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Opinión

DE FILIAS Y FOBIAS POLÍTICAS Por Luis Villegas

Fíjese que me estuve aguardando. En efecto, los días, las semanas y los meses transcurrían con morosa calma y yo me abstenía de escribir estas líneas, digamos que esperaba los tiempos. Ya llegaron. Las tan anheladas/temidas elecciones del 1º de julio arribaron y se fueron sin mayor pena ni gloria. Quien se sienta regocijado del resultado está en su derecho. Muy su gusto. Yo -como podrán suponer-, no. Otro gallo me (nos) cantara si quien ganó, hubiera ganado de manera contundente y consistente; me explico: No solo por un buen porcentaje en relación con el segundo lugar, sino con una representatividad óptima de, digamos, el cuarenta y tantos por ciento del electorado o cerca de la mayoría absoluta; sin tantos altibajo en el asunto de los dineros (públicos y privados) empleados en la campaña; sin ese despilfarro evidente que hace sonreír a los entendidos cuando de “topes” de campaña se habla; y sin la sospecha alarmante y desalentadora, de una compra masiva de votos a través de empresas privadas, merced los buenos oficios de los gobiernos de Edomex y Nuevo León.

 

Estamos a casi mes y medio de la jornada electoral del 1 de julio de 2012 y el clima de indefinición perdura. El Presidente del TRIFE continúa haciendo declaraciones rimbombantes y es claro que lo único sensato que debería hacer sería excusarse de conocer este asunto; vista su manifiesta parcialidad, junto con su colega, la Magistrada María del Carmen Alanís; el primero, porque previo a cualquier consideración de hecho o de derecho, públicamente declaró: “No se gana en la mesa lo que no se gana en las urnas”. ¿Y entonces para qué está, el muy burro? ¿No se da cuenta que sin “mesa” en lugar de urnas no traga? ¿Qué los más de 150 mil pesotes que se embolsa mes a mes son producto de las disputas electorales? En cuanto a la segunda, ella fue la principal responsable de exculpar a Enrique Peña Nieto de cualquier responsabilidad en la transmisión nacional de los spots de su V informe de gobierno en 2010.2

 

Como sea, nomás para irnos calando y ver “de qué lado masca la iguana”, le sugiero que entre al siguiente sitio:

 

Métase, ahí usted realiza un test respecto de sus inclinaciones políticas. De acuerdo al diagrama de Nolan que se configuró con mis respuestas, resulta que soy “liberal”. O séase que, políticamente hablando, como facundo Cabral, “no soy de aquí ni soy de allá”. Siempre he creído que no soy amigo de los extremos -claro que por mi mal genio no parece-, pero contestando con toda sinceridad las preguntas que ahí aparecen, me di cuenta que sí: “Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre”.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esa es copia de mi diagrama. Algunas del las preguntas (con mis respuestas) que le formulan son del cuño siguiente:

 

1.      ¿Algunos individuos y medios de comunicación difunden con facilidad opiniones equivocadas con objetivos cuestionables?

R. No debe haber censura de opiniones por parte del Estado en ningún caso.

 

2.      La Iglesia realiza ciertas labores de carácter social. Por ello…

R. La Iglesia debe autofinanciarse, y estar en igualdad de condiciones con cualquier otra asociación. El Estado debe permanecer laico.

 

3.      La defensa del país corresponde a quienes prestan Servicio Militar en los ejércitos.

R. El Servicio Militar debe ser obligatorio como forma de contribuir al bien común y/o a la formación de los jóvenes.

 

4.      Las relaciones sexuales entre adultos que consienten son un asunto de la esfera privada de las personas. Sin embargo…

R. Las leyes no deben entrometerse en las relaciones sexuales entre adultos que consientan, en ningún caso.

 

5.      Las drogas suponen un drama para muchas familias.

R. El Estado debería combatir el tráfico de drogas con más medios y de un modo más eficaz.

 

6.      La toma de medidas preventivas puede suponer una mejora de la seguridad ciudadana. Sin embargo, en muchos casos éstas chocan con algunos derechos individuales, como el derecho a la intimidad.

R. Las leyes y el Poder Judicial deben establecer en qué casos se puede anteponer el uso de medidas preventivas de seguridad a ciertos derechos individuales y en qué casos no.

 

Y así por el estilo; son 20 preguntas y dependiendo de las respuestas aparecerá su propio diagrama; inténtelo, no pierde nada y va ayudarlo a Usted en esa labor apasionante a la que Sócrates invitaba: Conocerse a sí mismo.

