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DE PROFETAS ARMADOS Y PROFETAS DESARMADOS por Victor Orozco

Se cumplen en 2013 quinientos años desde que Nicolás Maquiavelo escribió su pequeño tratado de política, El Príncipe. La obra, leída y releída generación tras generación, sigue aportando ideas y claves para la comprensión del fenómeno del poder político y de temas vinculados. Una de las agudezas que mayor fortuna han encontrado, estriba en la acuñación de las frases “profeta armado y profeta desarmado”. Según él, los innovadores, (los “profetas” en sentido figurado), se dividen según si disponen o no de la fuerza material, de las armas, para hacer valer sus proyectos, creencias, llamamientos. Si sólo disponen de estos últimos, es imposible que mantengan la fidelidad de sus seguidores o adherentes. Como si estuviera trabajando con el filo de un bisturí para hacer la disección de la sociedad, sus afirmaciones han aparecido siempre como el colmo del cinismo. Dice: “…los pueblos son tornadizos; y que, si es fácil convencerlos de algo, es difícil mantenerlos fieles a esa convicción, por lo cual conviene estar preparados de tal manera, que, cuando ya no crean, se les pueda hacer creer por la fuerza. Moisés, Ciro, Teseo y Rómulo no habrían podido hacer respetar sus estatutos durante mucho tiempo si hubiesen estado desarmados”. Así explica que todos los profetas armados hayan triunfado y fracasado todos los que no tenían armas. Como un ejemplo de estos últimos, consigna el caso del famoso fraile Girolamo  Savonarola, por un corto tiempo dictador supremo de Florencia, quien se convirtió en un profeta desarmado cuando juntó en su contra a todos los potentados, sobre todo al papa Alejandro VI, quien pudo vencerlo empleando un fanatismo contra otro, pero respaldado el suyo por un ejército.

¿Cuántos otros ejemplos históricos es posible encontrar?. Pensemos en personajes de la historia nacional. Francisco I Madero, concitó la adhesión y el entusiasmo de cientos de miles de personas en su prédica de libertad política. Los rancheros chihuahuenses le sirvieron de primer ariete para derrotar a la dictadura. Luego, hizo su entrada triunfal a la capital de la República en apoteosis, aclamado por las masas. Nadie osó oponerse en su camino a la silla presidencial…y a los pocos meses fue sacado de una celda del Palacio Nacional para ser asesinado. Era ya un profeta sin armas,  pues las había entregado al enemigo. No sólo las físicas, sino también las jurídicas y políticas, cuando aceptó renunciar.

Benito Juárez parecería un profeta desarmado en 1863, cuando fue obligado a dejar la sede del gobierno y comenzar su peregrinar hasta llegar a Paso del Norte, seguido por el ejército francés. Sin embargo, el cálculo de los republicanos fue certero: el tiempo si bien no les favorecía en ese momento, a la larga jugaría en su favor. Había que cambiar territorio por plazo. La guerra desgastaría a los imperialistas, fomentaría las divisiones entre ellos y mientras tanto crecería la capacidad de las guerrillas chinacas. También operarían en el mismo sentido, aunque lentamente, los cambios en el panorama mundial, que no favorecían a Napoleón III. En 1866 y 1867 fueron cayendo una a una las principales ciudades del país, hasta la de Querétaro, donde un ejército creciente, de treinta mil soldados en el último momento, acorraló al emperador espurio y le hizo entregar la espada. El Presidente de la República era un profeta armado.

¿Y el México de hoy?. Antes de buscar respuestas, consideremos que Maquiavelo no conoció estas máquinas llamadas partidos políticos, compuestos por un amasijo de ideas, medios de comunicación, prebendas, asaltos al erario, mercadotecnia, demagogia, alianzas y demás. Algunos afirman que son los Príncipes de la modernidad. Si es así, también pueden ser entonces profetas armados y desarmados, conviviendo por momentos, con caudillos, capitanes y hombres fuertes, fraguados a la manera de los tiempos antiguos.

Los grupos vencedores de la revolución, en 1929 dieron con una fórmula mágica que les permitió hegemonizar el escenario político por siete décadas continuas. El PRI fue un profeta acorazado por las organizaciones corporativas, los poderes estatales y al último por el ejército. En 1997, pero sobre todo en el 2000 parecería que abandonaría aquella condición y correría la suerte de muchos otros partidos de Estado derrocados, disueltos o reducidos casi a entelequias. Pero no, la realidad es que lo sustancial de su sistema, de sus modos de hacer política, su temperamento, nunca fueron sustituidos por algo distinto, sino recuperados por sus opositores-aprendices. En 2012, sobre la base de la mayoría de los gobiernos estatales, retomó la Presidencia, bajo circunstancias nuevas: una prensa independiente del Estado, gobiernos en las entidades federativas de otros partidos, una capital de la República decididamente opositora, poderes judicial y legislativo no subordinados al ejecutivo, entre otras. Contra esperanzas e ilusiones, nada de esto significó una alteración en los añejos repartos del poder económico y político: grandes empresarios, altos clérigos y burócratas. Tan sólo las camarillas operadoras se diversificaron en distintos colores y siglas. El viejo dinosaurio sigue siendo un profeta armado, provisto de su arsenal de siempre.

