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Opinión

Esperanza al invisible. Por Itali Heide

Ya nos sabemos el cuento: en el corazón de Tenancingo, Estado de México, las comunidades se encontraron ante una ardua batalla contra enfermedades prevenibles. La situación era desesperada, ya que enfermedades como la hepatitis, el VIH, la infección por el virus del papiloma humano (VPH) y la tuberculosis empezaron a asolar la región, amenazando la salud y el bienestar de sus habitantes.

Excepto que esta no es una historia de hace años: esto sigue ocurriendo todos los días, a cada hora y a cada minuto, y no es exclusivo de Tenancingo. Aunque muchos de nosotros nos hemos acostumbrado a los brillantes suelos de linóleo, a una farmacia en cada esquina y a un médico siempre al teléfono, México está lejos de la sanidad universal.

En Tenancingo, surgió un faro de esperanza en forma de Medical IMPACT. Reconociendo la urgente necesidad de abordar la creciente crisis sanitaria, la organización se embarcó en un viaje para apoyar y empoderar a la comunidad.

La historia de la lucha de Tenancingo contra las enfermedades prevenibles se entrelaza con los esfuerzos del apasionado equipo de Medical IMPACT. Médicos, enfermeras y especialistas se unen en su determinación de marcar la diferencia y con cada capítulo, se proponen llevar el don de la inmunización a todas las puertas, abriendo futuros por doquier.

En Tenancingo surgen historias de transformación y resiliencia. Las familias, agobiadas por el peso de enfermedad, encuentran una esperanza renovada al recibir las vacunas que las protegerán de los peligros de lo prevenible. Niños, antes atormentados por el “qué será” salubre, descubren una nueva oportunidad en la vida al embarcarse en un viaje hacia la protección y el bienestar.

Sin embargo, las luchas de Tenancingo no quedan aisladas dentro de sus fronteras. La historia se hace eco de una verdad universal: un México que lucha contra las disparidades en el acceso a la atención sanitaria.

Pasan las páginas y resuena la voz de Medical IMPACT y The People’s Vaccine Alliance. Defienden la distribución equitativa y el acceso justo a las vacunas, reconociendo que la batalla contra las enfermedades prevenibles sólo puede ganarse si se protege a nuestros más vulnerables.

La batalla de Tenancingo es una llamada a la acción, una llamada a la vacunación universal como piedra angular de la salud pública. Es una invitación a superar la brecha sanitaria y fomentar un mundo en el que todos, independientemente de su origen o circunstancias, puedan acceder a la protección que ofrecen las vacunas.

Opinión

La semilla. Por Raúl Saucedo

Libertad Dogmática

El 4 de diciembre de 1860 marcó un hito en la historia de México, un parteaguas en la relación entre el Estado Mexicano y la Iglesia. En medio de la de la “Guerra de Reforma», el gobierno liberal de Benito Juárez, refugiado en Veracruz, promulgó la Ley de Libertad de Cultos. Esta ley, piedra angular del Estado laico mexicano, estableció la libertad de conciencia y el derecho de cada individuo a practicar la religión de su elección sin interferencia del gobierno.

En aquel entonces, la Iglesia Católica ejercía un poder absoluto en la vida política y social del país. La Ley de Libertad de Cultos, junto con otras Leyes de Reforma, buscaba romper con ese dominio, arrebatándole privilegios y limitando su influencia en la esfera pública. No se trataba de un ataque a la religión en sí, sino de un esfuerzo por garantizar la libertad individual y la igualdad ante la ley, sin importar las creencias religiosas.
Esta ley pionera sentó las bases para la construcción de un México moderno y plural. Reconoció que la fe es un asunto privado y que el Estado no debe imponer una creencia particular. Se abrió así el camino para la tolerancia religiosa y la convivencia pacífica entre personas de diferentes confesiones.
El camino hacia la plena libertad religiosa en México ha sido largo y sinuoso. A pesar de los avances logrados en el lejano 1860, la Iglesia Católica mantuvo una fuerte influencia en la sociedad mexicana durante gran parte del siglo XX. Las tensiones entre el Estado y la Iglesia persistieron, y la aplicación de la Ley de Libertad de Cultos no siempre fue consistente.
Fue hasta la reforma constitucional de 1992 que se consolidó el Estado laico en México. Se reconoció plenamente la personalidad jurídica de las iglesias, se les otorgó el derecho a poseer bienes y se les permitió participar en la educación, aunque con ciertas restricciones. Estas modificaciones, lejos de debilitar la laicidad, la fortalecieron al establecer un marco legal claro para la relación entre el Estado y las iglesias.
Hoy en día, México es un país diverso en materia religiosa. Si bien la mayoría de la población se identifica como católica, existen importantes minorías que profesan otras religiones, como el protestantismo, el judaísmo, el islam y diversas creencias indígenas. La Ley de Libertad de Cultos, en su versión actual, garantiza el derecho de todos estos grupos a practicar su fe sin temor a la persecución o la discriminación.
No obstante, aún persisten desafíos en la construcción de una sociedad plenamente tolerante en materia religiosa. La discriminación y la intolerancia siguen presentes en algunos sectores de la sociedad, y es necesario seguir trabajando para garantizar que la libertad religiosa sea una realidad para todos los mexicanos.

La Ley de Libertad de Cultos de 1860 fue un paso fundamental en la construcción de un México más justo y libre. A 163 años de su promulgación, su legado sigue vigente y nos recuerda la importancia de defender la libertad de conciencia y la tolerancia religiosa como pilares de una sociedad democrática y plural.
Es importante recordar que la libertad religiosa no es un derecho absoluto. Existen límites establecidos por la ley para proteger los derechos de terceros y el orden público. Por ejemplo, ninguna religión puede promover la violencia, la discriminación o la comisión de delitos.
El deseo de escribir esta columna más allá de conmemorar la fecha, me viene a deseo dado que este último mes del año y sus fechas finales serán el marco de celebraciones espirituales en donde la mayoría de la población tendrá una fecha en particular, pero usted apreciable lector a sabiendas de esta ley en mención, sepa que es libre de conmemorar esa fecha a conciencia espiritual y Libertad Dogmática.

@Raul_Saucedo
rsaucedo@uach.mx

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