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Niño con autismo ganó un torneo nacional de golf, a pesar de haber jugado solo tres rondas en toda su vida.

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Un niño llamado Bayleigh Teepa-Tarau sacudió recientemente el mundo del golf en su país natal, Nueva Zelanda. El niño de 12 años, que se encuentra en el espectro del autismo, ganó un torneo nacional a pesar de haber jugado solo tres rondas de golf en toda su vida antes del torneo.

Vistiendo zapatillas de baloncesto y palos de golf prestados, Bayleigh ganó la competencia de nueve hoyos en los Juegos de la Asociación de Escuelas Intermedias y Secundarias (AIMS), un torneo creado para promover la diversidad entre los jóvenes atletas de Nueva Zelanda. El niño terminó la competencia con una puntuación de 87 en el sistema de puntuación Stableford. Incluso con su falta de experiencia, logró vencer a aquellos que tenían acceso a un entrenador profesional o habían estado entrenando durante años.

Como sucede con muchas historias de éxito, todo comenzó con un educador observador y diligente. Whetu Wiremu, un ayudante de maestro en la Escuela T?neatua, a la que asiste Bayleigh, estuvo a su lado durante toda la competencia. Fue él quien notó que Bayleigh siempre estaba balanceando un palo, desde que pudo caminar, y tuvo la idea de introducirlo al golf.

«Nunca solía hablar con nadie», dijo Wiremu al New Zealand Herald. «He trabajado mucho con él durante los últimos años para sacarlo de su caparazón y llevarlo al deporte, y simplemente lo traté como a todos los demás niños». Bayleigh, que es maorí, solía pasar la mayor parte de su tiempo en clase debajo de su escritorio, sin hablar. Además de la dificultad de la comunicación, el pequeño pueblo de T?neatua no tiene un campo de golf, y Wiremu tuvo que preguntar entre sus amigos por equipo prestado.

Además de ganar la competencia individual, Bayleigh también ganó el título de equipo en colaboración con sus compañeros de escuela Pedro Robinson y Lincoln Reritito. «Vienen de un lugar donde hay pobreza, pandillas, drogas, violencia, y para ellos tener este tipo de oportunidad para ver y conocer a personas como estas es realmente conmovedor para mí», admite Wiremu.

Ahora, todo parece ir bien para el joven golfista. Un equipo de patrocinadores visitó recientemente su escuela para presentarle a Bayleigh su propio juego nuevo de palos de golf y bolas de golf con su nombre impreso en ellos. Él y sus amigos también forman parte del Whakatane Golf Club y se unirán a su programa de entrenamiento futuro para apoyar a otros 20 jóvenes golfistas de la Escuela T?neatua.

Por ahora, Bayleigh parece haber encontrado algo que lo llena de alegría y probablemente inspire a muchos más en su comunidad a practicar un deporte en el que a menudo no se ven representados. «Lo que me encanta del golf es pegarle a mi driver», dijo Bayleigh después de ganar. «Soñé con venir aquí y terminar en primer lugar. Y me divertí mucho».

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Joshua impone jerarquía y detiene a Jake Paul en una pelea que dividió al boxeo

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Anthony Joshua dejó en claro la diferencia entre un excampeón mundial y una celebridad convertida en boxeador. El británico venció por nocaut técnico a Jake Paul en el sexto asalto de un combate de peso completo celebrado la noche del viernes en Miami, una pelea que desde su anuncio generó polémica por el contraste de experiencia, tamaño y trayectoria entre ambos contendientes.
El enfrentamiento, pactado a ocho rounds profesionales, despertó críticas por los riesgos que implicaba para Paul, quien llegó con marca de 12 triunfos y una derrota frente a Joshua, dos veces campeón del mundo y con récord de 28 victorias y cuatro caídas. Sin embargo, contra la mayoría de los pronósticos, el estadounidense resistió más de lo esperado y logró extender la contienda hasta bien entrada la segunda mitad.
Desde el inicio, Paul optó por el movimiento constante y el amarre, una estrategia evidente para consumir tiempo y evitar los golpes de poder del británico. Joshua, por momentos impreciso y visiblemente frustrado, tardó en encontrar su distancia, aunque poco a poco fue imponiendo su físico y su alcance.
En el quinto episodio llegaron los primeros momentos realmente críticos para Paul. Joshua conectó combinaciones más limpias, provocó dos caídas y estuvo cerca de finalizar el combate, aunque su rival logró sobrevivir con esfuerzo y algo de teatralidad, incluso recurriendo a gestos provocadores hacia el británico.
El desenlace llegó en el sexto round. Joshua salió decidido, conectó una derecha contundente que envió a Paul a la lona y, tras reincorporarse en evidente mal estado, el estadounidense recibió un uppercut y una nueva derecha al mentón que obligaron al réferi a detener la pelea. Paul terminó con el labio inferior partido, pero consciente y sonriente, reconociendo el cierre inevitable.
Más allá del resultado, el combate dejó sensaciones encontradas. Para Joshua, la victoria confirmó su superioridad sin que el análisis técnico vaya mucho más allá. Para Paul, haber llegado al sexto asalto frente a un peso completo de élite fue visto por algunos como una muestra de valentía y por otros como una peligrosa puesta en escena.
El debate sobre este tipo de cruces seguirá abierto, pero en el ring no hubo discusión. La experiencia y el poder de Anthony Joshua marcaron el final.

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