El PAN enfrenta hoy una desbandada porque perdió un elemento básico de cohesión: la capacidad para distribuir puestos públicos y canonjías. Antes, tuvo otro, representado por una idea cautivadora: la conquista de la democracia. En tanto este paradigma impregnó la conciencia colectiva, se convirtió en una fuerza material como enseñó Carlos Marx. Pero, de este antiguo traje, en las filas blanquiazules ya no quedan ni siquiera harapos. Así que, despojado de su vestidura de la cual recibía bríos y alientos, no le queda sino seguir el camino adoptado apenas se hizo del gobierno: disputar al PRI en el terreno de éste y compartir recursos ideológicos y políticos. A menos de que éste sufra un colapso originado en una causa imprevista, no tendremos en el partido de la derecha profetas armados para rato.

La izquierda está ahora despedazada. La fundación de MORENA vino a ratificar la desunión. El PRD va que vuela para convertirse en un partido paraestatal, a la manera del viejo PPS, pero sin la figura señera de un dirigente como Vicente Lombardo Toledano y por tanto, de la misma traza que el PST, el PT y otros ejemplares de este corte. Pero, no debemos adelantar vísperas. Quizá una nueva fuerza de su interior nos dé la sorpresa y evite el derrumbe. En su tesitura presente, no da para otro augurio que el de un profeta con cuchillo de palo.

Quedan el movimiento lopezobradorista, agrupado hoy en el futuro partido político MORENA y el EZLN. Tienen en común el peso de los caudillos. En ambos, su dominio es incontrastable, en tanto poseen carisma, prestigio social, talento y tenacidad. Son figuras únicas e irreemplazables. Su fuerza es la de su organización, a la cual con dificultad puede imaginársele sobreviviéndoles. Al mismo tiempo, sus movimientos sociales y políticos, son los únicos que hoy en el país postulan ideas y acarician utopías. Ello los hace atractivos para incontables ciudadanos altruistas y generosos. Tienen diferencias entre sí. Los zapatistas derivan su energía social de la causa defensora de los pueblos indios que enarbolan y casi monopolizan. Pero, no es suficiente para ganar la voluntad de un país de cien millones de mestizos, urbano e industrial. Ya el zapatismo histórico había mostrado esta fuerza-debilidad: poderoso e invencible en las comunidades campesinas de Morelos y zonas aledañas, pero incapaz de pelear por el dominio del resto del territorio. MORENA está en las ciudades sobre todo, pero si los zapatistas han sorteado el peligro de las luchas internas por el reparto de cargos y presupuestos, es previsible que el partido de AMLO siga la misma senda del PRD, de cuyas filas proviene el grueso de sus miembros. En cuanto lleguen los subsidios y las designaciones de candidatos, veremos a las gentes exhibir lo peor que tienen en la médula. Recuerdo, a propósito, una conversación con Leonel Godoy, por entonces miembro del comité ejecutivo del PRD presidido por AMLO: ¿Cómo puedes evitar que la gente esté dispuesta a matarse por una regiduría?, me preguntaba.

El subcomandante Marcos es de esta suerte, un profeta armado en las cañadas de Chiapas, pero desarmado en Monterrey, el D.F. y Guadalajara. López Obrador, por su parte,  es el político mexicano con mayor amplitud de convocatoria en las luchas electorales, de donde se ha derivado su condición de un profeta armado y desarmado en distintos trechos de su larga carrera política. El problema es que las elecciones presidenciales se realizan cada seis años. Su empeño actual, la construcción de un partido para llegar al poder, es una tarea de titanes, como le señalaba Lombardo Toledano al general Cárdenas en 1961, incluso para el hombre de Jiquilpan.

Los dos, AMLO y el Sup, pueden acabar como profetas desarmados y olvidados, si se muestran incompetentes para construir sendas organizaciones dotadas de programas históricos, entidades directivas reales, respetuosas de la pluralidad y de los individuos. Si fueren así las suyas, tal vez los veamos como profetas armados.

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La decisión de Marcelo Ebrard. Por Caleb Ordoñez T.

Ya no fueron más de un millón de seguidores. Quizá menos de la mitad de asistentes a esos mítines históricos, donde el presidente Lopez Obrador se presentaba en el Zócalo, como la luminaria política más popular en la era democrática moderna de México.

El pasado sábado 18 de marzo, un ambiente pro-amlista imperaba en la plaza pública más grande del país. Sin embargo, muy atrás quedó el motivo de la convocatoria, el cual buscaba recordar y conmemorar la expropiación petrolera, llevada a cabo hace 85 años, por el expresidente Lázaro Cárdenas.

