Conecta con nosotros

Opinión

EL PAN VERDE, SHREK Y YO Por Luis Villegas Montes

Película en mano, María procedió de demostrarme lo que Adolfo me venía repitiendo desde hace meses: Cada día me parezco más a Shrek; no vaya a pensar mi gentil lector, mi querida lectora, que me estoy quedando calvo, que me están creciendo las orejas en forma de trompetilla bíblica o que estoy enverdeciendo (síntoma inequívoco de descomposición), no señor; es sólo que la panza me está creciendo -como la felicidad que me embarga periódicamente- redonda y perfecta; antes se trataba solo de una pancita cervecera que daba fe de mis pocos -pero bien vividos- años; ahora, es más bien un tonelito incipiente que me augura un montón de problemas de salud si no le pongo remedio; eso y los glúteos esmirriados (como si una bruja de cuento, mediante un conjuro, me hubiera condenado siempre a que se me quedaran en el otro pantalón), me dejan listo para figurar de extra, sin necesidad de muchos retoques, en la secuela del filme que iría ya por su quinta entrega. Si al aspecto lamentable le suma usted el carácter agrio y desapacible proverbial en mí, ya estamos listos, ¿dónde firmo?

 

Lo peor del caso es que no llegué a este punto de repente; no fue cosa de acostarme en el mullido lecho con una sonrisa beatífica en el rostro y despertar convertido en esta bola que estoy empezando a ser, en lo absoluto. Ha habido en el trayecto un montón de avisos. Ahí está la ropa, por ejemplo; toda me queda. O más bien, toda me sigue quedando…. pero no igual. Resulta que llevo semanas pensando seriamente en empezar a usar tirantes, ¿para cambiar mi apariencia a un look “retro”? ¡Para nada! Simplemente porque se me empezaron a caer los pantalones, ¿por qué? Porque ya empecé a ser víctima de lo que los gordos de cualquier época y en cualquier lugar han sido víctimas toda su vida: De cintura inabarcable, sin “nachas” que lo detengan en su caída, el pantalón desciende, el cinturón se baja, la panza se sube y en un descuido, termina uno cargándola en carretilla o con los pantalones en las corvas.

 

Mirándome al espejo me acordé del PAN. No, no, no, ¡No! Ni se están quedando pelones, ni ensanchándose, ni creciéndoles las orejas, ni Mario Vázquez parece tamal mal envuelto en esos trajes que usa (… bueno, no más poquito), pero no; es solo que ellos sí, para que vea, están enverdeciendo (síntoma inequívoco de descomposición).

 

A casi un mes del batidero del 19 de febrero retropróximo, durante el proceso interno para elegir candidatos al Senado, la cosa sigue “tablas”; ni validan la elección, ni la anulan, ni sancionan a los responsables del cochinero, ni dicen, por fin, quién o quiénes serán los abanderados de dicho instituto político en la contienda por venir. En el limbo jurídico, los recursos interpuestos por todos los participantes siguen jugando a favor del fraude y de la impunidad. ¿Cómo estará el asunto que los dos vencedores en la injusta justa interna impugnaron los resultados de la elección? Cruz resiente la falta de certeza en algunos centros de votación, Carlos acusa a Cruz de tramposo por acarrear electores a dos manos y Javier les imputa a ambos, Cruz y Carlos, una cantidad tal de anomalías (compra de votos, entrega de despensas, acarreos, favoritismo por parte de autoridades, etc.) que harían empalidecer al mapache más circunspecto que nos haya regalado la fauna nacional.

 

Entre todos, denuncian 82 centros de votación con irregularidades; solamente entre los dos candidatos “victoriosos” se atacan 20 centros de votación, es decir, la mitad de los centros necesarios para anular toda la elección. Sí, leyó usted bien, si suma las impugnaciones de los dos precandidatos que resultaron “vencedores” en dicha contienda interna, entre los dos atacan el 10% de la totalidad de los centros instalados.

