La invitación a abandonar Alemania al enlace de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la Embajada de Estados Unidos en Berlín ha sido un «paso necesario» e «inevitable» y una «reacción adecuada» ante la grave «ruptura de confianza» por parte de Washington. Así definió el jueves el ministro alemán de Exteriores, Frank Walter Steinmeier la decisión sin precedentes tomada por el Gobierno de la canciller federal, Angela Merkel, ante la arrogancia estadounidense en el escándalo protagonizado por los distintos servicios secretos de EE UU en este país.
El descubrimiento de dos presuntos agentes dobles al servicio de la CIA en los Servicios Federales de Inteligencia (BND) y el Ministerio federal de Defensa acabó con la paciencia del Gobierno germano, puesta a prueba ya hace meses cuando la documentación revelada por el antiguo agente de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EE.UU., Edward Snowden, reveló las escuchas sistemáticas de las comunicaciones del Gobierno alemán, incluida la intervención de uno de los teléfonos móviles de Merkel.
Pese a la dureza de la medida ante un país que se considera como uno de los principales aliados de Alemania, Steinmeier ofreció seguidamente la reconciliación, aunque subrayó que «necesitamos y esperamos unas relaciones basadas en la confianza». El propio Steinmeier buscará recomponer esas maltrechas relaciones durante la visita que la semana que viene tiene previsto realizar a Washington, en agenda aún antes de que Berlín decidiera dar un paso que sorprendió probablemente al propio presidente estadounidense, Barack Obama. El jefe de la diplomacia alemana contactará ya este fin de semana en Viena con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, al margen de las conversaciones sobre el polémico programa nuclear de Irán a las que asistirán los titulares de Exteriores de las cinco potencias con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania.
Pese a todo, el titular germano de Exteriores subrayó que, a la vista de las distintas crisis mundiales, la cooperación entre Estados Unidos y Alemania es ahora quizás más importante que nunca. Steinmeier reconoció que «no hay alternativa» a la sociedad entre los dos países, aunque esta debería ser revitalizada ahora «sobre una base de sinceridad». Su compañero y titular de Justicia, Heiko Maas, dijo a su vez que Estados Unidos está obligado a colaborar de manera activa para aclarar todas las acusaciones en su contra. Se le exigió a Washington que hablase claro. Entre tanto, el portavoz del Gobierno federal, Steffen Seibert, desmintió informaciones publicadas por la prensa, según las cuales, se había dado orden a los distintos servicios secretos alemanes de reducir al mínimo su cooperación con los colegas estadounidenses. «Nunca se ha dado esa orden», dijo escuetamente Seibert. Además comentó no estar capacitado ni autorizado para dar detalles sobre las operaciones de las agencias locales de inteligencia y reconoció que la cooperación entre Alemania y EE UU en ese campo es vital para ambas partes
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