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Opinión

Comentarios de prensa por LUIS OCHOA MINJARES

IESGOS POLITICOS

 DE IR A LA CABEZA

 

 

Luis Ochoa Minjares

 

   Dice el ingenio popular en la infinita sabiduría de sus refranes que “al clavo más alto siempre le dan los primeros martillazos”, particularmente en el terreno del fragor de la actividad política o durante el desempeño de los cargos públicos desde los que se quieren cambiar las rutinas infecundas.

 

   Una miniencuesta cibernética entre nuestros contactos nos dice que a los gobernadores tricolores más destacados son a quienes les tupen más críticas y les inventan mayores defectos, yerros y mentiras o simplemente les escamotean el reconocimiento de sus méritos.

 

   Según dicha encuesta,  los “clavos más altos” estatales en el escenario político nacional son, en primer lugar el gobernador del Estado de México, en segundo lugar el mandamás de Veracruz, en tercero nuestro gober César duarte, en cuanto, -hasta antes del incidente de la bala de goma-, el de Puebla y, finalmente el de Chiapas.

 

   Por lo demás, sería mentir si se negara que la mayoría de los gobernantes tricolores hacen esfuerzos inauditos por vibrar al ritmo del dinamismo presidencial en afán de mover a México y transformar al país.

 

DISCRETAS JUNTAS

DE ALTOS MANDOS

 

   Como el tiempo pasa volando y se nos echa encima el ya cercano proceso electoral para remudar la cámara de diputados federales,  (junio 7 del 2015), el alto mando Tricolor reunió a su nutrido y fortalecido cuerpo de gobernadores tricolores para garantizar que los preparativos preelectorales no detendrán ni entorpecerán la marcha del país.

 

   Integran ese inexpugnable bastión político tricolor los siguientes gobernadores:de Aguascalientes, Carlos Lozano; Campeche, Fernando Ortega; Colima, Mario Anguiano; Coahuila, Rubén Moreira; Chihuahua, César Duarte; Durango, Jorge Herrera; Hidalgo, Francisco Olvera; Jalisco, Aristóteles Sandoval; Nayarit, Roberto Sandoval; Nuevo León, Rodrigo Medina; Michoacán, Salvador Jara; Querétaro, José Calzada; Quintana Roo, Roberto Borge; San Luis Potosí, Fernando Toranzo; Tamaulipas, Egidio Torre; Tlaxcala, Mariano González; Veracruz, Javier Duarte; Yucatán, Rolando Zapata, y Zacatecas, Miguel Alonso Reyes y Manuel Velasco de Chiapas.

Ni tardos ni perezosos los gobernadores tricolores reunieron a su vez a su equipo de trabajo y, seguramente, la misma consigna, que el futurismo político y el proceso electoral próximo no entorpezca la marcha nacional.

EXTORSION

EDUCATIVA

Se dice que una manzana podrida pudre al resto de las contenidas en una canasta cuando quiere significarse que en un conjunto social dado, el mal comportamiento o la corrupción de un miembro, contagian y desprestigian al resto de la comunidad.

La extorsión, -entendida como daño, perjuicio o chantaje-, ha cundido dentro del magisterio juarense de tal forma, que ya se habla de chantaje educativo con agravio y desprestigio no de los pocos o muchos profesores corruptos, sino del gremio magisterial y del sistema educativo oficial en su conjunto.

Podría decirse que en Ciudad Juárez no existe problema que más moleste, irrite y preocupe a nuestros gobernantes y a gobernados, que el chantaje, la extorsión utilizada para esquilmar a las familias, en su mayoría de escasos recursos, que van a inscribir sus hijos a las escuelas que eran públicas y ahora parecen particulares del sector de profesores inmorales.

¿Cuál será la solución para que la educación pública y gratuita vuelva a tener el esplendor de antaño? ¿Cómo limpiar al magisterio de ese estigma y borrar esa frase de “extorsión educativa”? ¿Cómo?

VIEJOS SUEÑOS

SON REALIDAD

Se dice que las grandes obras materiales del hombre primero son sueños y anhelos muy sentidos, que al cabo del tiempo y los esfuerzos organizados se convierten en realidad. Tal es el caso de los chihuahuenses que soñaron tener en Chihuahua y en Ciudad Juárez un moderno sistema de transporte urbano que satisficiera sus crecientes necesidades de movilidad urbana.

Ya hace tres décadas que los juarenses recreaban en estas páginas de El Diario sueños y anhelos casi fantasiosos en materia de transporte urbano. Se hablaba de sustituir los viejos, destartalados y contaminantes camiones por un sistema de trolebuses eléctricos rápidos, silenciosos y nada contaminantes del ambiente.

No fueron trolebuses, pero son vivebuses que abrieron la puerta y son el inicio de un nuevo y moderno sistema de movilidad urbana de acuerdo a las exigencias del crecimiento poblacional y de la comodidad y seguridad de los usuarios. Con la educación y colaboración de la gente, pronto serán mejor que los soñados trolebuses. Es cierto, las grandes obras primero se sueñan y anhelan y después, tarde o temprano se hacen realidad.

REVUELO POR LA

LA TAL EQUIDAD

La tan anhelada equidad de género por fin será una realidad palpable como fruto de las reformas en materia electoral. En el desempeño de cargos públicos por designación y principalmente por elección popular, habrá el famoso y popular fifti-fifti, a igual número de pantalones, igual número de enaguas o minifaldas.

