El presidente de la Confederación Nacional Campesina, Gerardo Sánchez García, advirtió hoy que habrá movilizaciones en todo el país en caso de que el Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa retrase el apoyo a los productores del agro afectados por la sequía que cada vez se agudiza más, o decida vetar el decreto legislativo de 15 mil millones de pesos aprobado en la última sesión de la Cámara de Diputados.
Tras condenar el enésimo aumento al precio de la gasolina y el diesel agropecuario, el también diputado federal por el estado de Guanajuato indicó que las presas, principalmente del centro y norte de la República, se encuentran prácticamente vacías y que la ausencia de lluvias es casi absoluta, por lo que no descartó que esté en riesgo de perderse el actual ciclo de producción.
En la ciudad de México, luego de realizar una más de sus etapas de proselitismo a favor el voto para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en esta ocasión por Guanajuato, Tamaulipas y Durango, el líder de la CNC calificó de “preocupante” la situación agrícola y ganadera a causa de las pérdidas que provoca la sequía sin precedentes y el nulo apoyo a los damnificados por parte del gobierno federal.
“Afortunadamente, celebró, la pesadilla para el campo mexicano está por terminar con la conclusión de este sexenio, durante el cual ha sido uno de los sectores más olvidados, con presupuestos que pretendieron disminuir cada
año y una caída hasta del 50 por ciento en los precios de los productos agrícolas”.
La realidad, agregó, es que al presidente de la República no le interesa el sector primario, quiere seguirle apostando a las importaciones de alimentos y a este paso lo que se pretende es que México compre el 80 por ciento del abasto alimenticio en el extranjero, sobre todo a Estados Unidos.
El líder de la CNC consideró que para frenar el derrumbe del sector agropecuario se requiere replantear las políticas públicas, ya que en la actualidad México depende 50 por ciento de las importaciones de alimentos cuando lo recomendado por la Organización de las Naciones Unidas es como máximo un 25 por ciento.
Sánchez García afirmó que los recortes presupuestales al campo, han frenado no sólo el desarrollo de este sector sino la competitividad de los productores que han tenido que abandonar esta actividad por poco rentable.
“Esto es parte de la irresponsabilidad del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, de ahí la preocupación cenecista de que el decreto legislativo aprobado el pasado 30 de enero vaya a correr la misma suerte de otro anterior por 10 mil millones de pesos que fue rechazado por la administración panista, sólo que en esta ocasión, destacó, la CNC emprenderá movilizaciones en defensa de los productores que demandan con urgencia tales recursos y para que quede claro que con los campesinos del país no se juega”.
Gerardo Sánchez García precisó que los actos de resistencia obedecen a la situación tan deplorable en que los gobiernos panistas tienen postrado al país, decena trágica, sostuvo, en que la abulia, la negligencia, la corrupción y el cohecho, el compadrazgo y el nepotismo se institucionalizaron.
Por eso, concluyó, es que la CNC lleva a cabo una cruzada cívica y de promoción al voto a favor de los candidatos priistas a puestos de elección popular, con la seguridad de que la ciudadanía harta de los errores del PAN optará este primero de julio por el arribo de Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República.
Ellos son los cardenales mexicanos con posibilidades de convertirse en Papa
El humo blanco que anuncia la elección de un nuevo Papa es uno de los momentos más emblemáticos de la Iglesia Católica, con un proceso complejo detrás de esta decisión. El sistema actual de elección papal tiene sus orígenes en el decreto promulgado por el papa Nicolás II en 1059, que estableció a los cardenales obispos como electores.
Este decreto fue un punto de inflexión histórico, pues redujo la influencia de la aristocracia romana y del bajo clero, sentando las bases para el Colegio Cardenalicio, formalizado en 1150. Hoy, este cuerpo es el encargado de elegir al líder espiritual de más de mil millones de católicos en todo el mundo.
Según National Geographic, el cónclave, como se denomina a la reunión de los cardenales para elegir al nuevo Papa, se celebra entre 15 y 20 días después de que el trono papal queda vacante, ya sea por fallecimiento o dimisión del pontífice. Este intervalo, establecido en 1922, permite que los cardenales de todo el mundo puedan viajar al Vaticano. Actualmente, el Colegio Cardenalicio está compuesto por 252 miembros, aunque sólo 138 de ellos tienen derecho al voto en caso de la defunción del actual Papa Francisco, ya que deben cumplir con el requisito de ser menores de 80 años.
