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Opinión

LEGALIZAR LA MOTA.- RIESGOS Y VENTAJAS por LUIS OCHOA MINJAREZ

LEGALIZAR LA MOTA:

RIESGOS Y VENTAJAS

 

Luis Ochoa Minjares

 

   Uno de los sondeos más serios que se hay realizado hasta hoy en torno a los riesgos y las ventajas de despenalizar y legalizar el libre consumo y comercio de la marihuana, concluye que en la práctica, tales actividades ya se realizan insospechadamente en casi todo el territorio nacional y su despenalización es cuestión de un plazo perentorio.

 

   No obstante, hay algunos sectores sociales que advierten su temor de que el sector agropecuario se destartale o desorganice, dado que la mayoría de los agricultores grandes, medianos y pequeños, darían preferencia al cultivo de la “mota” por ser más lucrativo que cualquier otro producto de la tierra. La producción agropecuaria, chile, maíz, frijol y forrajes para la ganadería se vendría por los suelos, o desaparecería, con las consecuencias sociales y económicas.

 

   Por otra parte, no se advierte ningún argumento con la suficiente solidez que garantice que la despenalización de este estupefaciente haría desaparecer como por arte de birlibirloque la delincuencia organizada y sus múltiples tropelías en contra de la vida humana. Aunque otros argumentos, un tanto endebles, afirman que el uso y consumo de la marihuana, tiene los mismos efectos y consecuencias que el uso y consumo desmedido del tabaco y el alcohol.

 

   Otros temores en torno al uso libre de la yerba verde, advierten que “medio mundo” se dedicaría a su venta indiscriminada, desde el simple mozalbete en busca de unos cuantos pesos, hasta el más poderoso y audaz mayorista en pos del insaciable mercado del imperio del Tio Sam.

 

   Serán peras o serán manzanas, pero todo indica que es indispensable e ineludible un auténtico y verdadero debate nacional en torno al tema, en el que participen, opinen y orienten las más capacitadas personalidades especialistas en los diversos temas que confluyen hacia el problema. Debate que, por cierto ya existe, y solamente falta encuadrarlo en un bien planeado y ordenado evento nacional.

 

COLOSAL SOPAPO

A LA CORRUPCIÓN

 

   La pestilente corrupción que se había enseñoreado durante muchos años en los tribunales del trabajo, siempre en perjuicio de los derechos laborales de la clase trabajadora, recibirá un soberano y merecido papirotazo en el mero cogote, gracias a la política de conciliación rápida y masiva en los miles y miles de expedientes y juicios acumulados, y muchos alargados mañosamente por seudo abogados rábulas, encuera cristos irredentos y auténticos reyes de la chicana jurídica.

   En efecto, con la participación de todos los funcionarios conciliadores que laboran para la Secretaría del Trabajo y Previsión Social del Estado,  se realizará el próximo miércoles 7 de agosto, de manera simultánea en todo el Estado,  un Maratón de Conciliación Laboral, en un esfuerzo por dar solución a conflictos laborales actuales y rezagados. Esta es una idea y una disposición que no tiene precedentes y que, seguramente contribuirá a darle lozanía, prestancia y respeto a nuestra Ley Federal del Trabajo.

   Los efectos de este loable esfuerzo por modernizar y transparentar los servicios públicos, indudablemente repercutirá también en la expansión de las empresas pequeñas, medianas y grandes, cuyos patrones sufrían las extorsiones gangsteriles de malos servidores públicos.

   Conciliar diferencias laborales entre patrones y trabajadores y desempolvar miles y miles de expedientes rezagados, repercutirá, seguramente, en la dinamización de las actividades comerciales y empresariales a lo largo y lo ancho del Estado Grande.

EL SIETE ROJO

NUNCA FALLA

   Muchos pierden además de la cabeza, el sentido de la realidad y el último centavo que llevan en la bolsa, mientras el Siete Rojo o el Trece Negro se carcajean a mandíbula abierta del pobre ludópata incorregible, y además, irredimible, pues el del juego, es un vicio que no tiene cura, peor que una enfermedad terminal.

   El tema viene a cuento porque, por fin, nuestros flamantes diputados federales han elaborado un sesudo estudio en el que se considera que los casinos, que abarrotan al país a lo largo y lo ancho, son generadores de grandes y graves problemas sociales y económicos y, seguramente morales de la mayoría de la población que busca en la casualidad del juego solución a sus carencias económicas.