Resulta alentador para el enriquecimiento y actualización de nuestra todavía deficiente vida democrática la algarabía y entusiasmo un tanto anticipado del mujerío que aspira a participar en los comicios del año entrante. Un breve y ligero sondeo muestra que no menos de l6 compañeras de partido aspiran a una de las tres curules federales que corresponden a Juárez.

Dos escaños son ocupados por dos valiosas políticas chihuahuenses, cuyos nombras ya son mencionados para mayores alturas. Enlistar nombres tan prematuramente, haría más daño que bien en estos momentos en que estamos enfrascados en dar cima a las reformas y transformación del municipio, del Estado y del país. Dejamos en el tintero esos nombres.

NO MÁS FERIAS

DE PACOTILLA

Reanudar la Feria de Juárez, suspendida por dificultades y manejos inexpertos desde el año de 2009, significa un gran reto que debemos afrontar y apoyar todos y cada uno de quienes vivimos en esta sobrepoblada, inquieta y ambiciosa comunidad fronteriza juarense. Tal faena no es, como diría Juan Pueblo, “enchílame otra”.

Si se pretende que tal evento cumpla su verdadera misión, no son suficientes los recursos monetarios aportados por los sectores social, oficial y privado. Se requiere algo más difícil de conseguir y poner en práctica: amor por la comunidad, sentido de pertenencia, visión política y, sobre todo, honestidad.

Anhelamos muchos juarenses que el día en que ferias, centros de convenciones y demás antiguallas se conviertan en un gigantesco escaparate por el que, desde Juárez, se asomen los 32 estados de la república y, de manera permanente, muestren al mundo entero sus riquezas artísticas, culturales y, sobre todo, sus productos regionales. Que la reanudación de la Feria será el primer paso.

OPINION DE LECTOR: “No es la riqueza ni el esplendor, sino la tranquilidad y el trabajo lo que proporciona la felicidad”. Gracias don Ramón Quezada.

(lom927@hotmail.com)

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Opinión

KAFKIANO. Por Raúl Saucedo

ECOS DOMINICALES

En el laberinto de la política contemporánea, a menudo podríamos considerar  que nos encontramos deambulando por pasillos de las obras de Franz Kafka. Esa sensación de absurdo, opresión y burocracia incomprensible que caracterizan lo «Kafkiano» no es exclusiva de la ficción; es una realidad palpable en el día a día de millones de ciudadanos alrededor del mundo.

A nivel global, la política parece haberse transformado en un sistema gigantesco, deshumanizado y a menudo ilógico. Las decisiones se toman en esferas lejanas, por personajes que parecen habitar otro universo, mientras que las consecuencias recaen directamente sobre los ciudadanos de a pie. ¿Cuántas veces hemos visto acuerdos internacionales o normativas supranacionales que, a pesar de sus buenas intenciones, terminan generando más confusión y restricciones que soluciones? Es la burocracia global, un monstruo de muchas cabezas que opera bajo sus propias reglas, ajeno a las realidades individuales. Los ciudadanos se sienten como los personajes de Kafka, constantemente a la espera de un veredicto o una explicación que nunca llega, o que llega demasiado tarde y de forma incomprensible.

En América Latina, la esencia Kafkiana de la política se magnifica. La historia de la región está plagada de sistemas que parecen laberintos, donde los procesos se estancan por años, las acusaciones no tienen fundamento claro y la justicia parece un privilegio, no un derecho. La corrupción es otro elemento profundamente Kafkiano: actos inexplicables de desvío de recursos o favores políticos que operan en las sombras, imposibles de rastrear o de exigir responsabilidades. Los ciudadanos se enfrentan a un estado omnipresente pero ineficiente, que promete soluciones pero solo entrega más papeleo y trámites sin fin. Las promesas electorales se desvanecen en el aire como niebla, dejando un rastro de desilusión y cinismo. La sensación de desamparo es palpable, pues la maquinaria política y administrativa, en lugar de servir, parece diseñada para agobiar y confundir.

Existen países que para interactuar con dependencias gubernamentales puede ser una auténtica Odisea Kafkiana. Solicitar un permiso, registrar una propiedad o incluso tramitar una simple credencial puede convertirse en una misión imposible, llena de requisitos ambiguos, ventanillas equivocadas y funcionarios que ofrecen respuestas contradictorias. La burocracia, en muchos casos, no solo es lenta, sino que parece tener una lógica interna ajena a la razón, diseñada para agotar la paciencia del ciudadano. A esto se suma la impunidad, un fenómeno profundamente Kafkiano, donde crímenes y actos de corrupción permanecen sin castigo, generando una sensación de injusticia y resignación. Las narrativas oficiales a menudo carecen de la transparencia necesaria, dejando a la población en un estado de perpetua incertidumbre y desconfianza, buscando desesperadamente una explicación que nunca llega, o que es inaceptable.

En este panorama, la política se percibe como un ente ajeno, una fuerza opresiva que opera bajo un código indescifrable. Para muchos, participar activamente se siente como un esfuerzo en vano contra un sistema que parece inmune al cambio. La resignación es un peligro real, y la apatía se convierte en una respuesta lógica a la frustración persistente.

Sin embargo, como en las obras de Kafka, donde los protagonistas, a pesar de su desorientación, siguen buscando una salida o una explicación, nuestra sociedad no debe rendirse. Entender la naturaleza Kafkiana de nuestra política es el primer paso para exigir transparencia, simplificación y, sobre todo, una humanización de los sistemas que nos rigen. Solo así podremos, quizás, encontrar la puerta de salida de este interminable laberinto.

Esta reflexión viene de mensajes en grupos, cafés en mesas y observaciones del pasado domingo, donde lo kafkiano quizá no es la situación, si no nosotros mismos.

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

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