 

A partir de ese punto, podrá empezar a preguntarse cómo responderían los candidatos de su preferencia e incluso -sin que sea guasa- si ese candidato o candidata es capaz de formularse la pregunta (o la respuesta). Le aseguro que muchos individuos e individuas, tras un cargo político, no tienen la menor idea de quiénes son, qué piensan, saben o creen, a qué aspiran como gobernantes. Pero en fin, empecemos por educarnos y conocernos a nosotros mismos.

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Opinión

Ken Salazar: ¿Embajador o Actor de Telenovela? Por Caleb Ordoñez T.

¡Ah, Ken Salazar! El embajador de Estados Unidos que nos ha dejado perplejos con sus altibajos políticos, sus declaraciones dignas de un guión de serie, y su relación complicada con la Cuarta Transformación. Si algo ha demostrado este diplomático es que puede pasar de ser el mejor amigo de la 4T a su crítico más feroz, dependiendo de cómo soplen los vientos en Washington. Vamos, que ni él mismo parece saber en qué equipo juega.

La historia de Salazar en México comenzó con un apoyo incondicional a la estrategia de seguridad de López Obrador. “Queremos ayudar a México”, decía con entusiasmo. Todo iba viento en popa: AMLO estaba contento, Salazar estaba contento, y la relación bilateral estaba, si no perfecta, al menos pacífica. Pero, de repente, Salazar empezó a lanzar críticas, como si su personaje hubiese sufrido un cambio drástico de dirección. ¿Qué pasó? Pues, para sorpresa de todos, ¡Donald Trump volvió al juego! Y al parecer, eso trajo consigo una versión “Ken Salazar 2.0”, una más crítica y menos amigable.

Caleb Ordoñez T.

Caleb Ordoñez T.

La situación llegó al punto de que Marcelo Ebrard, nuestro ex canciller, tuvo que enviarle un mensaje directo (aunque con tono irónico y de pulida diplomacia): “Dear Ken, what are you talking about?”. ¿Qué habrá pensado Salazar al leer esa frase? Porque para el diplomático promedio, una indirecta así es casi un grito. ¡Imagínense! Si hasta los memes en Twitter le daban vuelta, como si se tratara de una pelea entre amigos que ya no se soportan.

Por si fuera poco, Sheinbaum, en una de sus mañaneras, no perdió la oportunidad de hacer un comentario jocoso sobre los vaivenes del embajador. “Es que Ken se confunde”, dijo en tono irónico, como quien habla de un viejo amigo algo despistado. Claro, el comentario causó risas entre los presentes, pero también dejó en claro que el equipo de AMLO ya no se toma muy en serio las críticas de Salazar. Tal parece que la figura de Salazar es ahora vista como una especie de personaje excéntrico, más digno de un episodio de sátira política que de una embajada.

Pero lo realmente intrigante es: ¿quién podría suceder a Ken Salazar si Trump llega a la Casa Blanca nuevamente? ¿A quién enviaría el expresidente a continuar esta telenovela diplomática? Tal vez podríamos ver a alguien de su círculo más leal, como un Mike Pompeo, experto en lanzar dardos con una sonrisa, o, por qué no, a alguien más peculiar y polémico, como un Rudy Giuliani, quien seguramente haría de la embajada un espectáculo.

La verdad, sea quien sea, seguro nos traerá más drama. Porque, al parecer, la embajada de Estados Unidos en México ya no es un puesto diplomático, sino un auténtico reality show político, donde el que llega, o es nuestro mejor amigo, o el villano de la temporada. Así que preparemos las palomitas, porque la novela de Ken Salazar, o de su posible sucesor, seguro aún nos tiene reservadas muchas sorpresas.

Y un edificio nuevo.

La embajada de Estados Unidos en México está casi lista, con un avance notable, y no podemos evitar preguntarnos: ¿vendrá Trump a cortarle el listón si gana en 2024?

Imaginemos el espectáculo: Sheinbaum dando la bienvenida en la mañanera y un Trump republicano hablando de “buenos vecinos” (entre ironías y sonrisas forzadas). ¿Cómo gestionarán esta relación diplomática? Seguro veremos un juego interesante de diplomacia y un poco de sarcasmo, donde ambos bandos tendrán que bailar al ritmo de las relaciones exteriores. Con Trump y Sheinbaum, podríamos estar ante el evento del año… o de la más extraña comedia política.

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