Desde el atril, López Obrador inauguró una etapa dentro de su movimiento, a fin de que sus precandidatos -o “corcholatas” como les llama- escucharan el requerimiento único y preponderante para poder ser el representante de Morena en las elecciones presidenciales del 2024: Una fidelidad ideológica y determinante hacia su persona.

En otras palabras, una dependencia total a su visión y la continuación exacta de su régimen durante el sexenio del 2024 al 2030.

Ahí estaban los tres que puntean en las encuestas: Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López. Quienes atentos a las palabras de su líder, asentaban a cada uno de los enunciados y declaraciones sobre el futuro inmediato de la auto-llamada “cuarta transformación”.

¿La encuesta de uno?

Para AMLO, lo sucedido hace 85 años durante la sucesión de Lázaro Cárdenas, se está repitiendo…

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El profundo dolor de la generación Z. Por Caleb Ordoñez

Los gritos llenos de todo tipo de agresiones eran grabados por un teléfono celular. Las risas de los muchachos eran un común denominador. Los puñetazos y patadas a la puerta iban trascendiendo de la burla a la furia. Todo esto sin ninguna causa, más que la de violentar.

Como era de esperarse, las miles de respuestas al video, en las diferentes plataformas digitales, son de impotencia, repulsión y horror ante tal escena dantesca.

Las autoridades del COBACH suspendieron a varios estudiantes, luego de hablar con sus padres.

Pero más allá de la propulsa e indignación que causa ver el bullying en su mayor expresión, es importante detenernos a reflexionar sobre lo que sucede actualmente en los jóvenes que viven una de las épocas más oscuras en cuanto a salud mental.

De acuerdo a la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE), México ocupa el primer lugar a nivel internacional en casos de bullying. Según el organismo, más de 18 millones de niños y adolescentes mexicanos lo sufren.

¿Qué está pasando en las mentes de los adolescentes luego de una pandemia tan atroz? ¿Qué conduce al crecimiento histórico de estos, al consumo de sustancias tóxicas y pensamientos suicidas?

Para el doctor en psiquiatría, Miguel Ángel Ortega…

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Cuauhtémoc Cárdenas, un adversario de altura. Por Caleb Ordóñez

Caleb Ordóñez T.

Seguramente has escuchado la frase “Todos llevamos un priista dentro”. La utilizaba primero el ideólogo panista Carlos Castillo Peraza. Sin embargo, luego de años de haber sido acuñada, parece seguir siendo una realidad innegable para cientos de políticos, que nacieron en el que fuera súper partido y hoy participan en otros institutos políticos, pero que tienen una cierta nostalgia por regresar a los tiempos del “buen PRI”, si es que este existió.

Dos de ellos, son el actual presidente Andrés Manuel López Obrador y otro, el excandidato a la presidencia, el líder moral de la izquierda mexicana, Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano.

Ambos, son parte  activa de la emergente historia democrática de nuestro país. Una relación de amor y odio los ha caracterizado por muchos años.

Tenemos que viajar a los años noventa, cuando Cárdenas fue elegido el primer jefe de gobierno en la historia de la capital del país. López Obrador tomaría la responsabilidad de dirigir al Partido de la Revolución Democrática (PRD) invitado por el mismo ingeniero Cárdenas.

El año 2000 significó una derrota inmensa para el PRI, cuando Vicente Fox…

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García Luna, más allá de un show. Por Caleb Ordóñez T.

Caleb Ordóñez T.

Caleb Ordoñez Talavera

“Te quiero”, le decía el detenido a su esposa quien, con lágrimas, respondía el gesto poniéndose la mano en el corazón.

Los guardias de seguridad y su abogado acompañaban a Genaro García Luna a los separos de la corte, para luego ser llevado a la prisión donde está hospedado desde diciembre del 2019.

El juicio del exfuncionario se ha convertido, en pocos días, en el mayor generador de notas, por los interesantes relatos que han sido dados a conocer.

García Luna fue el creador de la “guerra contra el narcotráfico”, lo cual le hizo ser considerado uno de los hombres más poderosos de México. Nunca ocultó su intención de sobrepasar los asuntos de seguridad para catapultarse a la política e, incluso, en los pasillos de Los Pinos se hablaba que buscaba reemplazar a su jefe Felipe Calderón en la Presidencia de la República, abanderado por su partido, el PAN.

Desde su juicio público, en Nueva York, se presentarán diariamente las pruebas que tiene en sus manos la fiscalía para condenar al mexicano.

Estados Unidos asegura tener un millón 200,000 páginas de documentos, 7,000 grabaciones; relatos de decenas de testigos que pertenecieron a distintos grupos delincuenciales que lo señalan como operador y beneficiario directo del negocio del narcotráfico.

Quien tiene la responsabilidad en sus manos, de la vida de García Luna, es un juez conocido por los capos de la mafia; su nombre es Brian Cogan, quien presidió el juicio de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

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