Pakistán se encuentra hoy en máxima alerta ante el temor de que grupos armados lleven a cabo ataques de represalia en el primer aniversario de la muerte del líder de Al Qeada, Osama Bin Laden.
Las fuerzas de seguridad redoblaron su vigilancia en torno a edificios públicos, embajadas, mercados y sitios concurridos, ante el riesgo real de que el Talibán paquistaní repita sus acciones de hace un año, revelaron funcionarios paquistaníes.
El año pasado, luego de que el presidente estadunidense confirmó la muerte de Bin Laden en Pakistán, el Talibán llevó a cabo una cadena de ataques suicidas, entre ellos a un centro de capacitación de la Policía, que cobró la vida de casi un centenar de personas.
El fundador y líder la organización terrorista Al Qeada fue abatido la madrugada del 2 de mayo de 2011 en su casa de la localidad paquistaní Abbottabad por fuerzas especiales de Estados Unidos, en una misión especial, que no fue anunciada a Pakistán.
De acuerdo con las fuentes, la máxima alerta se ha manejado con mucho cuidado y discreción para evitar un pánico masivo entre la población, aunque se observa una presencia mayor de las fuerzas de seguridad en Islamabad y otras ciudades paquistaníes.
El temor de un posible atentado llevó a las embajadas occidentales en Islamabad ha emitir advertencias y pedir a su personal y sus ciudadanos que visitan o radican en Pakistán evitar cualquier lugar público, según un reporte de la televisión Al Yazira.
La representación diplomática de Estados Unidos, incluso, ordenó a su personal ir a restaurantes y mercados hasta después del fin de semana para evitar ser víctimas de un atentado suicida y mantenerse alerta en todo momento.
Pese al refuerzo de la seguridad en Islamabad, en Abbottabad, el lugar donde estaba la casa en la que fue abatido Bin Laden y donde se presume vivió recluidos seis años, la cual fue destruida en febrero pasado, no hay ninguna presencia militar adicional.
Tal parece, destacó el reporte de la televisora qatarí, que las autoridades pakistaníes intentado ignorar el aniversario y borrar todo rastro de Bin Laden, quien vivió en el país desde diciembre de 2001 hasta su muerte en mayo pasado, según su viuda Abdulfattah Amal.
La muerte del líder de Al Qeada también representa para Pakistán uno de los episodios más humillantes, ya que se puso en duda su reputación, al dejarse entrever que existió cierta complicidad con la red terrorista o graves fallas de la Inteligencia paquistaní.
Además de que las relaciones diplomáticas de Pakistán con Estados Unidos se deterioraron, debido a que el gobierno estadunidense nunca informó a Pakistán del operativo llevado acabo en su territorio , ni le ha dado hasta ahora explicaciones al respecto.
A un año de que Bin Laden fue encontrado viviendo con sus tres esposas en Abbottabad, Pakistán aún no sabe cómo es que Estados Unidos dio con su paradero, además de que es acusado de albergar a otros supuestos terroristas.
Según la Inteligencia estadunidense, en Paskistán están escondidos Ayman al Zawahiri, sucesor de Bin Laden; el líder del Talibán, el mulá Omar, Sirajuddin Haqqani, líder de la red Haqqani de Afganistán y líder talibán paquistaní, Hakimullah Mehsud.
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