BUENOS AIRES (AP) — La mayoría de las escuelas de la ciudad de Buenos Aires recibían el miércoles a sus alumnos luego de que la alcaldía capitalina decidió no plegarse a un fallo de la justicia federal que ordenaba su cierre, tal como había dispuesto un decreto del presidente argentino Alberto Fernández para frenar un rebrote del nuevo coronavirus.
Los padres acompañaron a sus hijos a los centros educativos públicos y privados luego de recibir el martes por la noche mensajes de docentes o directivos de las instituciones señalando que las clases presenciales continuaban.
La presencia de los chicos es mayoritaria pese a la huelga que cumplen algunos sindicatos de docentes en protesta por la apertura de las escuelas y a favor de mantener la virtualidad.
El opositor Horacio Rodríguez Larreta, alcalde de Buenos Aires, ratificó la continuidad de las clases presenciales pese al fallo del juez federal Esteban Furnari, quien sostuvo lo contrario, alegando que hasta que la Corte Suprema de Argentina “se expida” sobre la cuestión las escuelas “la ciudad de Buenos Aires continúa con el dictado de clases presenciales”.
En medio de la controversia Furnari ordenó cumplir con el decreto de Fernández que dispuso el cierre de los centros educativos hasta el 30 de abril, dejando así sin efecto un fallo previo de una corte capitalina que garantizaba la asistencia de los alumnos a instancias de un pedido de familias y organizaciones civiles.
La Corte Suprema todavía no se pronunció sobre el disputado asunto que tiene en vilo a padres, alumnos y docentes.
La situación no es la misma en las localidades cercanas a la capital que están bajo la jurisdicción del gobierno de la provincia de Buenos Aires -del mismo signo político que el presidente- donde las clases presenciales están suspendidas.
Al referirse a la necesidad de acatar el decreto presidencial, la ministra argentina de Salud, Carla Vizzotti, dijo a periodistas que el país sudamericano “está viviendo el peor momento desde que empezó la pandemia” en marzo de 2020.
La funcionaria señaló que hay que “priorizar la salud” y “poner en valor, en jerarquía, el riesgo colectivo” al señalar cuáles serán los argumentos que el gobierno nacional esgrimirá ante la Corte Suprema.
Al respecto afirmó que “no se trata del riesgo individual” que se asume al asistir a un colegio con protocolos sino el que supone “la movilización de las personas” en un espacio con alta circulación viral.
Hasta ahora en Argentina se han registrado 2,7 millones de contagios y más de 59.000 fallecidos. El rebrote, que comenzó a fines de marzo, ha tensionado el sistema sanitario y en algunas clínicas de la capital faltan camas para internaciones.
Fernández considera que la reapertura de las escuelas entre febrero y marzo en la capital y sus alrededores -tras permanecer cerradas gran parte de 2020- incrementó la circulación de personas, lo que explica en parte el crecimiento de los casos.
El alcalde, en tanto, sostiene que las escuelas no son foco de contagios por los protocolos sanitarios que aplican y que el porcentaje de circulación en el transporte público de la comunidad educativa es bajo respecto del de otras actividades.