El que Meryl Streep retratara a la primera ministra británica Margaret Thatcher como una mujer frágil y decrépita en la cinta La dama de hierro, provocó la reacción crítica y negativa de algunos sectores del Reino Unido. Fue a principios de este año cuando el actual primer ministro, David Cameron, expresó su molestia al subrayar que el filme, dirigido por su compatriota Phyllida Lloyd, presentaba a la señora Thatcher como “una anciana frágil que era aquejada por la demencia senil”.
Esas declaraciones resonaron por todo el país europeo y la actriz Meryl Streep salió a defender el trabajo que realizó en esta película, dejando claro que buscaba abordar la parte humana de la política que se caracterizó por la dureza al gobernar y que quedó sumamente afectada tras la muerte de su esposo Denis Thatcher.
“Tratamos de penetrar en el ser humano en un momento de soledad y al final de su vida. El retrato que hacemos de ella, que sufre uno de los 41 tipos de demencia, no es irrespetuoso. Es doloroso, pero verdadero. Es la vida misma. Si la hubiéramos mostrado tosiendo o cojeando nadie hubiera protestado. Además, si Cameron juzga irrespetuosa la película, me pregunto qué diría ella si lo escuchara decir en la radio que era mejor esperar y hacer la cinta cuando ella estuviera muerta”, precisó la actriz en una conferencia de prensa otorgada en Francia previo al estreno de este filme.
La realizadora británica, quien también dirigió a Meryl Streep en Mamma Mia!, se mostró solidaria con su protagonista y expresó que ese debate estaba fuera de lugar, dado que ellos trataron de hacer un filme libre que explorara más que el ámbito político, el lado humano de una mujer que escribió un nuevo capítulo en la historia de su país al ser la primera y, hasta ahora única, Primera Ministra británica, enfrentándose así a una sociedad en la que la mujer tenía una nula participación dentro de la
vida política.
A finales de diciembre de 2011, el diario británico The Guardian entrevistó a Meryl Streep por el estreno de La dama de hierro. Ante el supuesto de que Margaret Thatcher viera
el filme, la actriz respondió que le gustaría que supiera que fue hecho con respeto.
“Dudo mucho que ella vea el filme, pero, si ella lo hiciera, me gustaría que entendiera que éste fue un intento de empatía al tratar de entender el gran tamaño de su vida, la importancia que tiene en la historia y el costo humano que nuestros líderes tienen que pagar. La dama de hierro fue hecha con mucho respeto y esperamos que así sea vista”, subrayó Streep, quien en febrero pasado recibió el Oso de Oro honorífico del Festival Internacional de Cine de Berlín.
Aunque La dama de hierro provocó molestia en varios sectores, obtuvo el visto bueno de la industria fílmica y del circuito de festivales, los cuales le otorgaron diferentes premios gracias a la personificación que realizó la actriz de la mandataria británica.
Gracias a este papel, Meryl Streep, de 62 años, ha añadido a su lista varios premios más: se llevó a casa el Oscar, el BAFTA y el Globo de Oro en la categoría de Mejor Actriz. Además, La dama de hierro obtuvo también el Oscar y BAFTA en el rubro del Mejor Maquillaje.
La crítica cinematográfica expresó infinidad de veces que la actriz, originaria de Summit, Nueva Jersey, demostró su enorme capacidad histriónica y alabó el trabajo que realizó en detalles tan básicos como el cruzar una pierna, caminar o ladear la cabeza. De hecho, Streep comentó que para poder lograr meterse de lleno en su personaje, tuvo que ver infinidad de material sobre la británica Margaret Thatcher.
Margaret Thatcher
Nació el 13 de octubre de 1925.
Ostentó el título de Primera Ministra del Reino Unido de 1979 a 1990. Fue la primera mujer que ha tenido dicho cargo.
Perteneció al Partido Conservador.
En 1951 se casó con Denis Thatcher, un alto ejecutivo de la industria petrolífera.
Estudió ciencias químicas en la Universidad de Oxford y trabajó cuatro años como investigadora.
Apoyó la privatización y progresivo cierre de empresas públicas, así como la eliminación de subsidios, buscando incentivar a la inversión privada.
Fue elegida en su tercer y último periodo luego del conflicto de las islas Malvinas, que benefició a su país sobre Argentina.
La reina Isabel II
le concedió el título nobiliario de Baronesa Thatcher de Kesteven, que le otorga el derecho vitalicio y no hereditario a ser miembro de la Cámara de los Lores.
Su firmeza para dirigir los asuntos de Estado, su estricto dominio sobre los ministros de su gabinete y su fuerte política monetarista le valieron el mote de la Dama de Hierro.
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