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Opinión

La amenaza de Estados Unidos. Por Caleb Ordóñez T.

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Y recordemos que Estados Unidos se encuentra en la temporada política más álgida y polarizante, de los últimos años.

En ese país, las encuestas tienen en un empate técnico a la candidata demócrata Kamala Harris y al magnate republicano Donald Trump. Están a menos de tres meses de ir a las urnas y todavía no se han enfrentado a su primer duelo en algún debate.

Caleb Ordóñez T.

Trump fue atacado a balazos en un mitin público; mientras que Joe Biden renunció a la candidatura que obviamente fue un fracaso contundente.  Harris entró al relevo y ha subido significativamente los números tanto en las encuestas, como en las donaciones millonarias, para la causa demócrata.

Ahora, se trata de mencionar a su extraño adversario: México. Con quien Estados Unidos mantiene una relación tóxica desde que se han firmado tratados de comercio, donde unos a otros se señalan de ser más favorecidos.

Pero más allá de los ataques electorales y las diferencias marcadas por la rivalidad que suele ocurrir entre hermanos. Se ha escalado a grandes problemas diplomáticos durante el ocaso del gobierno de López Obrador.

La extraña captura al ‘capo de capos’ mexicano Ismael “Mayo” Zambada no solo enrareció las relaciones diplomáticas, sino que prácticamente las suspendieron. Pues todo el semblante del gabinete de seguridad de la 4T ha lucido derrotado desde entonces. A todas luces, se ha demostrado que la captura de los narcotraficante en El Paso, Texas fue desastrosa, en cuanto a la colaboración entre naciones. A tal grado que el presidente mexicano desacreditó el informe del FBI y pidió información certera, precisa y suficiente. En otras palabras, nunca le informaron lo que ocurriría y por lo tanto, lo desacredita.

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Opinión

Duarte: de los bares de Chihuahua al Altiplano. Por Karen Torres

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En México y en la política, lo que parece pasado, siempre regresa para explicar el presente. Hay nombres que regresan una y otra vez como si fueran espectros empeñados en recordarnos las fracturas del sistema. Uno de ellos es César Horacio Duarte Jáquez, exgobernador de Chihuahua (2010-2016), figura central de uno de los expedientes de corrupción más voluminosos en la historia reciente del país.

Karen Torres A.

Y ahora, tras años de idas y venidas judiciales, vuelve a los titulares: la Fiscalía General de la República ordenó su recaptura y lo trasladó al penal de máxima seguridad del Altiplano.

Este episodio no ocurre en el vacío. Es parte de una historia que lleva casi una década escribiéndose entre detenciones, extradiciones, procesos fragmentados y una libertad condicional que muchos chihuahuenses vieron como una burla abierta.

Pero también es un movimiento político que envía un mensaje contundente: la nueva administración federal quiere que se entienda que, al menos en la Fiscalía, el viejo pacto de impunidad ya no opera “para algunos”. Y Duarte es la vívida señal, ojalá esto no se trate únicamente de justicia selectiva.

Duarte huyó de México en 2017, cuando la entonces Fiscalía de Chihuahua, bajo el gobierno de Javier Corral, integró al menos 21 órdenes de aprehensión en su contra. Los cargos eran amplios y concretos:

  • Peculado agravado por más de 1,200 millones de pesos,
  • Desvío de recursos públicos hacia campañas priistas,
  • Enriquecimiento ilícito,
  • Uso indebido de atribuciones y facultades
  • Y una red de empresas fantasma operadas desde su círculo íntimo.

Fue detenido en Miami el 8 de julio de 2020 en Estados Unidos. Ahí pasó 2 años mientras se resolvía un proceso de extradición. Finalmente, en junio de 2022, el gobierno estadounidense lo entregó a México bajo cargos de peculado agravado y asociación delictuosa.

Su llegada al país fue presentada por la Fiscalía como un triunfo institucional. Pero para Chihuahua comenzaba un capítulo distinto: la prisión preventiva en el Cereso de Aquiles Serdán, donde Duarte permaneció alrededor de 2 años más, entre audiencias diferidas, cambios de jueces y tácticas legales el caso se fue transformando en un rompecabezas jurídico que pocos lograron seguir con claridad.

Llegó la cuestionada libertad condicional de 2024: 

En agosto de 2024, en una audiencia sorpresiva, Duarte obtuvo libertad condicional bajo el argumento de que llevaba tiempo suficiente privado de la libertad y que su conducta había sido “adecuada”, sin haber recibido sentencia alguna.

La imagen era insólita: un político acusado de desviar más de mil millones de pesos, señalado de haber quebrado fondos públicos y endeudado al estado por generaciones…

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