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Qatar, un país diminuto, alojará a un millón de aficionados en el Mundial. ¿Una misión imposible?

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Se espera que Qatar reciba un considerable contingente de invitados este invierno cuando se convierta en la nación más pequeña que jamás haya acogido uno de los mayores acontecimientos deportivos del mundo: la Copa Mundial de la FIFA.

La nación del Golfo predice que más de un millón de aficionados viajarán a Doha durante la Copa Mundial, lo que supone alrededor del 37% de su población de 2,7 millones de habitantes. El país tiene solo unos 4.400 kilómetros cuadrados, es decir, aproximadamente el tamaño de Jamaica.

Los anfitriones anteriores del torneo se han enfrentado a varios problemas logísticos a la hora de gestionar el gran número de aficionados que viajan, desde el transporte hasta el alojamiento. El tamaño pequeño del país puede tener algunas ventajas, pero los retos también son muchos.

Ya hay informes sobre el aumento de las tarifas y la falta de alojamiento adecuado. Por ejemplo, hay 21 propiedades disponibles en la agencia de viajes online Booking.com para las tres primeras noches del torneo, con precios que empiezan en US$ 1.000 y suben hasta la impresionante de US$ 51.000.

Sin embargo, esto no es raro. Informes de 2006 afirman que los precios de los hoteles se dispararon en Berlín y Fráncfort cuando Alemania acogió el torneo. Antes de organizar la edición de 2010, Sudáfrica estuvo plagada de informes sobre campos de entrenamiento sin terminar, mientras que se acusó a los hoteles de subir los precios durante el periodo de la Copa Mundial.

«Nuestro objetivo siempre ha sido ofrecer precios justos y razonables a los aficionados visitantes», declaró a CNN un portavoz del Comité Supremo de Entrega y Legado (SCDL, por sus siglas en inglés) de Qatar. «Trabajamos estrechamente con las principales partes interesadas para garantizar precios asequibles en todos los tipos de alojamiento».

Los países anfitriones han encontrado a menudo formas innovadoras de alojar a los aficionados, y Qatar no es diferente.

En el Mundial de Brasil de 2014, los residentes de las emblemáticas favelas abrieron sus puertas a los turistas, alquilando camas, habitaciones e incluso casas enteras. Algunos viajeros se pusieron creativos y optaron por alojarse en moteles sexuales normalmente reservados para brasileños que buscan ligar después de una noche en la ciudad.

CRUCEROS

Dos cruceros de lujo estarán amarrados en el puerto de Doha durante todo el Mundial. Entre los dos cuentan con nueve piscinas, 3.898 camarotes, 45 bares y 10 restaurantes de lujo. Otras instalaciones incluyen un spa, pistas de tenis y el mayor tobogán seco del mundo en el mar.

¿Preocupado por tener que lucir lo mejor posible para un partido de la fase de grupos entre Japón y Costa Rica? No temas, tendrás acceso a una peluquería y a un salón de belleza.

Los barcos están a 10 minutos del centro de Doha, pero alojarse en uno de los amplios camarotes no será barato. Su precio oscila entre los US$ 605 y US$ 2.779 por noche, lo cual es una ganga comparado con otras opciones disponibles para los pasajeros, teniendo en cuenta que incluye un desayuno buffet.

APARTAMENTOS Y VILLAS

La Agencia de Alojamiento de Qatar, proveedora oficial de alojamiento para el evento, pretende que haya a disposición entre 100.000 y 130.000 habitaciones en cualquier noche de los 28 días del torneo.

Ya hay anuncios de apartamentos y villas de uno a seis dormitorios, con precios que oscilan entre los US$ 84 y US$ 875 por noche. La mayoría son fácilmente accesibles en transporte público y las villas están totalmente equipadas con cocinas, lavadoras, piscinas y gimnasios.

Este alojamiento, al igual que otros proporcionados por la Agencia de Alojamiento, se alquilará por orden de llegada a través de una liberación escalonada en línea con las fases de venta de entradas de la FIFA o en paquetes proporcionados por Qatar Airways.

Además del alojamiento oficial, ofrecerá una plataforma de reservas similar a Airbnb para que los residentes alquilen sus casas a los aficionados que viajen. Solicitando una licencia a Turismo de Qatar, los residentes o los propietarios de los edificios también podrán publicar sus apartamentos en otros portales, como Airbnb.