   La inundación de casinos en casi todos los Estados ha sido posible no solamente por lo endeble de nuestras leyes y sus grandes vacíos, sino por la indeseable falta de honestidad e integridad de malos funcionarios y peores mexicanos. Nadie olvida al ínclito ex secretario de gobernación que, por desgracia, lleva el apellido de ilustres chihuahuenses, don Santiago Creel, quien al despedirse del alto cargo, repartió permisos chuecos a diestra y siniestra para abrir los  funestos casinos.

   Sería deseable que los señores diputados dieran un paso gigantesco al respecto. Empezar por cancelar todos los permisos que extendió el funcionario panista de marras y, si es posible, darle un buen arrimón de espuelas y pedirle cuentas. Sería deseable…

EGOLATRAS Y

NARCISISTAS

   La semana que pasa, los articulistas don Víctor Quintana y don Javier Carral, intentaron poner chirino a nuestro mandatario don César Duarte, acusándolo, uno de autoritario y otro de narcisista, con una ligereza que a leguas denota que los mueve, más  que el deseo de servir a su terruño y gobierno, a desfogar su rencor político. Quintana desde una de las izquierdas extraviadas y el otro desde la penumbra de un panismo recalcitrante de la extrema derecha.

   Mira nomás, -dijo uno de los cafetómanos-, el burro hablando de orejas. Si hay alguien que derroche egolatría a diestra y siniestra, es el senador Corral en todos y cada uno de sus artículos, donde el yo-yo lo sube y lo baja casi en cada párrafo de sus escritos y discursos. Complejo que le resta  mérito a sus trabajos.

   Como patada de mula en ayunas les debe caído el haberse enterado de que luego que se diera a conocer la reducción del 39 por ciento de los homicidios de la entidad, Duarte Jáquez se reunión con el Secretario de la defensa Nacional a quien le reconoció el apoyo de la Sedena a tal logro. Pero para ciertas personas, como decía Oscar flores, “no hay corbata bonita, mujer decente ni hombre honrado”.

   Lo deseable sería que ambos chihuahuenses, dadas sus capacidades y las posiciones que han ocupado, hubieran dejado huella de alguna acción, obra o gestión a favor de la solución de los grandes y complejos problemas que nos aquejan a los chihuahuenses.

LIBRETON POLITICO

   Nos congratulamos que el presidente Peña Nieto haya salido bien y airoso de su operación quirúrgica y pronto reanude las gigantescas tareas que se propone para transformar el país… La comisionada del Condado de Doña Ana, Karen Pérez, renunció a su cargo para trabajar en El Paso en una firma de ingeniería, según nos informó ayer El Diario de El Paso… Si no le pisamos el clavo a nuestras tareas y responsabilidades tanto gobernantes como gobernados, tres años que le faltan al sexenio serán insuficientes para alcanzar las metas que nos proponemos… Por lo pronto, dicen voceros cercanos al sector público, a partir de mañana lunes, las obras públicas paralizadas en ciudad Juárez, serán reanudadas con mayor celeridad… ¿Qué habrá sido del ex dirigente de la CTM juarense Roberto Delgado Urías que ya no se le ve por ningún lado. Un saludo donde quiera que se encuentre… Este fin de semana don Sergio Borunda Flores recibió en su casona de Pradera Dorada al alcalde electo don Enrique Serrano y un nutrido grupo de amigos y colaboradores. No soltó prenda respecto de los nombres de sus futuros colaboradores… Don Luis Mendoza Porras, productor del famoso chorizo El Rey, presume que su producto le gustó tanto a López Portillo, que durante todo su sexenio nunca le faltó en su mesa… Gracias por su mensaje a los articulistas de Excelsior que dan vida a la mesa televisiva de debates “Círculo de Ideas”, donde se discuten temas de profundidad e interés.

   FINALMENTE, la frase dominical cuyo texto reza: “A gloria huele el dinero, aunque se saque del estercolero”.

   (lom927@hotmail.com)     

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Opinión

Los muros que lloran: las redadas y el alma chicana. Por Caleb Ordoñez Talavera

En el norte de nuestro continente, justo donde termina México y comienza Estados Unidos, hay una línea invisible que desde hace décadas divide más que territorios. Divide familias, sueños, culturas, idiomas, economías… y últimamente, divide también lo humano de lo inhumano.

