A través de un comunicado enviado por el Barzón de Chihuahua, redactaron un escrito para hacer reflexionar a los funcionarios el porqué del desalojo del Centro Histórico de la ciudad y las consecuencias que ellos tendrán con sus familias, esperando que recapaciten y los vuelvan a instalar donde estaban antes.
“Quiero invitar a todos los funcionarios públicos a que reflexionen que les hemos quitado, si lo único que queremos es llevar algo de comer a nuestros hijos, lo único que hacemos es vender nuestros productos, no es fácil estar en la calle y ser un vendedor ambulante; las lluvias, el sol, el aire y más que nada la inseguridad que vivimos. No somos delincuentes, solo gente que necesita comer, vestir, cuando nos enfermamos necesitamos ir al doctor y nuestros hijos ir a la escuela, que les diremos cuando no tengamos para pagar o comprar sus útiles, ya que no contamos con otro ingreso económico.
Que cara le vamos a poner a nuestra familia cuando no tengamos para llevar comida, analicen y pónganse en nuestros zapatos, tan solo por un momento, habemos muchas madres solteras, embarazadas, adultos mayores y personas con alguna discapacidad y sin estudio alguno.
¿Dónde nos darán trabajo? El gobierno quiere una ciudad muy bonita y limpia, ¿limpia de qué?, usted que limpia, lo dejó a su consideración; esa limpieza como ellos la llaman, significa para nosotros más pobreza y desempleo.
Dicen que el vendedor ambulante afea la ciudad,¿ usted cree que afea más el trabajo honrado como ser vendedor ambulante o toda la delincuencia que aqueja a esta ciudad?
No es necesario usar la fuerza pública con quien no representa un peligro, toda esa seguridad la necesita nuestra ciudadanía, que a gritos de desesperación lo pide con toda esta delincuencia que día a día vivimos: ¿en qué mundo vivimos?
Solo esperamos que ablanden su corazón, nos miren que somos personas que sentimos y claro, que sentimos esta discriminación por no tener estudios o no ser ricos.
Pedimos trabajar en zonas o áreas donde se puedan vender nuestros productos y los turistas los buscan para vivir una experiencia local auténtica y conocer lugares públicos dinámicos.
No somos basura para que la barredora haya pasado por encima de nuestra integridad, también formamos parte de este círculo social.
El vendedor ambulante es la clase baja y los que tomaron la decisión de limpiar la ciudad es la clase alta que no tiene la menor idea de la necesidad o la capacidad económica de toda la ciudad, ellos no saben ni se imaginan lo que pasa fuera de ese escritorio.
No hubo un estudio previo donde evaluar la situación económica de cada familia y las necesidades de lo contrario no nos hubieran desalojado y no nos incluyeron al proyecto. No queremos que no los regale, pero si justo a nuestra capacidad.
El proyecto Ciudades Inclusivas ayuda a los trabajadores informales urbanos a hacer escuchar sus necesidades dentro de los procesos de planificación urbana lo cual no ocurre en esta ciudad.
Esperamos una solución favorable.
Redacción: Corina Muruato
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