como una mala competidora juvenil—, su máximo orgullo fue formar parte del equipo de oficiales, un grupo que consideraba “visiblemente diferente y especial”.

Esa esencia humana es justo lo que, para Eyre y otros puristas, se pierde con esta transformación. Aunque el sistema electrónico —el mismo adoptado por el Abierto de Australia y el US Open— promete precisión absoluta, Eyre sostiene que el cambio elimina una parte esencial del deporte: la imperfección humana. “El tenis es sobre personas. Si le quitas la humanidad, estás quitando una parte fundamental del juego”, afirma.

La medida, anunciada por el All England Lawn Tennis Club en octubre pasado, responde a la intención de garantizar la máxima precisión en el arbitraje y ofrecer condiciones homogéneas para los jugadores, en línea con la mayoría de los torneos del circuito ATP y WTA. Sally Bolton, directora ejecutiva del club, explicó que la transición busca estandarizar el entorno competitivo. Sin embargo, incluso antiguos funcionarios como Andrew Jarrett, ex árbitro principal de Wimbledon entre 2006 y 2019, admiten que el cambio, aunque lógico desde el punto de vista tecnológico, tiene un “costo humano”.

Jarrett subraya que durante su gestión nunca se contempló seriamente eliminar a los jueces de línea, aunque reconocía que la introducción del sistema Hawk-Eye en 2007 marcaba el inicio de una posible transición. Para Eyre, ese momento fue revelador: “Hawk-Eye nos demostró que casi siempre teníamos razón”, dice, con cierta melancolía.

La eliminación de estos oficiales también impacta el futuro del arbitraje en el tenis. “¿Por qué un joven de 15 años querría ahora pasar sus fines de semana arbitrando partidos infantiles si ya no puede soñar con llegar a Wimbledon?”, cuestiona Eyre.

Entre los jugadores, la reacción es dividida. Aryna Sabalenka, número uno del mundo, considera que el sistema electrónico elimina controversias y aporta claridad, aunque reconoce estar «50/50». Por otro lado, Barbora Krej?íková y Frances Tiafoe expresaron su preferencia por el estilo tradicional, destacando el «fanfarroneo» y la interacción humana que ofrecían los desafíos a jueces de línea.

El sistema automático no está exento de fallas. Durante un partido de segunda ronda, el sistema emitió un llamado de «fuera» entre puntos, generando confusión y risas entre el público. Otros jugadores también señalaron que las señales automatizadas son a veces demasiado tenues para escucharse, especialmente en canchas con mayor ruido ambiental.

De los aproximadamente 300 jueces de línea que solían participar en Wimbledon, solo 80 permanecen este año como asistentes de cancha en caso de fallos técnicos del sistema.

Lo que antes era una aspiración para muchos —ser parte del torneo más prestigioso del mundo, aunque fuera desde los márgenes del terreno de juego— ahora queda relegado a la historia. Eyre, ahora comediante de stand-up, recuerda cuando fue abucheada por sancionar al favorito local Greg Rusedski o cuando John McEnroe la fulminó con la mirada por marcarle un error.

Con humor y algo de resignación, reconoce que los jueces de línea eran vistos como “jugadores fracasados y personas demasiado autoritarias”. Pero, en el fondo, lo hacían por amor al tenis. “Solo queríamos ser parte de algo que amamos”, concluye.

Y quizás, como muchas cosas en la vida, no sabíamos cuánto los íbamos a extrañar… hasta que desaparecieron.

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