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Consulta popular el próximo domingo es oportunidad para que expresidentes rindan cuentas: Carrera

La consulta será una oportunidad histórica para que expresidentes rindan cuentas por crímenes y omisiones del pasado, señaló el diputado de Morena Benjamín Carrera Chávez durante un posicionamiento en el que convocó a los chihuahuenses a participar el próximo domingo en la Consulta Popular.

Son muchos los delitos cometidos desde el abuso de poder, acciones y omisiones que afectaron la vida pública de los mexicanos y los motivos de los ciudadanos para la participación tienen que ver con cambio cultural derivado de las herramientas de participación ciudadana en los gobiernos de avanzada, el plebiscito, el referéndum, la revocación de mandato que el próximo año también se aplicará al presidente Andrés Manuel López Obrador.

La Consulta Popular para enjuiciar a los expresidentes debe ser el inicio de una ciudadanía activa y participativa, que impulse a más consultas en los tres niveles de gobierno, porque es además una prueba de que los gobernantes se abran a la verdadera participación ciudadana, señaló el legislador.

“Independientemente de los resultados de participación, será un referente moral y una muestra del deseo de los ciudadanos a evitar que los actuales gobernantes actúen con impunidad desde el poder”.

La oposición exhibe su malestar mediante falsos argumentos intentado insertar un discurso de negativa como el costo de la consulta el cuál es inexistente; la consulta tampoco es factor para aplicar justicia, sino una manifestación de la sociedad respecto al tema y muchos menos la consulta es un capricho personal, debido a que el presidente ha señalado su postura al respecto, será entonces una expresión de los mexicanos.

“Se trata de una deuda de justicia pendiente para miles de víctimas de todo tipo de consecuencia, familiares de desaparecidos y asesinados por acciones coercitivas y ahora sabidas, corrupción y complicidad con el crimen organizado en aquella “guerra contra el narcotráfico”, que marcó un antes y un después al México actual, la seguridad y la paz jamás se recuperó”, dijo el legislador durante la exposición de motivos.

De las crisis económicas, los “rescates financieros” y el saqueo y corrupción de los gobiernos del pasado, los daños patrimoniales por efectos económicos causados por las políticas económicas que dañaron en lo individual y lo social colectivo, las afectaciones económicas no sólo generaron precariedad en los hogares, sino una ausencia y deterioro de la salud pública, de la educación, de la seguridad y de derechos laborales y humanos, el Estado dejó de atender necesidades básicas, para impulsar una economía de privatización que vulneró la calidad de vida de los mexicanos, argumentó el diputado.

La oposición da tumbos en su postura política, exhiben su hipocresía o incongruencia, al rechazar la participación ciudadana, y los argumentos esgrimidos ahora, cambiarán en próximos meses cuando venga la Revocación de Mandato, explicó el legislador.

“Son muchos los delitos para enjuiciar a los expresidentes, pero son más los motivos para que los ciudadanos manifiesten su postura en un momento de coyuntura política, social y cultural en el cambio que México vive en la Cuarta Transformación”, concluyó.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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