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Opinión

La inevitabilidad de perder amigos. Por Itali Heide

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Hay cosas en la vida que son simplemente inevitables: las pérdidas y las ganancias. A medida que nos acercamos a la edad adulta, nos encontramos con estas dos fuerzas imparables. Conoceremos gente y perderemos el contacto con otros. Los amigos que aparentemente eran para toda la vida se alejarán, y nuevas personas sorprenderán con su llegada.

Crecer es doloroso, especialmente cuando la infancia se aleja y se impone la realidad de ser un adulto. Las responsabilidades, las consecuencias y las elecciones empiezan a tener un mayor impacto en la vida cotidiana, y las cosas ya no son tan sencillas. Cuando eres un niño, no importa. Las cosas van y vienen con facilidad y las consecuencias rara vez cambian la vida (salvo excepciones).

Uno de los rituales más dolorosos por los que pasará todo adulto es la pérdida de amigos. Es perfectamente normal y natural perder amigos en la edad adulta, cuando los niños se convierten en personas autosuficientes y con capacidad de decisión que flotan en su propia corriente. Puede ser desgarrador, sobre todo cuando la amistad era una promesa para siempre. Acabar con amistades no es fácil a ninguna edad, pero cuanto mayor te haces, más difícil y brutal se vuelve la separación. La vida cambia, y a medida que evolucionas y cambias como persona, también sentirás la necesidad de dejar atrás a algunos.

Sin importar cómo fue el final de la amistad, el hecho es que los amigos forman una parte fundamental de la trayectoria de vida, y aunque la pérdida puede sentirse insoportable, los buenos momentos y los recuerdos son eternos. Parece cliché decirlo, pero las memorias sirven para mantener viva la amistad en el recuerdo. Obviamente, es horrible cuando los rigores de la edad adulta se llevan por delante las amistades, pero es inevitablemente humano.

Los adultos tienen que decidir donde vale la pena invertir su cariño y su amistad, dejando atrás amistades que han superado. Mantener una amistad es trabajo duro, la gran mayoría requieren tiempo y recursos (con la excepción de esas amistades especiales que se mantienen solitas). Las amistades que permanecen sin importar la distancia, ya sea física o metafórica, también son un parte íntegra de nuestra vida. Aunque no se intercambien palabras a menudo y los encuentros sean menos frecuentes, la amistad se mantiene simplemente porque está destinada a serlo.

Perder a un amigo duele, pero consideremos la posibilidad de que sea para bien. Mientras que algunas amistades terminan debido a la distancia o la falta de intereses comunes al crecer, otras pueden terminar por negatividad o diferencias esenciales. Si se trata de lo último, es mejor dejar la amistad llegar a su fin. Pensar en el impacto que la relación ha tenido en la vida y cómo separarse de la negatividad es un beneficio a largo plazo. Es importante afrontar estas realidades y seguir adelante.

Las razones para acabar una amistad son vastas y diferentes. El hecho es que es algo que le pasa a todo el mundo, y la realidad es que da forma a la individualidad de las personas mientras se van descubriendo en la vida adulta. Cambiar y superar viejos amigos está bien, aunque duela. Finalmente estas experiencias son las que nos forman y nos convierten en las personas que siempre hemos sido, los adultos que vamos descubriendo a medida que dejamos atrás la niñez y nos enfrentamos al resto de nuestras vidas.

Opinión

Duarte: de los bares de Chihuahua al Altiplano. Por Karen Torres

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En México y en la política, lo que parece pasado, siempre regresa para explicar el presente. Hay nombres que regresan una y otra vez como si fueran espectros empeñados en recordarnos las fracturas del sistema. Uno de ellos es César Horacio Duarte Jáquez, exgobernador de Chihuahua (2010-2016), figura central de uno de los expedientes de corrupción más voluminosos en la historia reciente del país.

Karen Torres A.

Y ahora, tras años de idas y venidas judiciales, vuelve a los titulares: la Fiscalía General de la República ordenó su recaptura y lo trasladó al penal de máxima seguridad del Altiplano.

Este episodio no ocurre en el vacío. Es parte de una historia que lleva casi una década escribiéndose entre detenciones, extradiciones, procesos fragmentados y una libertad condicional que muchos chihuahuenses vieron como una burla abierta.

Pero también es un movimiento político que envía un mensaje contundente: la nueva administración federal quiere que se entienda que, al menos en la Fiscalía, el viejo pacto de impunidad ya no opera “para algunos”. Y Duarte es la vívida señal, ojalá esto no se trate únicamente de justicia selectiva.

Duarte huyó de México en 2017, cuando la entonces Fiscalía de Chihuahua, bajo el gobierno de Javier Corral, integró al menos 21 órdenes de aprehensión en su contra. Los cargos eran amplios y concretos:

  • Peculado agravado por más de 1,200 millones de pesos,
  • Desvío de recursos públicos hacia campañas priistas,
  • Enriquecimiento ilícito,
  • Uso indebido de atribuciones y facultades
  • Y una red de empresas fantasma operadas desde su círculo íntimo.

Fue detenido en Miami el 8 de julio de 2020 en Estados Unidos. Ahí pasó 2 años mientras se resolvía un proceso de extradición. Finalmente, en junio de 2022, el gobierno estadounidense lo entregó a México bajo cargos de peculado agravado y asociación delictuosa.

Su llegada al país fue presentada por la Fiscalía como un triunfo institucional. Pero para Chihuahua comenzaba un capítulo distinto: la prisión preventiva en el Cereso de Aquiles Serdán, donde Duarte permaneció alrededor de 2 años más, entre audiencias diferidas, cambios de jueces y tácticas legales el caso se fue transformando en un rompecabezas jurídico que pocos lograron seguir con claridad.

Llegó la cuestionada libertad condicional de 2024: 

En agosto de 2024, en una audiencia sorpresiva, Duarte obtuvo libertad condicional bajo el argumento de que llevaba tiempo suficiente privado de la libertad y que su conducta había sido “adecuada”, sin haber recibido sentencia alguna.

La imagen era insólita: un político acusado de desviar más de mil millones de pesos, señalado de haber quebrado fondos públicos y endeudado al estado por generaciones…

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