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Mónica Bellucci no cree en la fidelidad

ROMA, 24 de marzo.- La actriz y modelo italiana Mónica Bellucci asegura que no cree «en la fidelidad», pero sí «en el amor» y se pregunta que aunque este comporte ciertas distracciones «donde está la traición».

En una entrevista que publica hoy el diario La Repubblica, Bellucci, (Città di Castello, Umbria, 1964), casada en segundas nupcias con el actor francés Vincent Cassel, considerado uno de los actores más atractivos del momento, y con quien tiene dos hijos, Deva y Léonie, incide en el tema de la fidelidad.

«Yo no quiero saber. Lo repito, a mi me interesa el amor, del resto mejor no preguntar. Lo que importa es el amor, stop. Saber que la persona que una necesita está», afirma.

Esta mujer, conocida por encarnar el ideal de belleza mediterráneo, cree en la fidelidad del corazón «más que en la del cuerpo, porque traicionar carnalmente es menos grave», asegura.

La actriz que interpretó a María Magdalena en La Pasión de Cristo(2004), de Mel Gibson, señala que «desgraciadamente no hay una ley que mantenga juntos a dos personas, o un contrato que les obligue».

Bellucci, una de las mujeres más atractivas del panorama nacional, sostiene que «una relación funciona o no funciona, y no sé hasta cuándo. Lo único seguro en mi vida son mis hijas. Soy italiana y para nosotros los italianos, la familia es todo, en particular los hijos. El resto viene después».

En cuanto a los celos, Bellucci es partidaria de que los actores se casen entre ellos.

«Saben -dice- que cuando se interpreta se finge, y esto ayuda a superar ciertos impulsos».

«Atención, no es que no sea celosa, pero está claro que un actor entiende mejor a una actriz y viceversa. Si mi marido tiene una escena sexual con una mujer que encuentra atractiva seguramente interpretará mejor», matiza.

El golpe en el corazón, enamorarse, «mejor dicho, caer enamorado es terrible y maravilloso, es necesario haberlo vivido para entender lo que te sucede dentro», comenta.

Se define tímida: «Al principio lo era mucho más, ahora tiendo a abrirme».

Esposa infiel en su última película, Un Été Brûlant, Philippe Garrell, continúa encarnando el papel de una mujer fatal, al igual que en su primera película, La Riffa, en la que interpreta a una joven viuda en dificultades económicas que se pone en juego como primer premio de una lotería.

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La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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