Qué cardenales mexicanos podrían aspirar a la elección
El Cardenal Carlos Aguiar Retes participa en la ceremonia de inauguración como nuevo Arzobispo de México el 5 de febrero de 2018. (Reuters/Henry Romero)
Entre los 252 cardenales que conforman el Colegio Cardenalicio, seis son de México. Estos líderes religiosos han desempeñado roles clave tanto a nivel nacional como internacional, sin embargo, únicamente dos de ellos podrían ser considerados en un futuro cónclave: Carlos Aguiar Retes y Francisco Robles Ortega. Carlos Aguiar Retes, actual arzobispo primado de México, nació el 9 de enero de 1950 en Tepic, Nayarit. Él inició su formación en el Seminario de Tepic y continuó sus estudios de Teología en instituciones de Estados Unidos y México, posteriormente, fue ordenado sacerdote en 1973 y, en 2016, el papa Francisco lo nombró cardenal. En 2017, asumió el cargo de arzobispo primado de México, liderando una de las arquidiócesis más importantes del mundo, detalló la circunscripción eclesiástica.
Por otro lado, Francisco Robles Ortega es arzobispo de Guadalajara desde 2012. Su nombramiento fue realizado por el Papa Benedicto XVI en 2011, consolidando su posición como una figura clave en la Iglesia mexicana. Robles Ortega ha sido un defensor de los valores tradicionales y ha trabajado en iniciativas pastorales para fortalecer la fe en su arquidiócesis.
Aunque debido a su edad ya no es considerado candidato para el cónclave, el cardenal Alberto Suárez Inda, arzobispo emérito de Morelia, también forma parte del Colegio Cardenalicio. Nacido en Celaya en 1939, Suárez Inda estudió en Roma y fue ordenado sacerdote en 1964. En 2015, el Papa Francisco lo nombró cardenal, reconociendo su labor pastoral en una región históricamente afectada por la violencia y la pobreza, según informó La Oficina de Prensa de la Santa Sede (el Bollettino Sala Stampa della Santa Sede).
Después, Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, es otro de los cardenales mexicanos, aunque su edad lo elimina como candidato. Nacido en 1940 en el Estado de México, fue nombrado cardenal en 2020 por el papa Francisco con el título de San Luigi Maria Grignion de Montfort.
El cardenal Juan Sandoval Íñiguez, nacido en Jalisco en 1933, fue nombrado arzobispo de Guadalajara en 1994 por el papa Juan Pablo II y, ese mismo año, recibió el birrete cardenalicio, aunque actualmente es arzobispo emérito.
Finalmente, en la misma situación que éstos últimos, se encuentra Norberto Rivera Carrera, nacido en Durango en 1942. Él fue designado obispo de Tehuacán en 1985 por el papa Juan Pablo II y, posteriormente, arzobispo primado de México, cargo que desempeñó durante más de dos décadas.
En qué consiste el cónclave
En el cónclave, la Iglesia Católica se encuentra ante una decisión trascendental que marcará el rumbo de los próximos años. (EFE)
El cónclave papal, que se lleva a cabo en la Capilla Sixtina, es un evento rodeado de estrictas normas de confidencialidad. Según detalló National Geographic, los cardenales electores permanecen aislados del mundo exterior hasta que se elige al nuevo Papa. Durante este tiempo, juran mantener la integridad del proceso y solo un reducido grupo de asistentes tiene permitido interactuar con ellos.
El proceso de votación se divide en tres etapas: preescrutinio, escrutinio y postescrutinio. En la primera, se distribuyen las papeletas y se designan los encargados de recoger y contar los votos. Durante el escrutinio, los cardenales emiten su voto en secreto. Finalmente, en el postescrutinio, los votos se tabulan, se verifican y luego se queman.
El humo que emana de la chimenea instalada en la Capilla Sixtina es el indicador visual para el mundo exterior. Si las papeletas quemadas producen humo negro, significa que no se ha alcanzado un consenso, en cambio, el humo blanco anuncia la elección de un nuevo Papa. Aunque esta práctica se remonta al siglo XIX o principios del XX, el Vaticano ha modernizado los materiales utilizados para generar el humo. Desde 2005, se emplean productos químicos específicos para garantizar la claridad del color: una mezcla de clorato potásico, lactosa y resina de conífera para el blanco, y perclorato potásico, antraceno y azufre para el negro, detalló National Geographic.
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