 

En tanto, la autoridad partidaria local, tanto el Comité Directivo Estatal, como la Comisión Electoral, se hacen guajes y se pican las costillas sin nada mejor que hacer, valiéndoles un soberano sorbete lo establecido en el artículo 3, párrafo segundo, del Reglamento de Selección de Candidatos a Cargos de Elección Popular, que dice que la aplicación de dicho Reglamento corresponde, entre otros, a las comisiones electorales estatales en calidad de auxiliar de la Comisión Nacional, a los comités directivos estatales y a los comités directivos municipales, quien tienen LA OBLIGACIÓN de vigilar la estricta observancia y cumplimiento del Reglamento, dentro de sus respectivos ámbitos de competencia. De todos, la única autoridad que actuó con sensatez y dignidad, fue el Comité Directivo Municipal de Juárez, a cargo de Hirma Contreras, mismo que pidió la nulidad de la elección vistos los estragos del enredo.

 

Si usted piensa que soy un exagerado, sería bueno que constatara por sí mismo la magnitud del fraude de esa fecha. Si piensa que por no ser panista no es de su interés, se equivoca; la política, en cualquiera de sus manifestaciones, es cosa de todos. Le recuerdo, apreciada lectora, amable lector, que la palabra “idiota” proviene del griego “???????” (idiotes); empleada para referirse a quien no se ocupaba de los asuntos públicos, sólo de sus intereses privados.[1] Por ello, este es un asunto tan suyo como mío; la indolencia no produce nada bueno, en todo caso “no hay que hacerse el bueno y salvarse, hay que hacer algo que sirva”.[2]

 

Muestra de esto que digo, es el desplegado que destacados intelectuales y académicos, del ámbito nacional, publicaron en esta fecha y por el cual piden la nulidad de dicho proceso. Dicen entre otras cosas: “Hemos seguidos con enorme preocupación los acontecimientos ocurridos en el proceso de elección de candidatos al Senado en el estado de Chihuahua […] el cúmulo de anomalías, irregularidades y la grosera ilegalidad exhibidas en distintos documentos y testimonios, no sólo ponen en cuestión la propia tradición democrática del PAN sino que representan uno de los ejemplos más deleznables de atraso y corrupción política del país. […] creemos que la dirección política de ese partido no solamente está obligada a anular el proceso […] sino que debe castigar de un modo ejemplar a los que han echado mano de recursos ilegales y, con ello, traficado tan penosamente con la pobreza y la necesidad de los más indigentes”. Firman, entre otros: Sergio Aguayo, Alberto Aziz Nassif, Jorge Carpizo, José Antonio Crespo, Denise Dresser, María Teresa Gómez Mont, Fátima Fernández, Enrique Raphael, Francisco Paoli Bolio, Beatriz Solís Leree, Gabriel Sosa Plata, Raúl Trejo Delarbre, Francisco Valdés Ugalde y José Woldenberg.

 

Y si todavía no ha sido usted testigo del tipo o de la magnitud de las irregularidades ocurridas, lo invito a verlas; métase al sitio http://www.sinembargo.mx/08-03-2012/174859 y ahí verá en todo su decadente esplendor a dónde fue a parar el PAN de Gómez Morin, de Christlieb Ibarrola, de don Luis H. Álvarez y de tantos otros que empeñaron, su vida incluso, en la búsqueda de esa “Patria Ordenada y Generosa”. Si es panista, que lo lamente; si no lo es, que lo disfrute.

 

Yo, por mi parte, me voy a cavilar sobre la inmortalidad del cangrejo; todo, con tal de no reparar en esta gordura y en la necesidad de ir al gym a lo de las pesitas y a sudar a chorros.

Clic para comentar

You must be logged in to post a comment Login

Leave a Reply

Opinión

El movimiento. Por Raúl Saucedo

La Paz y otras banderas

Las Olimpiadas, más que un evento deportivo global, han sido un reflejo de la historia, la política y la sociedad mundial. Desde su origen en la antigua Grecia, donde se celebraban como una serie de competencias atléticas en honor a Zeus, los Juegos Olímpicos han evolucionado para convertirse en un símbolo de la unidad y la diversidad humana. Sin embargo, a lo largo de su historia, los Juegosolímpicos han estado inextricablemente ligados a los contextos políticos y sociales de los tiempos de la humanidad.

