Un avión de combate del Ejército sirio se estrelló este lunes en un concurrido mercado de la ciudad de Ariha, en el noroeste del país y en manos de los rebeldes, dejando al menos 27 muertos y decenas de heridos, dijeron residentes y testigos.
La mayoría de los muertos eran civiles de la ciudad de la provincia de Idlib, que cayó en manos de una coalición de insurgentes islamistas en mayo, según el Observatorio de Derechos Humanos con sede en Reino Unido, que registra la violencia en Siria.
Decenas de personas resultaron heridas, según el grupo y testigos. No hubo reacción inmediata del Ejército sirio.
El avión militar había lanzado una bomba en el corazón de la principal calle comercial del centro de la ciudad, donde las tiendas abrieron a primera hora de la mañana, antes de estrellarse en medio del mercado, dijeron dos testigos a Reuters.
«El avión había lanzado una bomba en la calle principal a baja altitud sólo segundos antes de estrellarse», dijo Ghazal Abdullah, un residente que estaba cerca cuando ocurrió el incidente.
El Observatorio dijo que el avión no fue derribado.
Los combates se han intensificado últimamente en la provincia rural de Idlib entre las fuerzas del gobierno y un grupo insurgente llamado Jaish al Fateh, o Ejército de la Conquista, que incluye a la escisión siria de Al Qaeda, el Frente Nusra.
La caída de Ariha había dejado a los insurgentes en control de buena parte de la provincia de Idlib, fronteriza con Turquía y con Latakia, la tierra de la secta alauí del presidente Bashar al Asad, en la costa mediterránea.
La mayor parte de esa rica región agrícola, sin embargo, ha estado sometida a fuertes bombardeos aéreos de las fuerzas de Asad en una contraofensiva para retener terreno perdido.
El Ejército ha usado ataques aéreos para detener los avances de los insurgentesen las montañas de la provincia de Latakia, que se han acercado a zonas costeras en manos del Gobierno al norte de la capital, Damasco.
El Economista.