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Salud y Bienestar

Bebidas azucaradas matan a 184 mil; las consumen como agua

Aunque muchos las consumen como si fuera agua, las bebidas azucaradas y energizantes pueden ser la causa de unas 184 mil muertes por año, según un estudio de la Universidad de Tufts en Boston, en el que por primera vez se cuantificó el impacto a escala global de este consumo. Además, el 76% de las muertes se produjo en países de bajos o medianos ingresos.

Los expertos seleccionaron aquellas gaseosas, bebidas de frutas, refrescos deportivos, aguas saborizadas o energéticos, tés helados dulces, y zumos caseros que contenían al menos 50 kilocalorías por cada 23 centilitros. El equipo midió su consumo con los datos obtenidos en 62 modelos de encuestas sobre la dieta personal y sobre la disponibilidad de azúcar en 187 países.

Lo alarmante de los resultados obtenidos es que, en 2010 estas bebidas causaron un total de 133 mil fallecimientos por diabetes; 45 mil muertes por enfermedades cardiovasculares y 6 mil 540 por cáncer.

“Este es un factor dietético con ningún valor intrínseco de la salud que causa decenas de miles de muertes al año. Es hora de eliminar las bebidas azucaradas de la oferta de alimentos” dijo el coautor del estudio, el doctor Dariush Mozaffarian, decano de la Escuela Friedman de Nutrición y Ciencia Política de la Universidad de Tufts.

De los países que participaron en el estudio, México tuvo el mayor índice de mortalidad atribuible a las bebidas azucaradas, con 405 muertes por millón de adultos (24 mil muertes totales) y EU ocupó el segundo lugar con 125 muertes por millón de adultos (25 mil muertes totales). “Entre estos 20 países, al menos ocho estaban en América Latina y el Caribe, lo que refleja las altas ingestas de bebidas azucaradas en esa zona”, subraya Gitanjali Singh, otro de los autores del estudio.

Los argentinos son los que más gaseosas toman en el mundo. En el último año bebieron un promedio de 137 litros de gaseosas per cápita y lideraron el consumo mundial de este tipo de bebidas, según un informe revelado por la consultora Euromonitor Internacional.

“En muchos de los países estudiados, se registra un elevado número de muertes debido únicamente al consumo de bebidas azucaradas, por lo que debería ser una prioridad mundial reducir su consumo o eliminarlas de la dieta” señaló Mozaffarian.

Fuente: El Mañana

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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