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Mueren 8 de cada 10 intubados por COVID-19 en el IMSS

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Desde que inició la pandemia por Covid-19 y hasta octubre, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportó una letalidad de 86.9% en las personas que requirieron intubación o ventilación mecánica.

Especialistas advierten que esto se debe al déficit de profesionales de la salud en terapia intensiva y a que los pacientes llegan en condiciones muy graves a las unidades médicas.

De acuerdo con solicitudes de transparencia, hasta el pasado 14 de septiembre, el instituto atendió a 204 mil 33 pacientes por coronavirus, de los que 62% se reportaron como ambulatorios.

En una tarjeta informativa, enviada anoche a este diario, el IMSS detalló que al mes de octubre se han intubado a 17 mil 331 de sus pacientes y que de éstos han fallecido 15 mil 70, “lo cual arroja una tasa de letalidad de 86.9% a la fecha reportada”. Así, murieron 8 de cada 10 intubados.

Al comparar a México con otros países, se aprecia que la letalidad en este tipo de pacientes es muy elevada, por ejemplo, los primeros reportes desde Wuhan, China, revelaron una alta mortandad en pacientes con cuidados críticos, 80%, según Lancet Respiratory Medicine.

Sin embargo, para entonces se trataba de una enfermedad nueva, conforme avanzó la pandemia, reportes internacionales indicaron una disminución en el número de decesos en pacientes que pasaron por los ventiladores mecánicos.

Nueva York pasó de una letalidad de 88% a 25%, y para el mes de mayo un grupo de médicos del Emory University School of Medicin encontró que sólo 35% de los pacientes con Covid-19 que requirieron ventiladores murieron, un porcentaje más bajo que los primeros informes que rondaban 80%.

Alejandro Macías, infectólogo y excomisionado para la atención de la influenza en 2009 y actual integrante de la Comisión de la UNAM para la Atención del Coronavirus, precisó que si bien la adquisición de ventiladores mecánicos para atender la pandemia fue una buena respuesta por parte del gobierno, es necesario contar con los profesionales necesarios para atender una cama de terapia intensiva.

“No es lo mismo tener una cama con ventilador si no cuentas con el personal para atenderla, incluso, durante la pandemia hubo camas de terapia intensiva que se colocaron en áreas de extensión en los hospitales y esto por sí mismo puede significar un problema, no es un secreto que México tiene déficit de especialistas y para intubar es necesario estar capacitado, no es que los médicos no sepan hacerlo, pero sí se requiere profesionalización”, dijo.

De acuerdo con datos al 14 de septiembre pasado, de las 32 entidades en las que el IMSS acondicionó hospitales para atender Covid-19, cinco concentran 50% de las defunciones en personas que requirieron una cama de cuidados críticos.

La Ciudad de México lidera la lista con 2 mil 810 fallecimientos; seguida por el Estado de México, con mil 979; Veracruz reportó 964; Baja California, 849, y Jalisco, 621. En contraste, los estados con menos defunciones en pacientes intubados son: Durango, con 95; Zacatecas, con 113; Baja California Sur, con 118; Morelos, con 142, y Colima, con 147.

Gregorio Benítez, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que la intubación va más allá de la capacitación que deben tener los profesionales de la salud, puesto que también es necesario saber programar los ventiladores y ajustar la cantidad de oxígeno que recibirá el paciente.

“Los ventiladores no son equipos médicos que cualquiera sepa usar, si bien el personal encargado de la terapia intensiva tiene destreza en cómo intubar, no deja de ser algo arriesgado porque al final es un objeto ajeno al organismo, pero no sólo es la intubación, sino la programación del ventilador, ajustar los monitores, así como la cantidad de oxígeno que recibirá el paciente y monitorear el tiempo entre las respiraciones, por ejemplo”, expuso.

Debido al déficit de especialistas en terapia intensiva, el IMSS contrató 17 mil médicos; sin embargo, Arturo Olivares Cerda, secretario general del Sindicato del Seguro Social, resaltó que ninguno tenía especialidad, por lo que dentro del instituto se conformaron equipos para atender a pacientes con Covid-19.

Aproximadamente se crearon 3 mil 879 equipos conformados por 2 mil 342 médicos urgenciólogos; 235 epidemiólogos; 577 intensivistas; mil 320 internistas; 483 inhaloterapistas; mil 962 enfermeras intensivistas y 9 mil 533 generales, para atender a todos los pacientes con SARS-CoV-2, la dinámica era que cada grupo tenía un líder familiarizado con la atención en terapia intensiva que servía como guía a los demás integrantes.

“Los equipos se trasladaron a la Zona Metropolitana del Valle de México, se instalaron 16 mil 452 profesionales de la salud en 185 hospitales y seis unidades médicas de expansión para atender a pacientes con Covid-19 las 24 horas”, detalló el IMSS.

Fuente: Vanguardia

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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