La semana pasada Friso, de 43 años, quedó atrapado en una avalancha cuando esquiaba en las montañas de Lech an Arlberg, en los Alpes austriacos.
Los equipos de rescate tardaron unos quince minutos en desenterrar al príncipe, quien es hijo de la Reina Beatriz de Holanda. En el proceso Friso sufrió un ataque cardíaco.
La soberana ha visitado a su hijo en el hospital de Innnsbruck y ahora, informa la casa real holandesa, buscará una lugar adecuado para la rehabilitación.
Los doctores aseguraron que aún en el caso de que Friso se recuperará tardaría años su rehabilitación.
Sin derecho a la corona
Friso siempre fue visto como un espíritu independiente dentro de la familia real, al punto que su matrimonio con Mabel Wisse Smit significó la pérdida de sus derechos al trono y su posición en la casa real.
El príncipe no obtuvo el necesario permiso parlamentario para evitar una investigación sobre la vida de su futura esposa, quien estuvo relacionada con un narcotraficante holandés.
Sin embargo se le permitió mantener el título de Príncipe de Orange-Nassau y su esposa recibe el tratamiento de princesa.
La pareja vive en Londres con sus dos hijas, Luana, de seis años, y Zaria, de cinco.
Para el momento de su accidente, el príncipe Friso trabajaba como director financiero de una empresa británica de combustible nuclear.
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