Esta semana, Donald Trump —en una etapa crítica de su carrera política, con una caída notoria en las encuestas, escándalos judiciales y un sector republicano que empieza a verlo más como un riesgo que como un líder— ha regresado a una vieja y efectiva estrategia: la del miedo. El expresidente ha lanzado una ofensiva pública para prometer redadas masivas contra migrantes, deportaciones “como nunca antes vistas” y políticas de “cero tolerancia”.

La razón no es nueva ni sutil: apelar al votante blanco conservador que ve en el migrante un enemigo económico y cultural. Ese votante que, ante la inflación, la violencia armada o el desempleo, prefiere culpar al que habla español que exigirle cuentas al sistema. En medio del descontento generalizado, Trump no busca soluciones reales, busca culpables útiles. Y como en otras épocas oscuras de la historia, los migrantes —sobre todo los latinos, sobre todo los mexicanos— vuelven a ser carne de cañón.

Pero hay una realidad más profunda y más dolorosa. Quien ha vivido el cruce, legal o no, sabe que la frontera no es sólo un punto geográfico. Es una cicatriz. Las políticas migratorias —de Trump o de cualquier otro mandatario— convierten esa cicatriz en una herida abierta. Cada redada, cada niño separado de sus padres, cada deportación arbitraria, no es solo una estadística más. Es una tragedia personal. Y más allá de lo político, esto es profundamente humano.

En este escenario, cobra especial relevancia la figura del “chicano”. Este término, que nació como una forma despectiva de llamar a los estadounidenses de origen mexicano, fue resignificado con orgullo en los años 60 durante los movimientos por los derechos civiles. El chicano es el hijo de la diáspora, el nieto del bracero, el hermano del que se quedó en México. Es el mexicano que nació en Estados Unidos y que, aunque tiene papeles, no olvida de dónde vienen sus raíces ni a quién debe su historia.

Los chicanos son fundamentales para entender la cultura estadounidense moderna. Están en las universidades, en el arte, en la política, en la música, en los sindicatos. Y sin embargo, cada redada, cada discurso de odio, también los golpea. Porque no importa si tienen ciudadanía: su apellido, su acento o el color de su piel los expone. Ellos también son víctimas del racismo sistémico.

Hoy, más que nunca, México debe voltear a ver a su gente más allá del río Bravo. No como simples paisanos lejanos, sino como parte de nuestra nación extendida. Porque si algo une a los mexicanos, estén donde estén, es su espíritu de resistencia. Los migrantes no huyen por gusto, sino por necesidad. Y a cambio, han sostenido economías, levantado ciudades y mantenido viva la cultura mexicana en el extranjero.

Las remesas no son solo dinero: son prueba de amor, sacrificio y esperanza. Y ese compromiso merece algo más que silencio institucional. Merece defensa diplomática, apoyo consular real, y sobre todo, empatía nacional. Cada vez que un mexicano insulta o desprecia a un migrante —por su acento pocho, por su ropa, por sus papeles— se convierte en cómplice de la misma discriminación que dice condenar.

Las fronteras, como están planteadas hoy, no son lugares de paso. Son cárceles abiertas. Zonas donde reina la vigilancia, el miedo y la burocracia cruel. Para miles de niños, esas jaulas del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) son su primer recuerdo de Estados Unidos. ¿Ese es el país que dice defender los valores cristianos y la libertad?

Además, no podemos hablar de migración sin hablar del racismo. Porque este no es solo un tema migratorio, sino profundamente racial. Las políticas antiinmigrantes suelen tener rostro y acento. No se aplican con la misma fuerza para migrantes europeos o canadienses. El blanco pobre puede aspirar a mejorar; el latino pobre, a ser deportado.

Trump lo sabe, y por eso lo explota. En un año electoral donde su imagen se desmorona entre procesos judiciales, alianzas rotas y amenazas internas, necesita un enemigo claro. Y el migrante latino cumple con todos los requisitos: está lejos del poder, es fácil de estigmatizar y difícil de defender políticamente.

Pero aún hay esperanza. En cada marcha, en cada organización de ayuda, en cada abogado que ofrece servicios pro bono, en cada chicano que no olvida su origen, se enciende una luz. Y también en México. Porque un país que protege a sus hijos, donde sea que estén, es un país más digno.

No dejemos que los muros nos separen del corazón. Hoy más que nunca, México debe recordar que su gente no termina en sus fronteras. Y que el verdadero poder no está en las redadas ni en las amenazas, sino en la solidaridad. Esa que nos ha hecho sobrevivir guerras, pandemias, traiciones… y que ahora debe ayudarnos a defender lo más humano que tenemos: nuestra gente.

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