La Justicia de Pakistán sentenció a morir en la horca a un nombre que se encuentra confinado a una silla de ruedas por lo que los abogados del reo presentaron un recurso de amparo para que el presidente le perdone la vida.
Abdul Basit, de 43 años, fue condenado a muerte en 2009 por cometer un asesinato pero un año más tarde sufrió un episodio de tuberculosis que lo dejó paralizado de la cintura para abajo. Por eso no puede ser ejecutado en la horca, informó el sitio inglés The Telegraph.
Basit contrajo la tuberculosis cuando ya estaba alojado en la cárcel de Faisalabad y desde entonces está confinado a una silla de ruedas. Sus abogados explicaron que esto es un impedimento para cumplir con la Pena Capital porque el hombre no pude pararse en el cadalso y por lo tanto los guardias no pueden calcular el largo de la soga para colgarlo.
«No se puede hacer un cálculo seguro de cuál es la medida exacta de soga necesaria para colgarlo y proceder con la ejecución con una cuerda del largo equivocado lo pondría en peligro de sufrir una muerte terrible», explicaron los abogados de Basit en su petitorio al presidente pakistaní, Mamnoon Hussain.
La defensa de Basit tiene hasta el martes 25 de agosto para hacer escuchar su reclamo antes de que el hombre (quien recibió su «Aviso negro» de muerte el 29 de junio pasado) sea conducido a la horca aún sentado en su silla de ruedas.
Fuente Minuto1