Hoy en día, se puede seguir con seguridad que ninguna marca está a salvo del impacto que ha tenido la pandemia en la industria. La mayor parte de las compañías ya están ansiosas de ir a sus espacios de trabajo y reanudar sus actividades económicas. Aquellas que continuaron en operación, aunque en un formato remoto, están viendo si pueden extender este sistema más tiempo sin afectar los ingresos. Las que ya están en las calles se enfrentan a un nuevo mundo.
Sin embargo, en el caso de las que todavía no han regresado del todo a la acción y necesitan salir a las calles de nuevo, la situación parece cada día más compleja. Al menos así lo refleja el caso de Nissan. De acuerdo con Reuters, la marca japonesa está considerando despedir a 20 mil colaboradores a escala global. Específicamente, la automotriz se enfocará en Europa y los países en vías de desarrollo donde tiene presencia y su rendimiento no ha sido muy positivo.
Las noticias fueron originalmente dadas a conocer por el periódico japonés Kyodo News, y no son todavía un anuncio oficial emitido por la marca. Se espera que estos despidos masivos a escala global sean una preparación para la revelación de su plan de recuperación a futuro. Los detalles de su estrategia se darían a conocer en el transcurso de la próxima semana. En teoría, la empresa nipona quiere volverse mucho más pequeña y enfocada en los mercados clave.
Nissan es solo una de las muchas compañías del sector automotriz que están pasando por un momento particularmente traumático. Hace poco se dio a conocer que Renault podría incluso desaparecer por culpa de la actual pandemia, si no recibe apoyo del gobierno francés. Solo en el primer trimestre, Ford esperaba pérdidas por 600 millones de dólares (mdd). Y desde que se dio a conocer la peligrosidad de la COVID-19, GM ya ha matado dos marcas prometedoras.
La técnica de los despidos es bastante estándar para las compañías en tiempos de crisis. Es una forma de reducir rápidamente los costos en el mediano plazo, en especial si no hay una expectativa de crecimiento positiva para el futuro. Además, hay que considerar que la marca nipona presuntamente tiene la intención de enfocarse en los mercados más cuantiosos dentro del sector automotriz. Así pues, bajar su escala en Europa y países en desarrollo es prudente.
Sin embargo, es incierto si será suficiente para su supervivencia. Ahí está el caso de Renault, donde la marca nipona tiene una participación del 15 por ciento. La automotriz francesa ya se decidió salir de China, uno de los dos mercados más grandes en una escala global, porque la competencia era demasiado costosa. Nissan está haciendo una arriesgada apuesta al dejar ir zonas menos cuantiosas, pero más sencillas. Y no es seguro que sea capaz de ganar el juego.
La marca nipona no solo tendría que enfrentarse a un mercado cuantioso pero competido. Hay que recordar que las plantas de manufactura del sector son un foco de infección peligroso, ya que la pandemia aún no termina. A eso se le debe de sumar la rivalidad que hay de algunas de las compañías más innovadoras en la industria. También hay que considerar un panorama muy negativo para viajes personales, algo que se ve claramente reflejado en el difícil caso de Uber.
También hay desafíos adicionales que los expertos ven en el sector automotriz. De acuerdo con Accenture, cada marca tendrá que lidiar como pueda con los problemas que surjan en la cadena de suministro. Por su parte, PwC reafirma que la mayor parte de los agentes dentro de este entorno tienen miedo de la posibilidad de una recesión de escala global. A eso se le debe de sumar que, según Google, los consumidores de hecho ahora esperan precios más bajos
Fuente: Meca 2.0