Los equipos sensores de movimiento del penal de alta seguridad de El Altiplano estuvieron desconectados durante semanas a causa de las obras que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) realiza a un costado de esas instalaciones, reconocieron autoridades del penal ante el Ministerio Público Federal.
Estos equipos fueron colocados para que el personal de seguridad pudiera detectar algún daño en paredes y patios por medio de excavaciones, Fuentes del gabinete de seguridad del gobierno federal detallaron que, entre los testimonios recabados por la Procuraduría General de la República (PGR), está el reconocimiento de esta falla en el protocolo de seguridad de la prisión federal de donde se fugó el narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, el pasado 11 de julio.
Las obras –que corresponden a la ampliación de la Línea 2 del Cutzamala– provocaron que los equipos detectores de movimiento lanzaran constantes alertas a los equipos de monitoreo, lo que distraía al personal. Según los testimonios, se determinó desactivar los sensores, pues otros mecanismos de monitoreo permanecían activos.
Apagan sensores por obra hidráulica
Alertas contra excavaciones estaban desconectadas el día de la fuga de El Chapo Guzmán.
Las obras que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) realiza a un costado del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) 1 El Altiplano, provocaron que, por semanas, se desconectaran los equipos sensores de movimiento de esas instalaciones penitenciarias, reconocieron autoridades del penal, ante el Ministerio Público Federal.
Fuentes del gabinete de seguridad del gobierno federal detallaron que entre los testimonios recabados por la Procuraduría General de la República (PGR) está el reconocimiento de esta falla en el protocolo de seguridad de la prisión federal.
Una línea de las investigaciones por la fuga de Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, líder del cártel del Pacífico, el pasado sábado 11 de julio, busca determinar si los equipos de seguridad y vigilancia funcionaban correctamente al momento de la evasión.
Se explicó que los responsables de los mismos indicaron que debido a las excavaciones de la Conagua se desactivaron los radares de penetración terrestre y de tomografía eléctrica.
Distracción
A un costado del Cerefeso 1 de Almoloya de Juárez se comenzaron a realizar trabajos para la ampliación de la llamada Línea 2 del Cutzamala, infraestructura que dota de agua al Distrito Federal.
De acuerdo con la explicación que el personal de seguridad dio al Ministerio Público Federal tras la evasión del reo de la celda 20, del pasillo 2 del Centro de Tratamientos Especiales, es que los sensores de movimiento estaban desconectados de hace varias semanas.
La justificación fue que debido a las obras hidráulicas los equipos detectores de movimiento comenzaron a lanzar constantes alertas a los equipos de monitoreo, lo que distraía a un amplio número de personal.
Al confirmarse que eran la obras de Conagua las que provocaban las alertas, se determinó desconectar los equipos, al considerarse que el riesgo era mínimo, ya que el resto de las alertas para los internos permanecían activos.
Se explicó que, en algún momento, los internos se quejaron que el ruido de la maquinaria se alcanzaba a percibir por las noches.
En octubre de 2014 se informó que más de 700 trabajadores, con el apoyo de maquinaria pesada, comenzaron los trabajos de cambio de siete tubos en la Línea 2 y reforzamiento de otros 17 del Sistema Cutzamala. Las obras se realizan en un tramo que va del tanque Santa Isabel y el Túnel Analco San José, entre los municipios de Almoloya de Juárez y Atlacomulco.
Vulnerabilidad
- El Cefereso 1 El Altiplano, ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México, fue el primero que se construyó bajo el concepto de “máxima seguridad” entre los años de 1988 y 1990, bajo la administración del presidente Carlos Salinas de Gortari.
- Además de estrictos controles de disciplina para la confinación de reos clasificados de máxima peligrosidad, el penal contaba con una serie de equipos que garantizaban su seguridad.
- Además de cámaras de videovigilancia, equipos de microfonía, audio, detección de armas y drogas, las instalaciones del entonces llamado penal La Palma contaba con sensores de movimiento en muros y en los patios perimetrales.
- Estos mecanismos permitían detectar la posibilidad de que paredes y patios fueran dañados por medio de excavaciones, en algún posible intento de fuga.
- Luego de 24 años, Guzmán Loera y su equipo de construcción de un túnel de 1.5 kilómetros demostraron que también esas medidas de seguridad se podían burlar.
Tomado de Excélsior