El gobernador de Indiana, Mike Pence, de 57 años, se perfila como compañero de candidatura de Donald Trump a la Casa Blanca.
Según fuentes de su campaña citadas por The New York Times y otros medios estadounidenses. Pence, un político religioso que gusta a los más conservadores, sería vicepresidente si empresario neoyorquino gana las elecciones, pero su primera misión, de confirmarse la elección por parte de Trump este viernes, será ayudarle a limar asperezas con buena parte del partido, a conectar con el aparato, del que ahora se encuentra a años luz.
El número dos también tiene que ayudar a ganar a la campaña de Trump ese talante presidencial que el discurso del showman, siempre polémico -y, en ocasiones, racista y machista-, no ha logrado todavía. Y es que, mientras el Partido Demócrata ha ido cerrando filas en torno a Hillary Clinton, Trump, unoutsider, sigue encontrando recelos entre los republicanos a pocos días de que arranque la convención de Cleveland que debe ratificarle como candidato a la Casa Blanca. Una muestra de ello es la ausencia de muchas grandes figuras del partido en esa convención: no hay, de momento, nignún expresidente ni excandidato anunciados como oradores.
El propio Mike Pence dio su apoyo, en un principio, a Ted Cruz, conservador radical, durante la campaña de primarias, pero cuando el senador de Texas se retiró, pasó a respaldar a Trump. El gobernador se alinea en el ala más a la derecha del partido. El año pasado firmó una ley que permitía a los negocios negarse a ofrecer servicios a parejas gais si consideraban que esto violaba su libertad religiosa. Las protestas se multiplicaron el estado tuvo que dar un paso atrás.