La matanza anual de delfines nariz de botella en una cala japonesa terminó el martes.
Aproximadamente 500 delfines fueron llevados a la cala este año, un número mayor que lo usual, de acuerdo al sindicato local de pescadores de Taiji. Un pescador que es miembro de la Junta Directiva del sindicato, y quien no quiso ser identificado, dijo a CNN que el número total de delfines que fueron capturados o sacrificados fue menor a 100, y que el resto sería liberado.
El evento anual es un punto central de la temporada de caza de delfines de la comunidad de Taiji, a la que muchos en la comunidad ven como una antigua tradición.
Pero la caza ha sido analizada minuciosamente por activistas ambientalistas, quienes han estado monitoreando actividades, transmitiendo en directo y tuiteando los últimos acontecimientos.
En los últimos días, el grupo ecologista Sociedad de Conservación Pastor del Mar (Sea Shepherd Conservation Society) ha brindado transmisiones en directo mostrando delfines nariz de botella chapoteando desesperadamente mientras trataban de escapar de sus captores humanos. Los delfines separados por redes en grupos más pequeños subían y bajaban, tratando de alcanzar a otros miembros de su manada. El grupo dijo que los delfines se veían ensangrentados y no habían comido nada desde su captura en la cala de Taiji, hace cuatro días.
El representante del sindicato dijo que los pescadores habían presentado lo que ellos llaman un método «más humano» para matar a los delfines, cortando sus espinas dorsales en la playa para matar a los animales más rápidamente y causándoles menos dolor.
Defendiendo la tradición
Aunque la caza de delfines es ampliamente condenada en el oeste, muchos en Japón defienden la práctica como una costumbre local –y dicen que no es diferente de la matanza de otros animales para carne.
El Jefe del Gabinete, Yoshihide Suga, les dijo a los periodistas en una conferencia el lunes que los mamíferos marinos, incluidos los delfines son «recursos acuáticos muy importantes».
«La pesca del delfín es una de las formas tradicionales de pesca de nuestro país y se lleva a cabo apropiadamente, de acuerdo con la ley. El delfín no está amparado por el control de la Comisión Ballenera Internacional y es controlado bajo la responsabilidad de cada país».
El alcalde de Taiji, Kazutaka Sangen, hizo eco a esos puntos de vista.
«En nuestra comunidad hay pescadores que ejercen sus derechos de pesca», dijo. «Creemos que tenemos que proteger de las críticas a nuestros habitantes».
Acusó a los Pastor del Mar de usar el tema de la caza de delfines para recaudar fondos y llamar la atención. La Sociedad de Conservación Pastor del Mar ha transmitido un video en vivo de los acontecimientos en la cala y han publicado actualizaciones constantes en Twitter.
El gobierno de la provincia de Wakayama, en donde se localiza Taiji, permite una «cuota anual» de caza. Este año, el gobierno permitirá la cacería de 2.026 marsopas pequeñas y delfines (esta cifra contempla a 557 delfines nariz de botella).
La caza de delfines ha sufrido algunos cambios, dijo Sangen. El pueblo quiere hacer un estudio de ballenas y marsopas con el fin de crear un parque marino en la ciudad. Y el método de caza ha cambiado y se ha refinado, agregó.
El lunes, los pescadores se dedicaron a elegir a los delfines que venderán a los parques marinos y acuarios de Japón, así como el extranjero, señaló el grupo ambientalista. Los entrenadores pusieron una marca blanca a los delfines que consideran no aptos para cautiverio, a los cuales probablemente maten o los devuelvan al océano, según el grupo Pastor del Mar.
El tuit de Kennedy se enfrentó a las críticas en Japón
Caroline Kennedy, a quien se designó recientemente como embajadora de Estados Unidos en Japón, tuiteó que está «muy preocupada por la inhumanidad de este tipo de cacería de delfines».
«Entiendo que su declaración es una expresión de su preocupación sobre este asunto», dijo Sangen. «Siempre hay personas que dan su opinión sobre lo que está mal o bien, pero lo que debemos tomar en cuenta es si los pescadores cazan especies amenazadas o no. No es así. Pescamos con permiso, al igual que lo hace Estados Unidos».
Aunque los medios japoneses no cubrieron la cacería de delfines, varios de ellos hicieron reportajes sobre los comentarios de Kennedy. En las redes sociales, los usuarios japoneses atacaron a Kennedy por haber hecho comentarios sobre lo que es una tradición para muchas personas.
Un usuario, con el nombre de @simaya, tuiteó: «Se refiere a dar un trato humanitario a los animales. ¿Qué hay de las bombas atómicas, del Agente Orange y de los misiles que caen sobre los civiles en el Medio Oriente?»
Masayhisa Sato, legislador japonés, tuiteó: «La caza de delfines pertenece a la cultura de la pesca tradicional. Me pregunto si es adecuado que la embajadora haga comentarios sobre esto».
Cautiverio, muerte o libertad
Durante los días previos a la matanza, los buzos y botes llevan a los delfines a segmentos de agua mucho más pequeños para seleccionar a los que se mantendrán en cautiverio.
En los días previos a la cacería de delfines, entre 40 y 60 pescadores locales trabajan con redes para dividir a la manada de delfines.
«Cierran las redes para reunir a cada subgrupo, luego los empujan hacia unas lonas con las lanchas. Los entrenadores colaboran con los asesinos debajo de las lonas, en las zonas poco profundas, para seleccionar a los delfines ‘más bonitos’ para venderlos y generar grandes ganancias para los cazadores», señaló el grupo de la Sociedad de Conservación Pastor del Mar.
Docenas de hombres rodearon a los delfines y los arrinconaron contra un bote, luchaban con ellos y los llevaban hacia unas redes negras jalándolos de su aleta dorsal. Cuando los hombres lograron meter a los delfines en la red, gritaron emocionados: «¡Sí!»
Los guardianes de la cala contaron 51 delfines nariz de botella cautivos en los últimos tres días, pero el sindicato de pescadores no divulgó el número de delfines capturados o asesinados.
Japón es el centro de polémica
El documental nominado al Óscar en 2009 The Cove, dio relevancia al tema de la caza de delfines en Taiji con las escenas sangrientas de la masacre de los delfines.
El gobierno de la prefectura condenó la cinta en un comunicado en internet y señaló que estaba distorsionado, que era tendencioso e injusto con los pescadores. «En «The Cove» se filmaron en secreto las escenas de los delfines moribundos y muestran su muerte de forma que provoca indignación», según el comunicado de los representantes de la declaración de la Prefectura de Wakayama.
«La pesca de delfines en Taiji ha sido blanco de acoso psicológico constante y de interferencia de parte de organizaciones extranjeras y agresivas dedicadas a la protección de los animales», señaló.
La práctica japonesa de cazar ballenas también está en conflicto con las posturas de gran parte del mundo.
A principios de este año, Pastor del Mar señaló que había ahuyentado a los balleneros japoneses de las aguas de la Antártida. La flota japonesa ejecuta una cacería anual de ballenas a pesar de que existe una moratoria mundial y se aprovechan de una laguna legal que permite matar mamíferos con fines científicos. En Japón es común encontrar carne de ballena para el consumo.
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