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Sismo de 6.6 al este de Indonesia; descartan alerta de tsunami

TOKIO, 21 de abril.- Un fuerte sismo de magnitud 6.6 grados en la escala de Richter sacudió la región de Papúa Occidental, en el este de Indonesia, que provocó escenas de pánico en las localidades afectadas, pero no se emitió alerta de tsunami.

Las autoridades señalaron este sábado que no había amenaza de un tsunami, y que el área más afectada fue la ciudad de Ransiki en el oeste de Papúa, donde estudiantes que asistían a clases salieron corriendo de sus respectivas escuelas.

El epicentro del temblor se ubicó a 29.8 kilómetros de profundidad y a 83 kilómetros al sureste de Manokwari, la capital provincia, señaló la agencia de Meteorología, Climatología y Geofísica de Indonesia (BMKG).

Por su parte, el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico emitió en su página de internet una alerta verde de Tsunami, en la que descartó una amenaza destructiva de las olas emitidas como resultado del sismo.

A lo largo del día se habían producido en la región cuatro temblores, cuya la magnitud varió entre los 5.2 y los 6.1 grados de magnitud en la escala de Richter.

Uno de ellos, de 6.1 grados, ocurrió a 427 kilometros al suroeste de Banda Aceh en el extremo norte de Sumatra, reportó en su página web Channel NewsAsia.

La provincia de Aceh fue sacudida a principios de este mes por dos grandes terremotos, lo que provocó una alerta de tsunami para 28 países a lo largo del océano Índico.

El pasado miércoles, Un fuerte sismo que alcanzó 7 grados de magnitud sacudió el este de Papúa Nueva Guinea, sin que se desencadenara una alerta de tsunami.

La isla de Nueva Guinea, cuya mitad occidental pertenece a Indonesia, se asienta sobre el Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica en cuyo borde oriental también se asienta Chile.

Fg

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Más de 50 mil policías cuidan París para la inauguración de los Juegos Olímpicos

Más de 50.000 policías, gendarmes y militares constituyen esta tarde el mayor dispositivo de fuerzas del orden que se ha desplegado en París, con ocasión de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos que ha trastocado totalmente el transporte y el funcionamiento habitual de la ciudad.

«Es sin duda el mayor dispositivo policial que alguien ha podido poner en marcha», ha destacado esta tarde el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, en declaraciones a la prensa mientras hacía una visita a los agentes desplegados sobre el terreno acompañado del prefecto de policía de París, Laurent Núñez.

Darmanin ha recordado que se espera que «casi 400.000 personas» presencien la ceremonia en el tramo de seis kilómetros del río Sena por el que bajarán los barcos con los deportistas participantes en los Juegos, y que se encuentra en un espacio acordonado.

Allí también van a estar, en una tribuna en el Trocadero, cerca de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno que han sido recibidos en el Palacio del Elíseo por el presidente francés, Emmanuel Macron, que hace de maestro de ceremonias.

El titular de Interior ha asegurado que se han encontrado soluciones para los deportistas o árbitros que debían llegar a París en tren y que se han visto afectados por los sabotajes coordinados que ha sufrido esta pasada madrugada la red de alta velocidad francesa, y que ha perturbado tres de sus cuatro grandes corredores.

La Fiscalía de París dirige las investigaciones sobre esos sabotajes y la coordinación se ha encargado a la Subdirección Antiterrorista de la Policía (SDAT).

Darmanin ha subrayado que esos ataques están afectando más a los que se iban de vacaciones que a quienes iban a asistir a la ceremonia de inauguración de los Juegos.

El ministro, que no ha querido especular sobre la autoría de esos actos, ha señalado: «Estamos evidentemente concentrados para ver si podemos detener rápidamente a esos autores».

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