Un tribunal de Gales condenó a cadena perpetua a una mujer acusada de haber golpeado a su hijo de siete años hasta la muerte por no memorizar varios pasajes del Corán.
Sara Ege, de 33 años y residente en Cardiff (Gales), fue declarada culpable de haber matado a golpes a su hijo Yaseen y posteriormente haber quemado su cuerpo en julio de 2010.
La sentencia del Tribunal Superior de Cardiff se conoció tras cinco semanas de juicio en un caso complejo lleno de contradicciones en las declaraciones de la madre, que en un principio admitió el delito para después asegurar que fue obra de su marido.
En sus declaraciones, según fuentes judiciales, la mujer insistía en que la familia de su marido, Yousuf Ege, le había obligado a asumir la culpa del crimen pero que en realidad lo cometió él.
Aunque inicialmente los padres sostuvieron que Yaseen murió en un incendio, un examen forense determinó que había fallecido horas antes, algo que la mujer admitió frente a la policía.
El pequeño había sido inscrito en la mezquita local para convertirse en «Hafiz» -un experto en islám que memoriza el Corán- siguiendo así los pasos de su madre, que siendo niña participó en concursos donde demostró su conocimiento del libro religioso recitando pasajes enteros de memoria.
Sin embargo, según reconoció ante el tribunal, la dificultad que Yaseen mostraba para recordar varios fragmentos la «frustraba cada vez más» y, movida por la cólera, golpeó al pequeño hasta que éste se derrumbó mientras murmuraba extractos del Corán.
Cuando regresó a ver al niño diez minutos después, éste estaba temblando en el suelo, donde murió a causa de las heridas internas que sufrió en la zona abdominal.
La mujer, que recibió conmocionada la sentencia, aseguró ser una «madre brillante» y tuvo que ser ayudada a salir de la sala.
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