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Opinión

Iglesias Solórzano; funcionario ejemplar por Juan Ramón Camacho Rodríguez

Creo que los buenos hombres, los virtuosos funcionarios públicos, merecen el reconocimiento de todos nosotros, sin mayor razón que la de ser ejemplo para cualquiera.

Creo que los buenos hombres, los virtuosos funcionarios públicos, merecen el reconocimiento de todos nosotros, sin mayor razón que la de ser ejemplo para cualquiera.

La organización cuauhtemense Observatorio Ciudadano, presidida por Juvencio Caro,  ofreció un desayuno en honor del Coronel Luis Valentín Iglesias Solórzano, quien es llamado por la Secretaría de la Defensa Nacional a servir en el centro del país.

Va a trabajar en Estado Mayor, según él mismo.  El Coronel Iglesias, se va de Cuauhtémoc, después de haber comandado por casi un año y medio el Segundo Batallón de Infantería con destacamento en esta ciudad.  Hay resultados satisfactorios por parte del ejército en esta zona, y esto nadie lo pone en duda.

Precisamente por los resultados que el Ejército Mexicano tuvo en esta región, es por lo que el Coronel Iglesias recibe tan merecido reconocimiento por parte del organismo civil encargado de vigilar las estrategias y acciones que persiguen dar mayor seguridad a los ciudadanos.

Durante su labor al frente del Segundo Batallón de Infantería, mostró siempre disposición para la colaboración con dependencias estatales y municipales; siempre trató decorosamente a los medios de comunicación y mantuvo una cordial y respetuosa relación con los representantes de instituciones, asociaciones y empresas de la región.

Cuando  Iglesias Solórzano agradeció a los integrantes del Observatorio Ciudadano por el evento realizado en su honor, se refirió a ellos como “ciudadanos honestos que han sido fundamentales para que Cuauhtémoc se encuentre ubicado en donde esta, estatal y nacionalmente”.

Pero igualmente reconoció el militar que hay muchos más cuauhtemenses buenos que malos, y que estos ciudadanos  se  unen para bien de todos.  Se ve un gesto de satisfacción en el Coronel Iglesias; su trabajo fue muy bueno y merece el reconocimiento de todos, porque son servidores como él los que necesitamos en todos los puntos del país.

En su mensaje de agradecimiento, el militar dijo: “Me voy con Chihuahua en el corazón”.  A los cuauhtemenses nos deja esa agradable sensación que los hombres serviciales y responsables suelen dejar en quienes reciben sus servicios.

JRCR

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Opinión

El tren. Por Raúl Saucedo

Por las vías de los recuerdos y el futuro

En la actual era de la inmediatez y la conectividad a nivel mundial, donde la información
viaja a la velocidad de la luz, es fácil olvidar la importancia de las arterias que mueven el
mundo físico: las vías férreas son ejemplo de ello. Los trenes como gigantes de acero que
surcan valles y montañas, no son sólo reliquias del pasado, sino fueron clave fundamental
para el desarrollo económico y social de las naciones, y México fue la excepción.
A lo largo de la historia, el ferrocarril ha sido sinónimo de progreso. Desde la Revolución
Industrial, las vías férreas han tejido lazos entre pueblos y comunidades, impulsando el
comercio, la industria, el turismo y el intercambio cultural. Países como Estados Unidos,
China y Japón son ejemplos claros de cómo una robusta red ferroviaria puede ser el motor de
un crecimiento económico sostenido.
En México, la historia del ferrocarril está ligada a la propia construcción del país. El «Caballo
de Hierro», como se le conoció en el siglo XIX, unió a una nación fragmentada por la
geografía y las diferencias sociales regionales. Sin embargo, a pesar de su glorioso pasado, el
sistema ferroviario mexicano ha sufrido un prolongado periodo de abandono y desinversión.
Hoy, en un momento en que México busca consolidarse como una potencia regional y lograr
un desarrollo más equilibrado y sustentable, es imperativo revalorizar el papel del ferrocarril.
La construcción de nuevas líneas, la modernización de la infraestructura existente y la
promoción del transporte ferroviario de carga y pasajeros son acciones estratégicas que deben
estar en el centro de la agenda nacional.
Los beneficios de un sistema ferroviario eficiente reduce los costos de transporte, facilita el
comercio interior y exterior, y promueve la inversión en diversos sectores productivos,
permite conectar zonas marginadas con los principales centros urbanos e industriales,
impulsando el desarrollo local y la creación de empleos y un sistema ferroviario eficiente
ofrece una alternativa de transporte segura, cómoda y accesible para la población.
La actual administración federal ha mostrado un interés renovado en el desarrollo ferroviario,
con proyectos emblemáticos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de
Tehuantepec, así como las futuras líneas a Nogales, Veracruz, Nuevo Laredo, Querétaro y
Pachuca.
Con estas obras México recuperara su vocación ferroviaria y aprovechara a mi parecer el
potencial de este medio de transporte para impulsar su desarrollo hacia el futuro.
El motivo esta columna semanal viene a alusión de mis reflexiones de ventana en un vagón
de tren mientras cruzaba la península de la hermana república de Yucatán y en mi cabeza
recordaba aquella canción compuesta en una tertulias universitaria que decía…”En las Vías
de la Facultad”

@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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