De izquierda a derecha, Hugo López-Gatell, Clara Brugada, Mariana Boy y Omar García Harfuch, durante un evento de Morena, en Ciudad de México, el pasado 28 de septiembre.Cuartoscuro
La imposición de elegir mujeres en cinco de las nueve entidades en disputa marca las negociaciones hasta el último minuto, con la batalla por la capital en el centro del foco
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Las fuertes tensiones internas han marcado el camino del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) hasta su día clave: el partido gobernante y sus aliados definen este viernes los nombres de los candidatos que llevarán en las boletas en las elecciones del próximo año a las gubernaturas en ocho Estados y la jefatura de Gobierno de Ciudad de México. En medio de la disputa, la paridad de género en las nominaciones se ha vuelto el elemento definitorio. Las autoridades electorales han establecido que los partidos deben llevar mujeres al menos en cinco de las nueve entidades en disputa. La selección de candidatos se ha vuelto desde entonces una partida de ajedrez, donde ya no solo importa quién gane la encuesta interna en cada Estado, sino que ese dato será contrastado con la competitividad que tienen cada una de las mujeres frente a sus rivales. La selección es crucial porque determinará las posibilidades de ganar esa elección en 2024, pero también puede acabar amenazando la frágil cohesión de la alianza en algunos Estados.
Las presiones ya se sentían a finales de octubre, cuando el partido, que inicialmente iba a anunciar sus candidatos el 30 de ese mes, decidió aplazar la decisión para el 10 de noviembre. Mario Delgado, el presidente de Morena, ha difundido este jueves un acuerdo del Comité Nacional de Elecciones, el órgano que lleva la definición, en el que recuerdan a los aspirantes que firmaron un compromiso para respetar la influencia que tengan los criterios de paridad de género en el fallo final. El documento, fechado el 7 de noviembre, detalla: “Si los resultados de los procesos internos de organización arrojan un número mayor de hombres que ponga en riesgo dicho equilibrio de género, el órgano partidista competente realizará los ajustes necesarios para que se cumpla con la paridad”.
México saldrá a las urnas el próximo año para elegir a casi 20.000 cargos locales y federales que hay en disputa, con la presidencia, las bancas del Congreso y las nueve gubernaturas como los puestos más codiciados. Con la nominación de Claudia Sheinbaum como la candidata presidencial, las siguientes tajadas más disputadas son los Gobiernos estatales. Las entidades que eligen Administración son Chiapas, Guanajuato, Morelos, Jalisco, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, además de la jefatura de Gobierno de Ciudad de México.
Los ojos están puestos principalmente en la capital. Dos figuras muy cercanas a la líder del partido, Claudia Sheinbaum, se disputan la nominación. Las encuestas dan por ganador a Omar García Harfuch, exsecretario de Seguridad capitalino, por encima de la excalcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada. Pero la necesidad de llevar al menos cinco mujeres en las boletas pone en duda esa nominación. Las preguntas que estos días flotan en el aire apuntan a si el partido es o no capaz de sacrificar las aspiraciones del policía y dar prioridad a una morenista de base y con buena relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador como lo es Brugada.
El cálculo dependerá, según el equipo de García Harfuch, de la diferencia que le pueda sacar a Brugada en la encuesta. Sin duda, el factor determinante es lo que pase en los otros Estados. En algunas entidades hay nombres de mujeres que suenan fuerte para la carrera. Una de ellas es Rocío Nahle, en Veracruz, donde todo apunta a que será la candidata. O Margarita González, que ganó las encuestas y ya ha quedado nominada para las elecciones. Otro de los casos es el de Sasil de León, que algunas encuestas la han posicionado a la cabeza en Chiapas y otras en segundo lugar. Sin embargo, la mayoría de mediciones publicadas hasta el momento han colocado a hombres como ganadores, lo que representa un problema para Morena, que deberá evaluar a quién bajar por razones de género.
La amenaza está latente, y va más allá de ganar o perder una elección. La dirigencia del partido busca evitar que las decisiones provoquen rupturas en los Estados que puedan jugar en contra en las generales. Como un gesto conciliador, Mario Delgado ha anunciado este jueves una especie de premio de consolación para aquellos hombres que sean descalificados por la paridad de género. Quienes ganen pero no sean elegidos finalmente como candidatos podrán pedir la nominación directa para ser “coordinadores de la Defensa del Federalismo en sus entidades”, un concepto que se usa para quienes encabezarán la lista a senadores o diputados federales. El mismo premio que se llevarán quienes salgan segundos, sin importar si son hombres o mujeres.