Quienes tienen entradas pueden comprar alojamiento en las llamadas aldeas de aficionados, descritas como «alojamientos informales de tipo cabaña y camping». A un precio de US$ 207 por noche, estas cabañas pequeñas y básicas transformadas son caras, y solo ofrecen un hervidor, una nevera y dos botellas de agua al día. Están repartidas por las afueras de Doha, la más alejada está a 40 km del aeropuerto. Habrá varias opciones de comida y entretenimiento en el lugar, pero aún no se han dado detalles al respecto.

La opción de acampar aún no está disponible en el sitio web oficial de alojamiento, pero el jefe de alojamiento del SC, Omar Al-Jaber, ha dicho que planea montar 1.000 tiendas «estilo beduino» en el desierto durante el torneo. Alrededor de 200 de ellas estarán clasificadas como «de lujo» y costarán un precio «caro», proporcionando una experiencia «auténtica» a los aficionados, dijo Al-Jaber a Reuters. Tendrán aire acondicionado para proteger a los aficionados de las frías noches del desierto y del sofocante calor de las mañanas.

Si todo lo demás falla, duerme en otro país

Se espera que el alojamiento en Qatar sea tan limitado que el país ha optado también por alojar a aficionados en las naciones vecinas y llevarlos y traerlos en vuelos cortos todos los días.

Qatar Airways anunció en mayo que se había asociado con compañías regionales para lanzar 160 vuelos diarios adicionales de ida y vuelta a «precios competitivos» que trasladarán a los aficionados desde Dubai, Jeddah, Kuwait, Mascate y Riad. No se facturará el equipaje para agilizar los traslados y se dispondrá de servicios de transporte específicos para llevar a los aficionados desde el aeropuerto a los estadios.

También será posible conducir desde ciudades como Riad, Dubai y Abu Dhabi, todas ellas a menos de siete horas de distancia.

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Fallece Greg Biffle junto a su familia en accidente aéreo en Carolina del Norte

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El expiloto de NASCAR Greg Biffle murió este jueves junto a varios integrantes de su familia tras el accidente de una aeronave privada ocurrido en el Aeropuerto Regional de Statesville, en Carolina del Norte. Las autoridades confirmaron la existencia de víctimas fatales y mantienen abierta una investigación para esclarecer las causas del siniestro.

El accidente ocurrió alrededor de las 10:15 horas locales, cuando el avión, un Cessna C550, se preparaba para despegar con destino a Bradenton, Florida. De acuerdo con registros federales de aviación, la aeronave estaba registrada a nombre de GB Aviation Leasing LLC, empresa propiedad de Biffle.

Horas después del incidente, Garrett Mitchell, creador de contenido conocido como Cleetus McFarland, confirmó públicamente que Greg Biffle viajaba a bordo junto a su esposa Cristina y sus hijos Emma y Ryder. En un mensaje difundido en redes sociales, señaló que la familia se dirigía a pasar tiempo con conocidos y expresó su consternación por lo ocurrido.

Autoridades del condado de Iredell informaron que la aeronave se salió del extremo oriental de la pista y se incendió tras el impacto. El administrador del aeropuerto, John Ferguson, indicó que al arribar los cuerpos de emergencia el avión se encontraba completamente envuelto en llamas. El aeropuerto fue cerrado de manera indefinida para permitir las labores de atención, investigación y remoción de restos.

La Administración Federal de Aviación y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte asumieron la investigación del accidente. La NTSB confirmó el envío de un equipo especializado y adelantó que ofrecerá información oficial conforme avancen las indagatorias.

Reportes meteorológicos señalaron que al momento del accidente se registraban condiciones adversas, con lluvia constante, visibilidad reducida a menos de dos millas y un techo de nubes que descendió de mil 200 a cerca de 400 pies. Las autoridades indicaron que las condiciones climáticas serán analizadas como parte del proceso.

Testigos ubicados en zonas cercanas al aeropuerto señalaron que la aeronave volaba a baja altura antes del impacto y que restos del avión cayeron en áreas aledañas, incluido un campo de golf.

Greg Biffle, de 55 años, fue campeón de la NASCAR Busch Series en 2002 y de la Craftsman Truck Series en 2000, además de sumar 19 victorias en la NASCAR Cup Series. En 2023 fue incluido entre los 75 mejores pilotos en la historia de la categoría. La investigación continúa mientras se confirman más detalles del accidente.

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