Andrés Manuel López Obrador aseguró confiar en el IFE más que en el 2006, e incluso sostuvo que “no será posible hacer un fraude” en las elecciones presidenciales, pero insistió en que está en marcha una estrategia de compra de votos en las elecciones del 1 de julio por parte del PRI, derivada de la reunión en Toluca, entre gobernadores del tricolor, cuyo encuentro —recordó— ya confirmó el secretario de Organización del CEN del PRI, Miguel Osorio Chong.
Sin embargo evadió responder si recurrirá a los actos de resistencia civil en caso de que no gane las elecciones presidenciales del 1 de julio, y se limitó a sostener que ganará “con buen margen”.
“Vamos a ganar y con buen margen, ese es el nerviosismo de nuestros adversarios”, evadió.
Durante su conferencia de prensa matutina en Monterrey, antes de viajar a la ciudad de México, López Obrador llamó a los mandatarios y operadores priistas a que actúen como demócratas y respeten el voto ciudadano y confió en que la denuncia de esta reunión inhiba la estrategia de la compra y cuota de votos a favor de Enrique Peña Nieto.
Anunció que mantendrá su llamado a los gobernadores y operadores electorales del PRI para que recapaciten, pues advirtió que a nadie conviene que no haya democracia en el país.
El tabasqueño acusó que los priistas están muy nerviosos, pero advirtió que intensificará su vigilancia en las 143 mil casillas que se instalarán en el país para evitar que desde ahí se construya un fraude.
“No va a ser posible (el fraude), porque se va a cuidar mucho la elección”, aseveró.
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