Uno de los momentos más emblemáticos de la historia olímpica moderna fue la reanudación de los Juegos en 1896 en Atenas, impulsada por el barón Pierre de Coubertin. Esta resurrección fue vista como un esfuerzo por promover la paz y la comprensión internacional, valores que siguen siendo fundamentales para el movimiento olímpico. Sin embargo, los Juegos han sido escenario de controversias y tensiones políticas. Un ejemplo notable es el boicot liderado por USAa los Juegos de Moscú 1980 en protesta por la incursiónsoviética a Afganistán, seguido por el boicot del bloque del Este a los Juegos de Los Ángeles 1984 en respuesta. Estos eventos subrayaron cómo las Olimpiadas pueden ser utilizadas como una herramienta de protesta política y diplomática.

La seguridad en los Juegos Olímpicos es una preocupación central, especialmente ante la amenaza del terrorismo. Desde el trágico ataque en Múnich 1972, donde un grupo terrorista palestino secuestró y asesinó a atletas israelíes, la seguridad se ha intensificado en cada edición. París 2024 no será una excepción; se implementarán medidas de seguridad sin precedentes, incluyendo tecnología avanzada, fuerzas de seguridad altamente capacitadas y colaboración internacional.

Las Olimpiadas de Tokio 2020 (celebradas en 2021) debido a la pandemia de COVID-19, representaron un hito único en la historia olímpica. A pesar de la ausencia de público en las gradas, los Juegos mostraron una resiliencia notable, adaptándose a estrictas medidas de seguridad sanitaria. Destacaron no solo por el rendimiento deportivo, sino también por su compromiso con la sostenibilidad, utilizando instalaciones temporales y materiales reciclados.

En términos económicos, las Olimpiadas también han tenido un impacto significativo. Las ciudades anfitrionas ven los Juegos como una oportunidad para el desarrollo urbano y económico, aunque esto a menudo viene con un alto costo. Las inversiones en infraestructura y la promoción turística pueden revitalizar economías locales, pero también pueden llevar a endeudamientos masivos. Atenas 2004 es un ejemplo de cómo los gastos olímpicos pueden contribuir a una crisis económica, ya que el presupuesto inicial fue superado significativamente, dejando al país con una deuda considerable.

Desde una perspectiva social, los Juegos Olímpicos han sido una plataforma para el cambio y la inclusión. Los Juegos de Berlín 1936, destinados a mostrar la superioridad aria,fueron testigos de las impresionantes victorias del atleta afroamericano Jesse Owens, desafiando la ideología nazi. Más recientemente, los Juegos han promovido la igualdad de género y la inclusión de atletas paralímpicos, reflejando un compromiso creciente con la diversidad.

Con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de París 2024, hay grandes expectativas tanto en términos de innovación tecnológica específicamente con Inteligencia Artificial como legado. París, que será la ciudad anfitriona por tercera vez después de 1900 y 1924, se ha comprometido a organizar unos Juegos sostenibles y accesibles. Un enfoque clave será la neutralidad de carbono, utilizando energías renovables y reduciendo el uso de plásticos.

Desde una perspectiva política, París 2024 será una oportunidad para Francia de reafirmar su papel en el escenario global, especialmente en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas en Europa y los desafíos globales que acontecen turbulentamente al mundo en este 2024 como el cambio climático y la era de la post pandemia del COVID-19. Los Juegos ofrecerán una plataforma para promover valores de unidad y cooperación internacional en un momento en que el mundo necesita más que nunca estas cualidades.

A pocas horas del encendido del pebetero olímpico y mientras algunos individuos lo confunden con conciertos de rammstein, yo felicito en su cumpleaños a dos grandes Chihuahuenses donde el guante y la pesa son testigos de su tenacidad y coraje.

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto