El diputado Jaime Chris López Alvarado del PRI propuso un punto de acuerdo para que el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) diseñe un programa de aprendizaje para madres, padres y tutores sobre las mejores prácticas educativas y correctivas.
En un comunicado, el priista mencionó que el DIF debe difundir la importancia del sano esparcimiento en el hogar y «las graves repercusiones de la violencia a menores durante su crecimiento, ya que los familiares más cercanos creen que los golpes, gritos y diversas formas de maltrato son la mejor manera de educar a un infante.
Sin embargo, resulta contraproducente, porque en ocasiones repercute en el aumento de jóvenes que se integran al vandalismo».
El secretario de la Comisión de Gobernación refirió que la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (Enadis) 2010 reveló que al menos 24.1 por ciento de la población en México justifica (en mayor o menor medida) pegarle a una niña o niño para que obedezca, lo cual refleja «la terrible situación que pueden sufrir los menores, ya que por ninguna circunstancia es justificable golpearlos, porque es el primer paso para la crianza de posibles jóvenes delincuentes con problemas psicológicos y de salud».
Asimismo, continuó, es complicado detectar las violaciones a los derechos de las niñas, niños y adolescentes, ya que en su mayoría, por miedo, prefieren callar el maltrato que sufren y no denunciarlo, a pesar de que la Enadis 2010 estableció que el 26.7 por ciento de las niñas y niños han sido golpeados por sus padres.
Entre una cuarta y quinta parte de los niños encuestados reportó que los motivos más frecuentes de maltrato consistieron en haberlos hecho llorar, golpeado, quitado o escondido sus cosas. De los que admiten haber sido golpeados, uno de cada diez, dijo, que es una situación muy frecuente y casi la mitad señala que sucede poco.
López Alvarado consideró que la violencia infantil en el país «es sumamente seria, y no debe tomarse a la ligera». Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en el 2010 reveló que en 26 de los 32 sistemas estatales del DIF se atendieron 32 mil 68 reportes por maltrato a menores, y en el 55.5 por ciento de los casos se comprobó la agresión (17 mil 800), precisó.
De ese total, 50.2 por ciento fueron niñas y las entidades con el mayor índice de casos fueron Guanajuato, Yucatán, Puebla, Coahuila, Chihuahua y Sinaloa.
Destacó que el maltrato infantil, en cualquiera de sus modalidades, es grave por el simple hecho de serlo; no obstante, resulta aún más alarmante cuando la violación a los derechos de los menores es realizada comúnmente en los hogares como «medida disciplinaria», ejercida por la madre y el padre, presentando el más alto nivel de violencia ejercida hacia los niños, seguidos por los padrastros, las madrastras y otros miembros de la familia.
El Informe Mundial Contra la Violencia contra los Niños y las Niñas realizado por la ONU, señala que entre las consecuencias del maltrato se pueden presentar lesiones cerebrales y abdominales; fracturas, discapacidad, problemas reproductivos, disfunción sexual, enfermedades de transmisión sexual, abuso de alcohol y drogas, depresión y ansiedad; retraso en el desarrollo, falta de autoestima, incapacidad para relacionarse, comportamiento suicida, cáncer, enfermedad hepática, esterilidad, entre otros.
El Inegi identificó en una encuesta realizada en 2011, que en todo el país se registraron 8 mil 47 defunciones de menores de 18 años por causas violentas; 65.5 por ciento fueron accidentes; 19.4 por ciento se trató de homicidios y nueve de cada 100 fueron suicidios, refirió.
El legislador del PRI resaltó que, a nivel internacional, México se encuentra en una seria posición, ya que junto con Estados Unidos y Portugal presenta un índice hasta 15 veces superior de mortalidad de menores a causa del maltrato físico que en el resto de las naciones desarrolladas, de acuerdo con el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef).
Por ello, consideró urgente que el DIF difunda que son los padres quienes tienen la responsabilidad y deber de cuidar, proteger y educar a sus hijos en un marco de respecto, sin violencia, y que permitan a las niñas, niños y adolescentes vivir en armonía y con calidad de vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al maltrato infantil como todas las formas de violencia: abuso sexual, descuido o negligencia o explotación comercial o de otro tipo, que originen un daño real o potencial para la salud del niño, su supervivencia, desarrollo o dignidad, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.
Al respecto, el Unicef identifica como tipos de violencia la física, emocional y sexual; especialistas advierten diversas formas de maltrato infantil poco conocidas y conceptualizadas como síndrome del niño sacudido, síndrome de Münchhausen, abuso fetal, ritualismo satánico, maltrato étnico y niños de la guerra.
Fuente: Radio Fórmula
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