Agencia AFP
Washington, Estados Unidos / La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una medida de financiación de emergencia, un paso clave para aplazar la inminente paralización de la administración federal («shutdown»).
La aprobación se produjo luego de que el presidente republicano de la Cámara, Kevin McCarthy, hizo un último intento para evitar la parálisis, pero sólo podría aprobarse con el apoyo de los demócratas.
El texto fue aprobado por 335 votos a favor (91 en contra) y ahora debe pasar al Senado. Prevé que la administración siga recibiendo fondos durante 45 días.
Si el Senado no la aprueba, la mayor economía del mundo funcionará a cámara lenta desde el domingo: 1,5 millones de funcionarios estarán sin sueldo, el tráfico aéreo se verá perturbado y no se atenderán muchos servicios públicos.
Ni el Senado, controlado por los demócratas, ni la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, lograron aún aprobar un proyecto de ley para prorrogar el presupuesto federal que expira este sábado a la medianoche.
La medida aprobada a iniciativa de McCarthy y conocida como «stopgap» que permitiría seguir financiando el gobierno durante 45 días más, pero sin ninguna ayuda para Ucrania; un punto de importante discordia para los demócratas.
«Pido a republicanos y demócratas que dejen a un lado sus diferencias políticas. Piensen en los estadounidenses», dijo McCarthy el sábado antes de la votación.
Ucrania en la balanza
Y es que esta crisis presupuestal tiene repercusiones directas en la guerra de Ucrania.
La Casa Blanca pidió inicialmente que el presupuesto aprobado por los representantes incluyera 24 mil millones de dólares en ayuda militar y humanitaria para Kiev.
Consciente de los problemas políticos de su gran aliado estadounidense, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acudió al Congreso la semana pasada para intentar convencer a Washington de que lo ayude cruzar «la línea de llegada» ante Rusia.
Pero la asignación de tamaña cantidad de dinero a Ucrania parece cada vez más incierta, dado el rumbo de las negociaciones.
Un puñado de republicanos trumpistas se niega a desbloquear cualquier nueva ayuda a Kiev por considerar que esos fondos deberían destinarse a la crisis migratoria de Estados Unidos.
Esos lugartenientes de Donald Trump, que tienen un poder desproporcionado debido a la muy ajustada mayoría republicana en la Cámara de Representantes, ya llevaron a Estados Unidos al borde de un precipicio político y financiero hace cuatro meses por el aumento del tope de la deuda.
Trump, que podría enfrentar a Biden en las presidenciales del año próximo, ordenó a sus congresistas «paralizar» al gobierno federal a menos que los demócratas se avengan a «todos» sus reclamos presupuestales.
Para Biden no hay dudas: la pelota está en el tejado de los republicanos en la Cámara de Representantes.
«Hay quienes en el Congreso ahora mismo están sembrando tanta división que están dispuestos a paralizar el gobierno esta noche. Es inaceptable», escribió el sábado el mandatario demócrata en X, antes Twiter.
«Shutdown» de 2018
Elegido a costa de numerosas negociaciones con los trumpistas, McCarthy arriesga su escaño en esta instancia. «Saben qué, si tengo que arriesgar mi puesto para defender al pueblo estadounidense, lo haré», dijo el sábado. Y añadió: «Si alguien quiere despedirme porque quiero ser el adulto al mando de la sala, que lo intente».
Durante la presidencia de Trump, Estados Unidos vivió en 2018 su «shutdown» (cierre del gobierno federal) más largo. Según varias estimaciones, el PIB estadounidense perdió entonces más de 3 mil millones de dólares.
A pocas horas de la fecha límite, Estados Unidos se prepara para una nueva paralización de servicios públicos. Los funcionarios ya fueron notificados el jueves de la inminente situación.
La mayoría de los parques nacionales estadounidenses, como Yosemite o Yellowstone, permanecerán cerrados. También se prevé una grave perturbación del tráfico aéreo.
Asimismo, beneficiarios de ayudas alimentarias podrían ser también perjudicados.